Por Gustavo Sylvestre
El siempre reconocido expresidente Raúl Alfonsín, a quien deberían volver a recordar los radicales, solía decir que la Democracia era tan generosa, que había permitido que tipos como Aldo Rico fueran incorporados, en calidad de integrantes, al Congreso de la Nación.
Y es precisamente esa Democracia la que hoy sigue otorgando las herramientas a las que debe recurrir, en forma urgente, la dirigencia política: son el diálogo y la búsqueda de consensos para llegar a acuerdos básicos, que permitan recuperar la racionalidad perdida, y así no seguir penando en las necesidades de una sociedad que ve con desesperanza cómo sus dirigentes pierden el tiempo en luchas personales y de egos, que nada tienen que ver con sus urgencias cotidianas.
Gustavo Sylvestre
Recuerdo que tras la firma del Pacto de Olivos, donde la mayoría del peronismo y del radicalismo se pusieron de acuerdo para la Reforma Constitucional del 94, se habló mucho del Núcleo de Coincidencias Básicas, que daba una base de temas para asegurar la Reforma.
Hoy habría que retomar ese concepto, y asegurar no más de cinco grandes temas que sean la base para un Gran Acuerdo Nacional. Hace un tiempo, un importante dirigente político, retirado de la política activa, y preocupado por el clima de intolerancia e irracionalidad que vive nuestro País, pensaba en voz alta que los principales candidatos a Presidente que surjan de las próximas PASO deberían comprometerse a que, el que gane la elección, convoque de inmediato al perdedor para, de común acuerdo, comprometerse en torno a temas que conformen una agenda básica de prioridades para la sociedad.
La Vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, en sus ultimas apariciones públicas, antes del atentado, habló de la necesidad de este acuerdo y proponía, por ejemplo, debatir en torno a la Economía Bimonetaria. Es un tema concreto para un debate que debe llegar en algún momento.
Se han iniciado gestiones en los últimos días para lograr acercamientos entre algunos líderes políticos para buscar la posibilidad de este acuerdo. Una vez más, las señales nos llegan desde afuera. Hoy la Argentina se ha vuelto un Objeto de Deseo para las grandes potencias del mundo, que necesitan de nuestra energía y de nuestros alimentos, para sobrevivir. Así se lo han hecho notar al Presidente Alberto Fernández en la reciente Cumbre de las Américas. O en la reunión del G7, las naciones más importantes del mundo, donde la Argentina fue invitada especial. O frente a la posibilidad de ingresar al bloque de los BRICS. Y en todas estas reuniones también nos han advertido de la necesidad de lograr acuerdos básicos, que permitan que podamos desarrollarnos mejor como país, y de poder utilizar inteligentemente las riquezas que la Naturaleza nos ha dado.
Ya lo dice el Martín Fierro: “Los hermanos sean unidos, porque esa es la ley primera / Tengan unión verdadera, en cualquier tiempo que sea / Porque si entre ellos se pelean, los devoran los de afuera”.
