Hoy se cumplen 27 años del crimen de José Luis Cabezas, el fotografo de la revista Noticias que fue asesinado en Pinamar el 25 de enero de 1997 por una banda conocida como «Los Horneros», liderada por expolicía, Gustavo Prellezo.
Su compañero y amigo, el periodista Gabriel Michi, que lo recuerda todos los días, habló con Newsweek y explicó las razones por las que los asesinos de José Luis hoy están libres.
Además dejó en claro por qué la frase «No se olviden de Cabezas» debe estar siempre vigente en cada trabajador de los medios de comunicación y en toda la sociedad.
«El juicio que se hizo en Dolores condenó a penas de prisión y reclusión perpetua a todos los asesinos», indicó y precisó: «Prisión perpetua a los civiles y reclusión perpetua a los policías», debido a que, «la reclusión es más grave. Entonces se consideró como un agravante el hecho de que sean policías».
«Se les dio reclusión perpetua en el juicio del 2 de febrero del 2000 a: Gustavo Prellezo, el policía que asesinó a José Luis y a Sergio Camarata y Aníbal Luna que eran los otros policías que hicieron inteligencia sobre Jose Luís y sobre mí», detalló y agregó: «A Los Horneros que eran, porque una falleció, Horacio Braga, Sergio Gustavo González, Héctor Retana y José Luis Auge se les dio prisión perpetua porque eran civiles».
«Y también se le dio perpetua a Gregorio Ríos, el jefe de la custodia de (Alfredo) Yabrán», sumó.
«Así terminó el juicio», marcó y agregó que «Silvia Belawsky, la policía que era esposa de Prellezo, zafó del juicio y también en el juicio se liberó a Carlos Redruello, un informante policial que había desviado la investigación hacia la banda de Pepita ‘la pistolera'». «Si bien desvió la investigación no se le encontró un vínculo directo contra el crimen».
«Los delincuentes apelaron el fallo: fueron al Tribunal de Casación de la Provincia de Buenos Aires y allí dos jueces, Piombo y Sal Llargués le cambiaron la carátula a la causa, le pusieron un delito menor por el cual habían sido condenados«, explicó y añadió: «Le pusieron un número a la cantidad de años que debían pasar en prisión y se los redujeron».
A su vez, «le aplicaron el 2×1 que estaba vigente en ese momento, significa que se los comuputaron dos diás de prisión por cada uno que pasaron tras las rejas sin una condena firme, y después con la buena conducta les redujeron aun más».
Por lo tanto, subrayó: «Los asesinos comenzaron a salir en libertad mucho tiempo antes del que correspondía: algunos cumplieron siete años de prisión, el que más cumplió fue Prellezo que estuvo 12 años».
Acto seguido, recordó que «la familia de José Luis apeló esa sentencia, fueron a la Corte Suprema de la Provincia de Buenos Aires» y desarrolló: «La Corte bonaerense dijo que estaba mal la reducción de las condenas, que tenían que volver al fallo anterior».
Ante esto,»los asesinos apelaron ante la Corte Nacional y años después, la Corte Nacional también dijo que había que volver a las perpetuas pero en ese tiempo que transcurrió el fallo más benéfico es el que opera y por lo tanto, siguieron en libertad».
«Algunos estuvieron con libertad condicional, otros con prisión domiciliaria», precisó y dejó en claro que «al ir consiguiendo esos beneficios, hoy están todos libres».
«EL CRIMEN DE CABEZAS ES EL PEOR ATAQUE A LA LIBERTAD DE EXPRESIÓN»
Michi recalcó que «el crimen de José Luis Cabezas es sin dudas el peor ataque a la libertad de expresión desde que volvió la democracia a la Argentina» porque «era la primera vez que ocurría un crimen desde la vuelta de la democracia contra un periodista por su función como periodista».
«Y hubo un mensaje de silenciamiento a toda la prensa«, remarcó y sostuvo que «creo que por eso la reacción que hubo de todos los medios, indistintamente de su posicionamiento ideológico, político y de todos los periodistas más allá de cualquier ideología, tuvo que ver con esa defensa de un valor fundamental para el trabajo periodístico que es la libertad de expresión«.
«TEMIAMOS QUE ARGENTINA SE TRANSFORMARA EN COLOMBIA»
«Aparte todos temimos que Argentina terminara siendo lo que en ese momento era Colombia«, resaltó y marcó: «Donde un asesinato se sucedía al otro de periodistas porque justamente ninguno era juzgado ni condenado. Había una enorme impunidad».
«Por eso, creo que el crimen de José Luis nos encontró unidos en ese reclamo de justicia también por una cuestión de autopreservación como personas, como periodistas y de nuestro bien más preciado que es la libertad de expresión», destacó.
«EL CRIMEN DE JOSÉ LUIS ES COMO UNA MÚSICA DE FONDO QUE ME VA A SEGUIR ACOMPAÑANDO TODA LA VIDA»
«En mi caso personal que era compañero y amigo, su crimen fue un golpe letal, terrible«, admitió y contó: «Desde lo humano se hizo muy difícil poder seguir hasta atravesé crisis existenciales sobre el periodismo, sobre si seguir o no».
«Yo me di cuenta que si abandonaban la pelea ganaban los malos», realtó e hizo hincapié en «que no podía yo quedarme de brazos cruzados viendo que sus asesinos estaban libres».
«No me lo hubiese perdonado jamás, no haber hecho todo lo posible para que se llegue a la verdad, para luchar», expresó y añadió: «Para incluso encabezar las marchas que se hacian junto con la familia de José Luis y con los periodistas reclamando justicia».
«Y para buscar la verdad como periodista, investigando», enfatizó y confesó: «El crimen a mí me marcó a fuego y es el día de hoy que me sigue marcando».
«Yo siempre digo que el caso de José Luis es como una música de fondo que me va a seguir acompañando toda la vida», sostuvo y añadió:«Por más que no esté en primer plano todo el tiempo siempre algo aparece».
«También porque yo mantengo un vínculo muy fuerte con la familia», remarcó y explicó:«Somos una especie de familias ensambladas por el dolor, pero nos ayuda mucho el tener el apoyo de los otros para sostener este reclamo de justicia y esta lucha».
«Para sostenernos básicamente como personas», señaló y cerró:»Así que sí fue particularmente muy duro y como periodista fue un golpe muy fuerte, debido a que, me tocó estar del otro lado de la noticia, ser parte de la noticia, conocer el dolor de las víctimas en forma directa. Eso te cambia como persona y te hace tener una mirada más humana sobre el periodismo».