Por Diego Quindimil (*)
“El fútbol es la cosa más importante de las cosas menos importantes”, se dice habitualmente.
Somos conscientes que el fútbol es pasión de multitudes, aunque hablar de multitud excluye la singularidad; hay un entusiasmo generalizado producto de un evento, que se da cada cuatro años. El Mundial de Qatar va a impactar todos los ámbitos: se vivirá con intensidad, en la calle, en las escuelas, en los medios de comunicación y fundamentalmente en el mundo del trabajo. Las mejores jugadas, las peores derrotas, las polémicas y las sorpresas, quedarán marcadas en nuestra memoria y también el lugar donde estábamos cuando esto sucedió. Son esos eventos que nos dejan huella.
Sabemos que los resultados de futbol impactan en la productividad. Estudios europeos indican la mejora en la producción de plantas de Eindhoven cuando gana PSV o en Turín cuando el triunfo es de la Juventus y lo mismo ocurre con las victorias del Celta en Vigo. La conclusión es que los resultados del Mundial no son inocuos para las organizaciones de trabajo.
El Mundial de Qatar también tendrá efectos sobre la productividad. Los días de partido fundamentalmente se vivirán ansiedades previas y efectos inmediatos de acuerdo a cuál sea el resultado posterior. Un punto central a tener en cuenta es el cuidado particularmente en aquellos procesos que puedan impactar en la calidad del trabajo y muy particularmente con aquellas situaciones de trabajo que impactan en la propia seguridad de los trabajadores: las distracciones posibles, la desconcentración inevitable en algunos casos.
Es necesario prevenir, sabiendo lo que viene. Es por esto importante dejar un mensaje claro de la política de la empresa respecto al tratamiento que se le dará al Mundial en el trabajo y fundamentalmente a los partidos que juegue la Selección Argentina de futbol.
Las empresas y demás organizaciones de trabajo responden a esa pasión de diferente manera. Algunas acompañan activamente, otras tímidamente, en algunos casos se da rienda suelta a la pasión (aunque luego esto provoque susto), las hay que generan acciones para los clientes pero no para los colaboradores y también están las que censuran esa pasión.
Entonces, ¿qué deberían hacer las empresas en el Mundial? Es difícil en este caso dar una solución para la multitud de empresas; acá se podría singularizar de acuerdo a la cultura y no dar una respuesta de manual.
No obstante entendemos que el Mundial es una oportunidad. Compartirlo en el trabajo es una posibilidad de encontrarnos, de crear vínculos, de generar grupalidad y vivencias compartidas. Si logramos esto seguramente redundará en el buen clima de trabajo.
Aquí algunas recomendaciones:
– Piense en modo estratégico, separe lo urgente de lo importante para decidir que hacer en el Mundial.
– Elabore una campaña de comunicación para informar que pasará en los partidos que juegue Argentina en horario laboral.
– Vincule el Mundial con los contenidos, competencias y valores que a la empresa le interesa reforzar de su cultura. Se trata de un evento festivo.
– Dejar en claro las reglas de juego. Horarios. Lugares para ver los partidos. Lo que se puede y lo que no se puede. El encuadre es importante.
– Involucre a la gente en la preparación de los espacios para ver el partido y también en las condiciones que debe quedar el lugar.
– Flexibilice los horarios de entrada y salida durante ese día, así como los horarios de almuerzo.
– Piense en la opción del teletrabajo en esos días. Planifique que tareas hay que hacer sí o sí y cuáles pueden esperar.
– Tenga en cuenta los días y horarios de los partidos para evitar la realización de reuniones, visitas, auditorias, etc., cuando hay partidos importantes.
– Aproveche el Mundial para generar momentos de encuentro, camaradería y fortalecimiento de vínculos inter-áreas.
– Es una buena oportunidad para romper la rutina, generar innovaciones e ir contra la monotonía.
– Establezca pautas de convivencia, fomentemos el aliento contra el insulto de nuestro equipo, están ahí para dar lo mejor.
– Haga que las actividades que desarrolle para el Mundial sean memorables y tengan impacto en el clima laboral y el compromiso de los colaboradores.
Estas acciones, sin duda, generan buenos resultados para los empleados y para las empresas. Las personas se sentirán a gusto con la posibilidad de que sus intereses y pasiones tengan espacio de desplegarse en su lugar de trabajo. Posibilitar un espacio de comunión, va a facilitar el sentimiento de pertenencia con el lugar de trabajo donde las personas transcurren una gran cantidad de horas en el día a día.
Desde la perspectiva de RRHH, por el impacto del evento, llevando a cabo estas acciones se limita el ausentismo, se previene la accidentología y los errores posibles. Se fortalece el compromiso que redundará en una mejora del clima laboral, el trabajo cooperativo y la mejora de la productividad.
La posibilidad de ver el Mundial de Qatar en el trabajo es una excelente oportunidad para fortalecer los vínculos entre la empresa y las personas que allí trabajan, una oportunidad privilegiada. También es posible que muchas personas prefieran ver los partidos con sus familia amigos o solos. Después de todo son solamente siete partidos para salir campeones, es una vez cada cuatro años y si no ganamos, como decía Dolina, “uno juega mejor con sus amigos. Ellos serán generosos, lo ayudarán, lo comprenderán, lo alentarán y lo perdonarán. Un equipo de hombres que se respetan y se quieren es invencible. Y si no lo es, más vale compartir la derrota con los amigos, que la victoria con extraños…”.
Y ahora sí, para finalizar, ¡VAMOS ARGENTINA!
(*) Diego Quindimil es psicólogo, speaker y profesor de la UBA, la UTDT y la UMAI. Es autor del libro “Mundo Post Covid: La psicología del trabajo tras la pandemia” (Ediciones Granica). En Instagram: @diego.quindimil.