Por Romina Andreani (*)
Un escritorio desbordado de papeles. Fotocopiadoras exhaustas. Archivadores y biblioratos compitiendo por espacio con monitores informáticos. Aunque esta descripción parece sacada de una película ochentosa, todavía sigue siendo el paisaje cotidiano de muchas oficinas. No estamos hablando de aquellas grandes empresas que se subieron a la ola digital desde hace décadas. Pero sí nos referimos a pequeñas y medianas compañías donde las soluciones tecnológicas siguen postergadas hasta nuevo aviso. Y no son pocos casos.
El mundo cambió. Y sigue cambiando. No podemos ignorar que estamos viviendo una transformación digital a nivel global, donde el acceso a nuevas tecnologías permite que las personas puedan optimizar el tiempo y acceder a información de maneras inimaginables hace apenas unas décadas.
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La pregunta es cómo nos equipamos como personas, cómo equipamos a nuestras organizaciones y cómo lo hacemos rápidamente. Pero antes de lanzarnos a cambiar, definamos de qué hablamos cuando decimos “transformación digital”.
La definición más fácil es: Tecnología + Cambio Cultural. ¿Pero esto qué significa? Conceptualmente, consiste en reimaginar el modelo de negocios y brindar un servicio “diferente” a todos los stakeholders. En la práctica, se trata de datos, tecnología y diseño organizativo. Tan simple y tan complejo como eso.
Es una nueva manera de trabajar, de relacionarte con tus clientes, e implica una transformación radical en el ADN de la compañía. Saquémonos de la cabeza la “magia” algorítmica. Mejor entendamos que, simplemente, las tecnologías son herramientas digitales que nos permiten hacer nuevas cosas y de nuevas maneras. En las organizaciones, esas herramientas nos proporcionan acceso a los datos.
Por este motivo, en el corazón de toda iniciativa de transformación digital está la idea de que tenemos que manejar datos, darles sentido y usarlos esos como ventaja competitiva estratégica. Si podemos pensar en las herramientas digitales como grandes autopistas para tener acceso a todas esas formas de datos, entonces estamos realmente pensando en transformación digital.
LA DIGITALIZACIÓN EN LA CADENA DE SUMINISTRO
La digitalización en la cadena de suministro se ha convertido en una necesidad estratégica para mejorar la eficiencia, la visibilidad y la capacidad de respuesta en un entorno cada vez más competitivo. Las empresas que implementan tecnologías digitales logran optimizar sus operaciones logísticas, mejorar la satisfacción del cliente y reducir costos. Sin embargo, dar los primeros pasos hacia la digitalización puede ser un desafío. ¿Cómo empezar?
1- Evaluar el estado actual
Una buena estrategia es abordar la transformación digital desde la perspectiva de la experiencia del cliente. Al priorizar al cliente, garantizamos que el proceso de cambio esté alineado con lo que realmente genera valor para el mercado. Este enfoque puede permitir encontrar ineficiencias y desconexión de procesos internos que tienen un impacto directo en los resultados de la empresa. Entender claramente cuáles son los puntos de contacto con los clientes, cuál es la percepción en cada uno de ellos, va a permitir encontrar mejoras tecnológicas que reflejen beneficios en el corto plazo.
Es clave comprender realmente dónde se encuentra tu cadena de suministro en términos de eficiencia y tecnología. A partir de ahí, se puede realizar un análisis de tus procesos actuales, identificando cuellos de botella, ineficiencias y áreas donde la falta de digitalización está afectando la productividad. Esta evaluación te permitirá priorizar las áreas clave para la transformación. Siempre se recomienda involucrar a todos los actores clave, desde el equipo de operaciones hasta los proveedores, para obtener una visión completa de las áreas que necesitan mejorar.
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2- Definir objetivos claros
Un poco como lo que hoy pasa con AI: es importante entender que la transformación digital no es un fin en sí mismo, sino un medio para lograr objetivos específicos. Antes de comprar productos tecnológicos o implementar cualquier tecnología es fundamental establecer claramente lo que esperas conseguir. ¿Es reducir tiempos de entrega? ¿Mejorar la trazabilidad? ¿Optimizar inventarios? Las metas que se definan deberían ser percibidas por los clientes en algún orden de magnitud. Tener en claro tus metas es el primer gran paso antes de contratar proveedores de tecnología.
3- Tecnologías esenciales para iniciar la digitalización en supply chain
Existen muchas herramientas digitales disponibles, pero algunas son fundamentales para comenzar. ¿Cuáles son? Sistemas de Gestión de Almacenes (WMS) para digitalizar la gestión del inventario, optimizando el almacenamiento y la preparación de pedidos. Sistemas de Gestión de Transporte (TMS) para planificar, ejecutar y optimizar las operaciones de transporte, ofreciendo visibilidad en tiempo real de los envíos. Plataformas de Visibilidad en Tiempo Real que ofrecen una visión completa de la cadena de suministro, permitiendo un seguimiento preciso de productos y materiales en tránsito. La tecnología RFID como estrategia de digitalización permite monitorizar la ubicación y el estado de los envíos, lo que mejora la trazabilidad y la eficiencia operativa. El uso de AI y análisis predictivo puede anticipar la demanda, optimizar rutas de transporte y mejorar la toma de decisiones en toda la cadena de suministro.
Sin duda, la elección de nuevas tecnologías tiene un factor importante a considerar en la vida de una empresa, los tiempos que conlleva implementar estas soluciones juegan un papel crucial en esta decisión. El desafío radica en encontrar soluciones ágiles, innovadoras y abarcativas, que permitan adaptarse rápidamente y modificar el rumbo cuando sea necesario.
En definitiva, la transformación una vez iniciada no debe considerarse como un proceso que tiene una fecha de finalización, sino que es un camino nuevo, sin otro destino que el de alcanzar el liderazgo y mantenerse. Aquí los cimientos se construyen a partir del cambio cultural.
4- Involucrar a tu equipo
La digitalización no solo implica nuevas tecnologías, sino también una nueva forma de trabajar. Es fundamental que el equipo esté alineado y preparado para atravesar el proceso de transformación digital, ya que estará en sus manos la tarea de operar los nuevos sistemas. La experiencia muestra que involucrar a todos los niveles desde el inicio y proporcionarles las capacitación adecuada son piezas claves para fomentar una cultura de innovación en la que se vea la tecnología como una herramienta para mejorar el trabajo diario, no como una amenaza.
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5- Comenzar con un proyecto piloto
Una vez que se tiene claro el objetivo y las tecnologías a implementar, se recomienda comenzar con un proyecto piloto en un área específica, de alto impacto, de la cadena de suministro. Un piloto te permite probar la viabilidad de la solución, identificar posibles desafíos y medir el impacto antes de escalarlo a toda la organización.
6- Medir y optimizar
La transformación digital es un proceso continuo. Una vez implementadas las primeras soluciones, es importante medir su rendimiento frente a los objetivos ya establecidos. Los datos recogidos te permitirán optimizar aún más los procesos y ajustar la estrategia a medida que evolucionen las necesidades del negocio.
Comenzar el viaje hacia la digitalización logística no tiene por qué ser abrumador. Con una evaluación clara sobre tus sistemas actuales y las modalidades de integración necesarias, objetivos bien definidos y la implementación progresiva de tecnologías esenciales, tu empresa estará bien posicionada para mejorar la eficiencia operativa y adaptarse a los desafíos del futuro. ¿Listo para dar el primer paso?
(*) Inversora ángel. Miembro de diversos boards. Mentora. Facilitadora en la creación de empresas