El episodio de los desórdenes en Brasil y la rápida solidaridad de miembros del oficialismo repudiando actitudes golpistas de los manifestantes muestra, una vez más, la falsa moral y la hipocresía de esta gentuza. Más allá de la preocupante situación en Brasil, que mereció la atención de demócratas de todo el mundo, resulta indignante la sobreactuación de los que han tenido y tienen actitudes golpistas, y avalan golpismos y trampas políticas cuando las perpetran los de su banda.
Un grupo grande de miembros del oficialismo llamó a desconocer a la Corte, pero se horrorizan por lo que pasa en Brasil. Justificaron al expresidente peruano, Pedro Castillo, que intentó un golpe de estado anunciando el cierre del Congreso. Los K avalan lo que está pasando en Bolivia, donde se está encarcelando a opositores. Tampoco dicen nada acerca de los más de 1.000 presos políticos que hay en la dictadura cubana después de las manifestaciones pacificas de los ciudadanos. Hacen silencio sobre las muertes y persecuciones en Nicaragua, que está sometida por la dictadura del criminal Daniel Ortega. Son aliados del régimen venezolano, que tiene a cerca de 8.000.000 de exilados y que tortura y mata a opositores. Hacen silencio frente a los crímenes de la dictadura religiosa iraní, aliada de los k, que está asesinando a muchos de los que se han manifestado en defensa de las mujeres perseguidas y muertas por no querer ir con la cabeza cubierta.
La lista de atrocidades internacionales que defiende el gobierno, que le ofreció a Putin ser la “puerta de entrada a Latinoamérica”, es enorme. Se solidarizan en defensa de la democracia según el problema lo padezca o lo genere algún miembro de su secta. Son una burocracia patética cuya agenda maneja solamente cuestiones vinculadas al poder y al dinero.
Entre la innumerables manifestaciones patéticas del oficialismo ha sobresalido la de Santiago Cafiero, que, siempre que puede, hace gala de su notable imbecilidad. Para hablar de lo de Brasil dijo que “en la oposición había una colonización de tendencias antidemocráticas, que se veían en el resto de la región”. “Esto es tanto Trump en los Estados Unidos, Bolsonaro en Brasil y lo representa Mauricio Macri en la Argentina”.
Este es un momento del mundo donde las relaciones internacionales tiene una gran relevancia porque hay una gran convulsión a nivel global. El “políglota” Cafiero solo está en el cargo por tener un apellido lleno de gente que nunca ha demostrado virtudes relevantes, más allá de cantar la marcha peronista los 17 de octubre. Que Argentina ponga a cargo de tamaña responsabilidad al indigente intelectual de Santiago Cafiero explica muchas cosas acerca de la irrelevancia argentina en el mundo. Los argentinos mantienen con sus impuestos a los Cafiero desde tiempos inmemoriales. Santiago se aprovecha de eso y nos muestra su inagotable repertorio de mediocridades.
Ahora habrá sesiones extraordinarias en el Congreso, y el PJ aprovechará para avanzar con un juicio político a la Corte Suprema (mientras sigue sin cumplir un fallo de la Corte). Por supuesto, no tendrá consecuencias, ya que el oficialismo no tiene la mayoría necesaria para hacerlo efectivo. Pero harán un circo para intoxicar a la población con temas que solamente pertenecen a la agenda de los oligarcas del peronismo. Hay una sociedad harta y exhausta que los padece y ve cómo usan el Congreso para los temas del PJ y nunca para tener iniciativas en cosas que mejoren la vida de la gente.
También se ha visto en estos días a miembros de la oposición haciendo campaña en la Costa Argentina como si el país estuviera en un momento de extraordinario bienestar. La política no puede estar desconectada de la sociedad. Hay 40 por ciento de pobres, la inflación destroza los ahorros de la gente, la inseguridad se cuenta en vidas humanas y la tremenda sequía preanuncia una situación penosa para el campo.
La oposición debería hacer campaña con la seriedad que implica la terrible situación. No es momento para mostrar a los candidatos haciendo surf o paveando en la playa. Si quieren mostrarse graciosos, logran lo contrario, si quieren mostrarse cercanos, logran que los ciudadanos los vean como gente que está en una realidad paralela. La sobriedad y la austeridad son requisitos fundamentales para mostrar a los políticos de la oposición concentrados en ver cómo se sale de este desastre.
Siempre es mejor predicar con el ejemplo.