Leyendo:
Para vos, más cepo; para ellos, la Apple Store
Artículo Completo 7 minutos de lectura

Para vos, más cepo; para ellos, la Apple Store

Para vos, más y más y más cepo en el dólar turista. Cuando vos viajas sos antipatria. Para vos más, más y más cepo a los productos importados en dólares. Para vos complicaciones con las tarjetas si querés comprar cosas de afuera. Tarjetas en las que usas “tu” dinero. Para vos cepo casi total al dólar ahorro, si osás protegerte de pesos que valen cada vez menos.

Por todo esto, el video de Silvina Batakis, ministra de economía por 24 días, en el Apple Store de Nueva York es un escándalo. No sólo porque como fugaz titular de las finanzas públicas acuñó la lamentable frase: “El derecho a viajar colisiona o tensiona con el derecho a la generación de puestos de trabajo”. Como si ella pudiera ser sommelier de derechos o decir cuál de tus derechos poder ver garantizado y cuál no. Según sus propias palabras, parte del manual psicopático del populismo vernáculo, ella, por el mero hecho de estar en Nueva York, estaría dañando el futuro de los argentinos. Porque eso dijo, que “cuando uno compra en el exterior y esos dólares son los que deberían ir al sector productivo, estamos dañando el futuro de todos los argentinos”.

Aunque hayan salido a explicar desde su equipo que no compró nada en la tienda de Apple, -parece que sólo fue a tomar unos mates a la coqueta y populosa tienda de la manzanita en la Gran Manzana- el viaje cuesta ¿no?

El punto es que no sólo se arrogan atribuciones diariamente para limitar nuestras libertades económicas, sino que demonizan a quienes simplemente quieren ejercer sus derechos, mientras ellos gozan de los privilegios de sus cargos para saltearse esas mismas normas, y contradecir sus discursos hipócritas, con nuestro dinero, con los dineros públicos. Porque la actividad oficial la pagamos todos.

¿Qué dirán cuando anuncien el “dólar Qatar”? ¿Qué ir al Mundial es de cipayo aunque se vista la celeste y blanca? No es la primera vez que se busca demonizar al que viaja y, peor, yendo más allá del discurso fachista que eso implica, castigarlo. Durante la pandemia, la manipulación con los viajes al exterior le arruinó la vida a miles de argentinos que se vieron varados en muchos casos sin un peso para sostenerse.

El otro día, era parte de la delegación del ministro Wado De Pedro a los Estados Unidos la Directora de Migraciones, Florencia Carignano. En la época de la suspensión de vuelos durante la pandemia, -arbitraria y más extensa que la mayoría de los países que restablecieron sus vuelos lo antes posible-, la misma funcionaria, que entonces hacía las veces de policía de cuarentena y te mandaba controles a tu casa para chequear que no salieras, decía que quedar varado no era tan grave. “Se van a quedar unos días más de vacaciones”, afirmaba en medio de lo que para muchos era un verdadero drama.

El cepo a los viajes, porque era eso, incluía un cupo de 600 ingresos de argentinos por día y para muchos significó quedarse afuera por meses sin los ingresos para solventarlo o en medio de tratamientos médicos o urgencias familiares. Entonces también se trataba de un derecho, el de ingresar o salir libremente del país como lo garantiza la Constitución. Ellos, que dicen que ante cada necesidad hay un derecho, en los casos en que ya hay un derecho, les importa poco afectarlo si es su necesidad.

Este fin de semana habló por primera vez desde el ataque a su madre, el diputado y líder de La Cámpora, Máximo Kirchner. Entre las cosas que dijo se refirió al “dólar soja” de una forma muy curiosa. Dijo que “el Estado fue extorsionado y puesto de rodillas por las cerealeras”. Se refería a la cotización del “dólar soja” para incentivar la liquidación de granos. La medida le reportó al Gobierno el ingreso de US$ 8.128 millones. Para Kirchner, que el campo no quiera perder dinero, a la hora de liquidar, es extorsionar al Estado.

Me pregunto qué haría el diputado si le pidieran darle al Estado el 70% de sus ganancias en hoteles, alquileres o de la herencia de su padre. Porque eso pasa con el campo: el Estado pretende quedarse con la propiedad de los productores porque le parece que ganan demasiado. Más comunista no se consigue.

Y, en realidad, de lo que se tratan los derechos de exportaciones, que casi no se usan en el mundo, es de meter la mano en el bolsillo de los privados para sustentar los “planes platita” 1,2,3 y mil. Y seguir gastando sin control. Ya mismo estamos viendo cómo quieren una tajada de lo recaudado por el “dólar soja” para otro plan asistencial que ahora estará justificado por el porcentaje de indigentes. Porque justificación nunca falta si se trata de manotear una caja. Y así estamos.

Sin duda el kirchnerismo tiene problemas con la libertad de los otros, pero no con la de ellos y menos si son funcionarios. Si es por ganancias excesivas qué decir de las dos jubilaciones de Cristina Fernández, mientras los que cobran la mínima apenas sobreviven. Ella acusó a las empresas alimentarias. ¿Y por casa cómo andamos?

Para ellos el poder no sólo es impunidad sino también privilegios. Pero sus ventajas de casta son un doble cachetazo cuando encima vienen sazonadas por declaraciones moralistas que basurean al que simplemente quiere ejercer sus derechos.

La verdad que, aunque la economía argentina sea un campo minado de cepos, no podemos normalizar, ni aceptar el permanente cercenamiento de opciones para ejercer la libertad económica. Al final, los argentinos pagan, con sus posibilidades de comerciar libremente o de ahorrar en una moneda que no se destruya, los desastres que hacen en la administración de los dineros públicos. Y cada vez que surge un ejemplo, como el de la ministra Batakis, es imposible que no genere indignación.

Aún recuerdo cuando le pregunté al entonces ministro Guzmán si pensaba cambiar sus dólares a pesos, ya que le pedían a la gente ahorrar en pesos y obviamente me dijo que no porque su dinero lo tenía en dólares luego de haber vivido doce años en los Estados Unidos. Ellos no, vos sí.

Desde entonces, la economía no hizo más que cerrarse y el dinero no hizo más que devaluarse al punto de llegar a una inflación anual de la que no había registro en más de 30 años. Te empobrecen, convierten tu dinero en papelitos de colores, y te impiden protegerte ahorrando en dólares. Cuando vos osás viajar, sos un traidor a la Patria, pero ellos se pasean por la Apple Store, y déjenme decir que Batakis no es la primera. En 2014 Wado De Pedro había sido quien se hizo una escapada de madrugada al mismo local de la Quinta Avenida. Y en 2017 se vio con sendas bolsas de la manzanita mordida a un intendente bonaerense. No hace mucho, Cristina mostraba en uno de tantos discursos públicos su iPhone último modelo. De esos que acá supuestamente no se consiguen.

Al final, somos gentiles cuando hablamos de relato. Nos mienten, lisa y llanamente. Y eso es también lo que cruje. Las falsas excusas en nombre del pueblo y la Patria, para cercenar tu libertad. Después se sorprenden cuando la gente demanda otra cosa.

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.