Por Gabriel Michi
El presidente cierra su primer aniversario en el poder fortalecido por algunos números de la economía que se encarrilaron y por una oposición dividida y debilitada. ¿Qué se puede esperar para el futuro? ¿Cómo llegará el oficialismo a las elecciones de medio término? ¿Y el resto de los partidos? ¿Qué dicen las encuestas? La mirada de varios de los más importantes analistas sobre estos dilemas cruciales que afrontan la administración libertaria y la Argentina en su conjunto.
El 2024 fue un año de una vorágine impensada. Alocada. Disruptiva. Una vorágine con el sello “Javier Milei”. Con todo lo que eso representa. Un plan de ajuste sin igual, un escenario de pelea permanente y de revisión de mucho de lo establecido. Con una extraña ecuación en la que el Gobierno pudo imponer su voluntad aun con un Congreso en completa minoría, sin gobernadores propios y ni siquiera intendentes. Con el rechazo de amplios sectores de la oposición y de varios sindicatos y movimientos sociales.
Pero nada de eso lo detuvo. Y sacó leyes y bloqueó otras, con los votos prestados de sectores negociadores que no se quisieron pelear o se alinearon por algún motivo. E incluso, con el desempate agónico en el Senado de Victoria Villarruel, su vicepresidenta, con la que está peleado y a la que considera parte de “la casta”.
Así, el Gobierno de Milei logró llegar a un fin de año con algunos números que lo benefician: baja de la inflación, dólar estable, riesgo país en picada y señales de reactivación en ciertos rubros. Y con otro elemento que lo favorece: la falta de reacción y la división de la oposición. Pero ¿cómo será 2025? Newsweek Argentina consultó a varios de los más influyentes analistas del país.
Para Carlos Fara, presidente de la Asociación Internacional de Consultores Políticos (IAPC), “en materia económica, en 2025 va a haber menos inflación y va a rebotar la economía, aunque eso no sea crecimiento. Va a ser positivo para el Gobierno”.
Fara sostiene que si, tal como considera la Casa Rosada, va a haber un mejor escenario en la segunda mitad de 2025, eso podría favorecer al Gobierno en las elecciones de medio término; y más si se tiene en cuenta la virtual parálisis en la que entrará el Congreso. A eso se suma que el oficialismo “está demostrando bastante astucia y aprendizaje en el plano de lo político”. El analista aclara que “obviamente va a ser un año conflictivo, porque es electoral y porque además es el gran test social del ‘experimento Milei’, pero con este clima económico, lleva ventaja a favor”.
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Federico Aurelio, titular de la consultora Aresco, analiza que “el primer año de gestión de Milei ha sido de ajuste, y la mayor parte de la población dice que su bolsillo se ha visto afectado, pero algo más de la mitad, en particular de los que lo votaron en el ballotage, considera que es un ajuste que vale la pena porque tienen expectativas de que las cosas van a mejorar; es decir, la gente le busca un sentido al esfuerzo que están realizando, a diferencia de otros momentos donde el esfuerzo llevaba al enojo, el enojo al reclamo y ahí los gobiernos dejaban de tomar muchas de esas medidas”.
Desde ese punto de vista, para Aurelio la mirada hacia el futuro podría beneficiar al oficialismo. “Sin duda, la principal crítica que hoy tiene la sociedad a la gestión Milei es la afectación en el bolsillo de muchas de estas decisiones del Gobierno. El 2025 será más intenso desde la óptica política porque es un año electoral, donde habrá que ver bien cómo se definen los espacios políticos”.
Según Hugo Haime, titular de la consultora homónima, “en este momento hay un gobierno en plena iniciativa política; una oposición que comienza a articularse a partir de Cristina (Fernández de Kirchner) en el peronismo, pero con discusiones internas; un PRO que casi no existe y no se sabe si se entrega o no se entrega; y un radicalismo que está partido. Esa es la situación el día de hoy con un gobierno que va mostrando cifras económicas que le dan tranquilidad”. Sin embargo, para el especialista hay que esperar para ver qué pasa de aquí a marzo próximo. ¿Por qué? “Porque este es un gobierno de expectativas; hay más gente que tiene expectativas y quiere que las cosas vayan bien, de la que evalúa positivamente la acción del Gobierno”. Y continúa: “Hay que esperar que pasen las vacaciones y el comienzo de las clases. Ahí lo vamos a tener más claro cómo viene todo”.
Por su parte, Mariel Fornoni de Management & Fit considera, que “hay dos variables que son muy críticas para la gente, que son la inflación y el tipo de cambio, y (el Gobierno) las mantiene controladas. Me parece que el desafío para el 2025 en materia económica es la reactivación de los sectores porque, independientemente de que digan que los salarios le ganan a la inflación, sabemos que no es así. Hay una inflación en dólares que hace que hoy se esté muy lejos del poder adquisitivo que se tenía un año atrás”.
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Fornoni cuenta que el 60% de las personas asegura que tiene que usar sus ahorros para llegar a fin de mes y que el 50% dice que la está pasando mal, pero que “eso no impacta en el nivel de aprobación de gestión, ni en la imagen de Milei, que hoy sigue alta”. Según su análisis, esa expectativa sigue elevada porque la gente “entiende que hay que darle tiempo y que va por un buen camino”. Aunque hay que estar atentos a lo que ocurre con el desempleo que “va a ser una preocupación” y puede transformarse en un gran desafío.
En tanto, Paola Zuban (de la consultora Zuban Córdoba) señala que “es muy difícil saber” qué puede pasar en 2025 “porque las medidas tomadas en el primer año empezarán a mostrar resultados en el segundo, para bien o para mal”. “Por ahora, en términos de opinión pública, el 56% cree que el país va en la dirección incorrecta y es porque la gran recesión impacta en la microeconomía: aunque el Gobierno se empeñe en destacar la mejora de la macroeconomía, esto la gente no lo está viendo en su día a día. Cuando preguntamos sobre los logros del Gobierno, el 18% destaca la baja de la inflación, pero no aparece otro, mientras que el 43% sostiene ‘ninguno’”.
DESAFIOS Y ELECCIONES
El 2025 va a ser un año con un alto voltaje político que tendrá como clímax las elecciones legislativas donde el Gobierno se enfrenta a algo mucho más importante que una parada de medio término: se juega su propio destino. Un buen desempeño en las urnas le podría garantizar una presencia en el Congreso mucho más sólida y con legisladores propios (no prestados), además de la tranquilidad de un respaldo mayor por parte de la ciudadanía. Y, quizás, soñar con algo que parece de ciencia ficción pero de lo que hoy se animan a hablar con menos secreto: la ilusión de una reelección para Javier Milei, tal como queda en claro en la entrevista que Newsweek Argentina le hizo al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Sin embargo, los desafíos son muchos.
Según Carlos Fara, en las elecciones va a haber tres grandes actores: el Gobierno (con los propios y quizás lo que aporte Mauricio Macri), Unión por la Patria (o como se llame), y en el medio un espacio que se podrá conformar con fuerza en algunos distritos, aunque con poco margen a nivel nacional. “Yo creo que a priori pinta para un escenario de polarización. Esto es el blanco-negro que les conviene a Milei y a Cristina”.
En tanto, Hugo Haime, asegura que en esas elecciones legislativas si el Gobierno saca un 30% de los votos “estará duplicando la cantidad de diputados nacionales que obtuvo en 2021”.
Según el analista, hay que ver qué ocurre con una virtual alianza entre La Libertad Avanza y el PRO en las distintas provincias. Pero donde hay que prestar particular atención es en la Provincia de Buenos Aires: “Si allí el oficialismo triunfa, las cosas se le van a hacer mucho más fáciles y obliga al conjunto de la oposición a replantearse todo, sobre todo al peronismo. Ahora, si el Gobierno pierde en la Provincia de Buenos Aires, las cosas se le van a complicar muchísimo, tanto desde el punto de vista político como del económico, porque ese es el fantasma”.
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Y la clave allí también estará en si Cristina es candidata o no. “Hay muchos interrogantes pero con una situación en principio favorable al Gobierno, aunque pueda seguir siendo minoritario”, concluye Haime.
Para Mariel Fornoni, “la oposición está destrozada y ese es otro gran activo que tiene Milei”. Según la politóloga, el Gobierno logró meterse y destruir a distintos espacios políticos, sumado a las reyertas internas que se dan, por ejemplo, en el peronismo con la disputa entre “CFK y Axel”. “No veo que la oposición pueda rearmarse”, sentencia. Y explica que los tiempos corren y si llegara a haber elecciones PASO en agosto, el 15 de mayo ya hay que cerrar las listas y entre marzo y abril ya deberían comenzar a definirse candidatos.
“Es muy poco tiempo como para que se vea una recuperación o que surja alguien. El dedo de Cristina está complicado y hay que ver si ella decide ser candidata a la Provincia”. Y allí reaparece el fantasma de la polarización y una elección “muy binaria”.
“Si el Gobierno llega a sacar entre 35 y 40 puntos en las elecciones, que es algo razonable (ellos dicen que van a sacar 50), eso lo estaría poniendo casi con 90 bancas en Diputados y 15 en Senadores, depende cómo vengan las provincias”, explica Fornoni quien plantea como una incógnita que puede pasar con Macri y su apoyo a Milei y si se va a terminar cerrando un acuerdo o fusión electoral.
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Para Paola Zuban, “la oposición, al igual que el oficialismo, está fragmentada internamente y ha roto su contrato social con la ciudadanía. Aún no sabe cómo recomponer esa relación”. Por eso, las elecciones legislativas aparecen como una gran incógnita, más si se tiene en cuenta que aún no se sabe si habrá alianzas o más divisiones.
“Las elecciones legislativas son un mecanismo de aprobación o rechazo de los oficialismos, y en el caso de Milei, la necesidad de fortalecerse en el Congreso”.
Por su parte, Federico Aurelio señala que “hoy el Gobierno logra una muy buena intención de voto: hay que ver si sostiene un acuerdo con el espacio del PRO; si es así, tiene una alta probabilidad de hacer una buena elección a nivel nacional. El peronismo, con también un buen acompañamiento, aparece como principal espacio opositor; no veo hoy terceras fuerzas”. Según Aurelio, “el peronismo está muy competitivo en la Provincia de Buenos Aires y puede pretender tener una buena elección, a pesar del buen acompañamiento que hoy tiene Milei en el conjunto del país y también en territorio bonaerense”.
Según el politólogo Pablo Salinas –quien viene haciendo un detallado seguimiento de las renuncias y expulsiones de funcionarios y que ya sumaron más de 90-, el eje de la campaña estará centrado en la economía y el ajuste. Y sus consecuencias en el humor social. Eso impactará en el electorado de manera directa. Tanto del oficialismo como de la oposición.
A eso hay que agregar los tiempos electorales: “Con la aprobación de la Boleta Única de Papel (BUP) el cronograma electoral nacional comenzará en mayo y se extenderá hasta fines de octubre. Serán 8 meses en donde tendremos poca actividad en el Congreso Nacional (como en todos los años electorales). Esto nos da la pauta que será un año marcado por los actos electorales y que la atención política estará colocada en esa dimensión”.
Una de las pocas certezas es que, en principio, La Libertad Avanza conseguirá más bancas (pone en juego pocas en Diputados y ninguna en el Senado), en detrimento del resto de las fuerzas que perderán escaños. “Eso dejará una conformación legislativa en la cual el Gobierno estará muy cerca por sí mismo de garantizarse el tercio de bloqueo en Diputados, pero que no le será suficiente para tener lo mismo en la Cámara de Senadores, donde tendrá que seguir negociando apoyos. En suma, de no mediar un cisne negro, las elecciones de medio término dejarán un Gobierno fortalecido y una oposición en una situación aún más caótica que la actual”.
