Por Roberto Bacman (*)
Quedan pocas horas para que se lleven a cabo las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) en nuestro país y el panorama se presenta realmente complejo. Una serie de factores influyen de manera significativa en el clima electoral.
Las elecciones que se avecinan son muy importantes: nuestro país atraviesa un momento bisagra, con una crisis económica muy significativa, como producto de un país endeudado que se ha quedado con escasas reservas.
Insólito: un candidato no competía contra nadie y perdió frente a los votos en blanco
Sin embargo, el panorama no deja de ser particular, dado que a pesar de la situación actual, Argentina posee un gran potencial que ya ha comenzado a desarrollarse: Vaca Muerta, un verdadero océano de gas y petróleo, y los productos del agro y el litio, que si son explotados correctamente y al mismo tiempo se aplican políticas de desarrollo industrial que le permitan iniciar un proceso con el objetivo de brindar valor agregado a nuestra economía, servirán para superar este difícil momento.
La cosa parece sencilla pero no lo es. Ocurre que existen dos modelos para asumir los tiempos que corren y los desafíos que se presentan. Son dos modos antitéticos para interpretar la situación y por sobre todas las cosas, para proponer y ejecutar un modelo de país para el futuro.
Y esta dicotomía no es una cuestión menor, dado que es lo que está en juego en las elecciones que se realizarán este año -y en donde las PASO se constituyen en la primera fase de un proceso electoral- implica mucho más que elegir un presidente: la cuestión de fondo, el verdadero objetivo, es qué modelo de país desea la mayoría.
Y este principio es muy importante: es un momento clave y, por consiguiente, se convierte en una elección crucial.
Pero así como en economía existen bienes escasos, en política también los hay. Y en estas PASO el bien escaso es la participación, especialmente en un momento donde la decisión es crucial y la alta participación popular es sustancial. Por antecedentes, por lo que ocurrió en las elecciones de medio término de 2021 y los comicios provinciales ya realizados, se estima que la participación en las PASO puede llegar a ser significativamente baja.
Elecciones 2023: el 10% de los argentinos no iría a votar o lo haría en blanco
El posible bajo índice de participación se haya convertido en un verdadero problema. Dos datos concretos evidencian lo que está pasando: la participación descendió en promedio un 5% y, como aspecto asociado, el voto en blanco creció un tercio.
Detectar cuál es el problema y recorrer sus claves es un verdadero desafío. Desde las elecciones de medio término de 2021, cuando este fenómeno de baja participación se hizo presente, se detectó que además presentaba un dolor de cabeza adicional para la coalición gobernante: la mayor parte de ellos eran históricos votantes de orientación peronista.
¿Cuál es el meollo de la cuestión? El segmento de los votantes en transición. Esta categoría sociológica se compone por aquellos entrevistados que responden que están indecisos, que van a votar en blanco o que directamente no irán a votar.
Sin embargo, nadie puede estar seguro de que digan toda la verdad. ¿Acaso mienten? Para nada. Por el contrario, más que mentir esconden: no es lo mismo que estén indecisos y finalmente opten por un candidato en concreto, a que contesten que están indecisos, aunque saben a ciencia cierta que no irán a votar o finalmente sufragarán en blanco.
Ese es el gran interrogante: ¿cómo se comportarán finalmente estos votantes en transición?
Como corolario, es importante señalar que el resultado está abierto. El segmento de los votantes en transición es muy alto y su decisión final será la clave del resultado de estas primarias.
(*) Roberto Bacman es Sociólogo – Director de la consultora CEOP
