Por Gustavo Gallino (*)
En YPF trabajamos con el objetivo de liderar el presente y futuro de la energía para que el país exporte 30.000 millones de dólares en la década del 2030.
En el marco del Plan 4×4, que trazó el presidente y CEO de la compañía Horacio Marín, uno de los ejes claves para alcanzar ese objetivo es acelerar el desarrollo de la producción de Vaca Muerta. Para este año, YPF buscará alcanzar una producción de 150.000 barriles diarios con una inversión que supera los 3000 millones de dólares.
Para dar el próximo paso, es necesario resolver los “cuellos de botella” que se nos presentan en la formación para poder evacuar la producción hacia los puntos de consumo, ya sea internos como externos.
La construcción del oleoducto Vaca Muerta Sur es clave para dar solución a ese “cuello de botella” al habilitar una nueva vía de transporte con una capacidad inicial de 200.000 barriles día llegando a los 500.000 barriles, para terminar con una capacidad de transporte máxima de 700.000 barriles diarios.
Esta es una obra que fue pensada y diseñada por los profesionales de YPF y que, ahora, se busca catalizar para que esté operativa durante el segundo semestre de 2026. Permitirá unir Vaca Muerta con una terminal de exportación en Punta Colorada, cerca de Sierra Grande, ubicada en la provincia de Río Negro.
Cómo es el Plan “4×4”: la fórmula de YPF para transformarse y liderar
El Vaca Muerta Sur implica una inversión de 2500 millones de dólares y la obra ya se encuentra en marcha. La construcción del primer tramo de 130 kilómetros se extenderá entre las localidades de Añelo, en Neuquén, y Allen, en Río Negro, donde conectará con el sistema de Oldelval. Esto permitirá comenzar a transportar petróleo mientras se planifica el inicio del segundo tramo a principios del año que viene.
YPF está liderando este proyecto y confía que todos los actores de la industria se sumen para impulsar esta obra clave para el país.
(*) Vicepresidente de Infraestructura de YPF