Por Rodrigo Calegari, enviado especial de Noticias Argentinas a Nueva York
La gira del presidente Alberto Fernández en Estados Unidos termina siendo un nuevo aire para el mandatario argentino que logró recuperar el protagonismo internacional que tenía cuando comenzó la pandemia y pudo renovar la confianza del Fondo Monetario Internacional (FMI), clave para estabilizar la economía y para poder pensar en un programa de recuperación y crecimiento con Vaca Muerta como la gran esperanza de inversión.
“Vamos a hacer del desarrollo energético la principal política de Estado que la Argentina necesita”, concluyó frente a los empresarios petroleros en Texas. «Pudimos avanzar sobre temas que nos preocupan y pudimos traer la mirada del gobierno argentino a las Naciones Unidas», resumió Fernández.
En el plano político, el jefe de Estado retomó el camino que se había propuesto en los primeros meses de la pandemia: convertirse en la voz del resto de los presidentes de Latinoamérica y el Caribe. Y se va de Estados Unidos con la confirmación del Gobierno norteamericano de que la bilateral postergada con Joe Biden se realizará antes de noviembre, mes en el que se definirá su suerte en las urnas.
Esa “cordial y fluida” relación con la administración Biden, como la definen desde el Gobierno, puede resultar clave también para recuperar el espacio perdido en el contexto internacional. El apoyo del secretario de Estado, Antony Blinken, a las políticas sobre Derechos Humanos y la posición de vanguardia que tiene la Argentina en lo que respecta a los derechos adquiridos por el colectivo LGTBI también son leídos por el Gobierno como una muestra de confianza.
No fue antojadiza la elección de Fernández de centrar su discurso en la Asamblea General de las Naciones Unidas en el fallido atentado contra Cristina Kirchner. Desde la defensa de las instituciones, el repudio a las violencias políticas y los discursos de odio, el objetivo también fue recuperar empatías y definir el nuevo mapa de Latinoamérica, lejos de Bolsonaro pero cerca de Castillo, Petro, Arce y Boric. Y por supuesto condenando los bloqueos de Cuba y Venezuela y tildando de ocupación al conflicto bélico entre Rusia y Ucrania.
Se habló de generar una mesa de diálogo en la que la Argentina tenga un papel fundamental. “Como se dijo en la universidad, si no formás parte de la mesa, sos parte del menú», bromeó Fernández, y agregó: «Yo les planteé a Macrón y a Pedro Sánchez que el conflicto que se generó por la invasión de Rusia a Ucrania nos excede a todos, y que en el Hemisferio Sur hay muchas pérdidas por esa guerra que se refleja en el hambre. Todos estamos de acuerdo en que tiene que terminar ya».
ALBERTO FERNÁNDEZ RENOVÓ SU PROTAGONISMO INTERNACIONAL
Ese conflicto bélico europeo también fue central en cada una de sus exposiciones por “la oportunidad” que puede resultar para la Argentina la crisis energética y alimentaria generada por la guerra. “No puede ser que los misiles vuelen en el norte, pero la hambruna se sienta en el Sur”, destacó en su exposición ante los estudiantes de Nueva York. En ese plan de buscar oportunidades, encontró apoyos resonantes como Antonio Costa, de Portugal, y Emmanuel Macrón, de Francia, para tratar de que la Argentina pueda ser el país que se constituya como la gran salida alimentaria y energética ante la crisis del viejo continente. Pero fue más allá, también generó alianzas para tratar de encontrar un apoyo global a la regulación de los contenidos de las redes sociales, especialmente las que contienen mensajes de odio o discriminación.
En el plano económico, Alberto Fernández aprovechó el trabajo que hizo Sergio Massa en Washington y Houston y lo capitalizó con la “muy positiva” reunión con Kristalina Georgieva en la que ratificó la confianza del FMI con la Argentina, independientemente de los cambios de nombres en el ministerio de Economía. “La salida de Guzmán nos generó sorpresa, pero fue muy positivo para nosotros ver a (Silvina) Batakis trabajando con Sergio Massa en un mismo sentido”. Y resumió su espaldarazo a la Argentina con una frase que resumió su visión sobre nuestro país. “Tres ministros, un programa” y confirmó que se aprobará la segunda revisión del acuerdo con el organismo internacional.
“Con Georgieva tuvimos una excelente charla y hablamos de todos los temas. Ella entiende perfectamente el contexto internacional. No se habló de cambio de metas, pero la guerra alteró las condiciones económicas del mundo”, concluyó Alberto sobre su cita más importante en Estados Unidos.
La explotación de litio como la gran apuesta estratégica para consolidar un recurso que sigue creciendo y el cónclave con los petroleros en Houston, donde trató de colocar a Vaca Muerta como el futuro energético del continente. Con un plus que era lo que necesitaban escuchar los inversores: la semana próxima Sergio Massa enviará al Congreso una ley para darles seguridad jurídica y reglas de juego claras. Y vendrán con Wado de Pedro un grupo de gobernadores del norte para hablar de litio, inversiones y producción a gran escala. «Es un proyecto en el que estamos trabajando con Massa desde hace varios días y con la finalidad de dar certidumbres a los inversores en las energías renovables como litio o hidrógeno y todas sus variantes», explicó Fernández.
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