El debate en torno a la reforma de los Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) y el canje de deuda serán puntos álgidos en el Congreso. A pesar de haber logrado el apoyo de los dialoguistas y del PRO, el gobierno de Javier Milei no tiene garantizada la victoria este martes. La oposición, especialmente Union por la Patria y otros, se muestra con los números suficientes para avanzar con los proyectos, aunque el oficialismo ya tiene trazada una estrategia de contención.
A pesar de las gestiones del Gobierno, que incluyen el respaldo del PRO y la UCR, la falta de coordinación y la desconfianza mutua entre los actores políticos han complicado la posibilidad de frenar la reforma en el Congreso. De hecho, no alcanzaría el apoyo necesario para bloquear las propuestas de la oposición.
El PRO ha jugado un papel fundamental en la gobernabilidad de Milei, aunque su apoyo no ha sido del todo incondicional. En su última reunión, el partido liderado por Mauricio Macri resolvió apoyar al Gobierno, pero con una serie de condiciones. La relación con la Casa Rosada atraviesa un momento tenso, principalmente por la falta de coordinación y comunicación efectiva entre los actores políticos.
Desde adentro del PRO han expresado en diversas ocasiones su malestar por la falta de contacto directo con los funcionarios de mayor jerarquía del Gobierno. A pesar de los intentos de acercamiento, el PRO considera insuficiente el trato recibido, especialmente después de que algunas promesas no se hayan cumplido. Esto ha generado cierto malestar dentro de sus filas, que ven en la falta de comunicación un obstáculo para avanzar en acuerdos clave.
En este sentido, dirigentes del PRO han manifestado que no pondrán en riesgo la gobernabilidad, pero insistieron en que el Gobierno debe actuar con mayor claridad y eficacia. Aunque resolvieron no dar quórum en la sesión del Congreso, no se bloquearía la reforma en su totalidad. El oficialismo entiende que el PRO sigue jugando a dos bandas: por un lado, apoya la gobernabilidad; por otro, no está dispuesto a ceder sin que se garanticen ciertos acuerdos.
La estrategia del oficialismo: el veto como última carta
El Gobierno, por su parte, se mantiene confiado. A pesar de la falta de apoyo en el Congreso, la Casa Rosada apuesta al veto presidencial como último recurso para frenar la reforma. Javier Milei ya ha dejado en claro que no dudará en vetar cualquier modificación en la reglamentación de los DNU.
Por otro lado, está el decreto que otorga mayores libertades para llevar a cabo el canje de deuda. Si bien la oposición podría limitar la capacidad del Ejecutivo para tomar decisiones rápidas en cuestiones económicas, el oficialismo también lo incluyó en el Presupuesto 2025, que todavía está en discusión.
Ante la falta del apoyo necesario en el Congreso, la estrategia de Milei pasa por el veto y evitar que las modificaciones a los DNU se hagan efectivas. Sin embargo, no será solución definitiva, ya que luego tendría que tener el apoyo para sostenerlo.
A pesar de los esfuerzos del oficialismo por desactivar la reforma, la oposición parece tener el quórum asegurado para dar inicio a la sesión. La convocatoria a una sesión especial, impulsada por la oposición, cuenta con el respaldo de bloques como Unión por la Patria, Democracia para Siempre y Encuentro Federal, quienes juntos suman más de 135 votos.
Mientras algunos sectores de la oposición, especialmente los más moderados, podrían mostrarse reacios a dar un apoyo total a la reforma, el kirchnerismo y otros sectores más duros están comprometidos con avanzar en los proyectos. Aunque el PRO ha decidido no participar en la sesión, sigue siendo un actor clave en las negociaciones; en la mañana del martes, se espera que algunos funcionarios del Gobierno se reúnan con dirigentes que insistirán con sus demandas.
La jornada en el Congreso comienza con una reunión de Labor Parlamentaria a las 13:30, donde se ajustarán los detalles para la sesión programada a las 15:00. La oposición, que ya tiene asegurado el quórum, se prepara para una votación que podría ser muy reñida.