Por Gustavo Sylvestre
La sociedad argentina ha elegido mayoritariamente a Javier Milei como nuevo presidente de nuestro país. Ha sido legitimado por el 55% de los votos, en elecciones libres y transparentes.
Por primera vez desde la recuperación democrática, una persona que no viene de una estructura política sólida y tradicional llega a la presidencia. Y lo hace prometiendo un “severo Plan de Ajuste”.
Otra novedad que deja este proceso electoral es que tras las primera vuelta y el balotaje, la fuerza política que quedó fuera del mismo, JxC, hace un acuerdo político (no dado a conocer en profundidad) con Milei y pasa prácticamente, a “controlarle la campaña y a moderarlo en su discurso”.
“No tengo ningún compromiso con Macri, solo gratitud porque él y Patricia se jugaron por mí y posibilitaron mi triunfo”, le respondió el presidente electo al presidente Fernández en su encuentro de Olivos, cuando el actual mandatario trató de indagar un poco más allá de lo que se conoce públicamente sobre esa asociación electoral.
Macri tenía especial interés en que no triunfe Massa. Existe entre ellos un particular recelo, y una relación rota desde cuando Massa se negó a incorporar en el blanqueo de Macri a sus familiares directos, cosa que el expresidente luego concretó por decreto, recientemente volteado por la Justicia. Además, el expresidente aún tiene abiertas en la Justicia tres causas judiciales, dos de las cuales (Parque Eólicos y Autopistas) lo podrían complicar en el futuro mediato, si la Justicia decidiera investigar en profundidad.
El presidente electo fue advertido de esto: “Mirá que Iguacel está hasta las manos en la Causa Autopistas, ni se te ocurra nombrarlo en algún cargo importante”, fue el consejo que recibió tras conocerse el deseo de Macri de llevarlo a la presidencia de YPF.
Macri trató de mostrarse, por estas horas, como el “garante institucional” del Gobierno de Milei. Incluso antes del balotaje llegó a afirmar, a sus votantes, que lo voten sin temor ya que él y su fuerza serían el límite, en caso de que el libertario se “excediera”.
Por estas horas jugó fuerte y lanzó una peligrosa y grave advertencia: llamó a los jóvenes y a aquellas personas que votaron por Milei a enfrentar en la calle a “los orcos que salgan a oponerse a las medidas que adopte el presidente”. “Orcos”, en el leguaje macrista, dícese de aquellos argentinos/as que eventualmente salieran a defender sus derechos.
Tampoco ha sido tranquilizador el mensaje del presidente electo, al anunciar “seis meses de sufrimiento, producto de un ajuste duro”, que será defendido por las fuerzas policiales. ¿Hasta dónde llegará la sociedad política entre Milei y Macri? Hasta el momento, el expresidente no ha logrado imponer nombres de importancia en cargos relevantes, en el armado del futuro Gobierno. Y Juntos por el Cambio NO EXISTE YA COMO TAL, por lo que habrá que ver qué sector del PRO acompaña a mano alzada los planes del libertario.
Salió Newsweek Argentina de diciembre: ¿cómo será la Era Milei?
A todo esto, el peronismo deberá recomenzar una dura tarea de autocrítica, depuración y renovación de liderazgos, tras el “sopapo electoral”.
La UCR tiene la oportunidad histórica de recuperar su esencia de “partido de poder” y su doctrina, archivada mientras duró la convivencia con el PRO, para mostrarse como alternativa democrática. El excandidato presidencial Horacio Rodríguez Larreta intentará llegar, el año próximo, a la presidencia nacional del PRO y desde allí liderar un nuevo espacio de centro junto a los radicales y a Elisa Carrió, la primera en advertir, hace meses, que un eventual Gobierno de Milei solo cerraría con represión y muertes.
Y el Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof, el único victorioso con futuro político dentro del espacio de UP, deberá vencer las expectativas del kirchnerismo duro, al que muchos ya miran de reojo, para tratar de cercarlo en el armado de su renovado gobierno bonaerense.
Todo está por verse en esta Argentina de las sorpresas permanentes.