El debate en por la Ley Ómnibus va llegando a su tramo de definiciones en Diputados antes de marchar al Senado, y en el medio el Gobierno de Javier Milei va forzando a todos y cada uno de los sectores a pronunciarse a favor o en contra de su amplísima agenda.
Pero Alfredo González, presidente de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), no cree que ese sea el abordaje adecuado, porque el sector de Comercio viene trabajando desde hace muchísimos años en las normas que hoy se están tratando.
“No se trata solo de si estamos a favor o en contra. Hay muchas situaciones en las que en parte estamos a favor, pero en parte necesitamos que se corrijan. Y hay otras que decimos ‘son totalmente dañinas’”, aseguró.
Reforma laboral, Ley de Tarjetas de Crédito, retenciones a las economías regionales, son algunos de los temas que el dirigente analizó en diálogo con Newsweek Argentina. Pero también dejó una primicia: este jueves se inician las negociaciones formales entre las cámaras de Comercio y Faecys para cerrar “una rápida paritaria” para el sector de Comercio, que suele servir como referencia para las de los demás sectores.
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El principal argumento de los gremios y los movimiento sociales para parar y movilizarse es el rechazo al DNU y a la Ley Ómnibus, es decir, a las primeras medidas de Javier Milei como presidente. ¿Cómo se evalúa esto desde la perspectiva de las pequeñas y medianas empresas?
– Nosotros entendemos que este tipo de iniciativas que impulsan los gobiernos nacionales tienen que ser dirimidas en el lugar en el que deben ser dirimidas: en este caso, en el Congreso de la Nación. Hay temas que nosotros venimos pidiendo hace mucho tiempo que se debatan, y ahora se están debatiendo. Después tenemos distintas posiciones, porque esto es amplio; no se trata solo de si estamos a favor o en contra. Hay muchas situaciones en las que en parte estamos a favor, pero en parte necesitamos que se corrijan. Y hay otras que decimos “son totalmente dañinas”.
¿Podría dar algún ejemplo de esto último?
– Lo que tiene que ver con las retenciones, tanto en las economías regionales como en las industrias pymes, hace mucho tiempo que venimos trabajando para que no haya ninguna retención. Y en este último tiempo, trabajamos más todavía: tenemos un proyecto de ley de Economías Regionales presentado, con un principio básico, que es que se defina a qué se llama “economías regionales”. Recién a partir de ahí podés tener un panorama más claro porque, de lo contrario, algunas empresas o sectores que no lo son se pueden presentar como economías regionales, y realmente no lo son. O al revés: tal vez no están incluidas y sí lo son. Primero que nada hay que definirlo, más allá de que por usos y costumbres tenemos ya algunos rubros definidos, tenemos que ver algunos otros que quizás también lo sean.
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También han trabajado sobre las leyes laborales. ¿Se puede afirmar que esa es una reforma con la que sí están de acuerdo?
– Es que venimos trabajando hace mucho tiempo. Por ejemplo, tenemos una presentación judicial en la Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo en la Ciudad de Buenos Aires y también en la Corte, porque esta Cámara sacó una resolución que triplica y cuadruplica los intereses ante un juicio laboral, dejando sin posibilidad de sobrevivir a cualquier empresa en caso de tener que enfrentar un juicio. Y muy especialmente a las pequeñas y medianas. Además, estas decisiones fueron propagándose a otras jurisdicciones, como Rosario o Córdoba.
¿Qué puntos específicos de la reforma laboral consideran positivos para que los empresarios contraten personal en blanco sin temores?
– Mirá, sobre las relaciones laborales hay que dar un debate sí o sí. Contratar a un empleado tiene que ser un premio y no un castigo, como hoy. Hoy, con todas las leyes del año 76 y pese a todos los seguros que podamos adquirir, tener un empleado, más allá de lo que le corresponde por ley, es muy difícil, porque no tenemos equilibrio judicial; siempre encuentran algo para que la empresa tenga el problema del despido. Y uno no genera un emprendimiento para cerrarlo rápidamente, ni mucho menos toma un empleado para despedirlo. Más del 70% de las empresas argentinas son familiares, que vienen de décadas.
Justamente, los empleados no son una unidad de ajuste de una empresa, ni tampoco deben ser una unidad de fundición, que tomar un empleado resulte una complicación enorme por las leyes laborales que tenemos, que dan asilo a la industria del juicio. Tenemos que bloquear la industria del juicio, sin afectar el derecho adquirido del trabajador.
Ahí es donde debemos encontrar la mejor forma para relacionarnos. Debe ser un premio para quien toma empleados, y para el trabajador también debe ser una herramienta de seguridad social.
¿Qué otros temas les preocupan?
– Estamos muy preocupados por la Ley de Tarjetas de Crédito, que se va a tocar también y que libera las tasas que se cobran por cada uso que tiene el comerciante en este tipo de operaciones. Esa es una lucha de CAME de muchísimos años. Le cuento la historia. En la época del gobierno de Carlos Menem sacamos esta ley y Menem la vetó. A través del trabajo territorial de CAME se logró que ambas cámaras consiguieran los dos tercios y se volteó el veto presidencial. Así fue que la ley fue activada. En ese momento, nos cobraban por cada operación en el sistema de tarjetas de crédito el 10% a los comerciantes. Después pasó del 10% al 5%; con Kirchner se corrigió del 5% al 3%; y luego, por convenios entre partes (la Asociación de Tarjetas de Crédito, CAME y otras entidades) lo fuimos bajando.
Hoy estamos pagando 1,8% por cada operación en tarjeta de crédito y 0,9% con débito. Esa es una batalla ganada al gran conglomerado financiero argentino, que muy pocas veces colabora con el sistema productivo. Al liberarse, nos deja en una situación difícil. El Gobierno dice “lo liberamos y tendrán que salir a negociar”…
¿Esto afecta también el acceso al crédito, ya de por sí una odisea hoy en día?
– Por supuesto. Imaginate que yo tengo un negocio en la provincia del Chaco. Yo me siento con el gerente de la sucursal de cualquiera de los bancos privados; pero al mismo tiempo en Buenos Aires se va a sentar en la oficina central del banco cualquiera de los 20 mayores conglomerados del país. ¿Quién va a sacar mejores tasas? Indudablemente, el que es más grande. Entonces, estamos de acuerdo con liberar la competencia, pero liberame la competencia con alguien con quien yo pueda competir. No pongas a David contra Goliat. Tenés que tener un cierto grado de equidad, no de igualdad. También venimos trabajando otros temas que nos preocupan, como el tema de la pesca. Nosotros valoramos que se dé este debate en el Congreso, porque tuvimos un Congreso que no trabajó durante casi un año y medio, y eso para la democracia es muy dañino.
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Mientras se debate todo esto, la inflación avanza sin control y llega el momento de las paritarias. ¿En qué situación está la de Comercio?
– Este jueves vamos a comenzar a reunirnos para cerrarlas rápidamente. Si bien veníamos conversando informalmente, tenemos que formalizar porque tenemos que cerrar en estos días para poder avanzar. Es bastante complicado por los tiempos, pero el tema del paro llevó también a que lo dejáramos para último momento. Va a ser una labor importante porque, en este contexto inflacionario tan fuerte, pega de ambos lados. La inflación lima el poder adquisitivo de los trabajadores, y también su poder de compra; y, a su vez, esto hace que tengamos menos ventas, que haya menos movimiento y que al empresario también se le complique poder cumplir con las obligaciones. Son metas muy difíciles, pero gracias a Dios en CAME tenemos muy buena comunicación para dos grandes paritarias de la Argentina: una con el trabajador de campo, con UATRE y las cuatro entidades del agro, unidas en la Mesa de Enlace; y la otra es la más grande de la Argentina, que es con Faecys, que es la de Comercio. Estamos expectantes por empezar estas negociaciones.
¿Los gremios los escuchan? ¿Entienden estas problemáticas que viene señalando?
– Sí, sí, tenemos un muy buen diálogo con ambos gremios, lo que no quita que a veces no nos pongamos de acuerdo en una mesa de negociaciones, porque cada uno defiende su parte. Pero hay comprensión de ambos lados y se trata de llegar a un acuerdo.
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Aseguraba que iba a ser una “negociación rápida”. ¿Hay algún principio de acuerdo?
– Va a ser rápida porque tenemos un muy buen diálogo y ambas partes vemos y sentimos esta incertidumbre que vive nuestro país, no de ahora, sino de un tiempo largo.
¿Le preguntan de otros sectores a ver qué está acordando? Porque las paritarias de Comercio muchas veces suelen marcar el piso de las demás…
– No puntualmente. Sí tenemos charlas con los otros sectores, pero no somos paritarios en ellos. Hablamos, pero no somos influyentes en eso. Si después algún sector quiere tener como referencia a las paritarias de Comercio, eso significaría que está bueno el trabajo que se hace con Faecys.
Mencionaba una caída de la capacidad de compra de los trabajadores y un impacto en las ventas. ¿Qué está pasando en enero?
– Enero está siendo bastante duro, como lo fue diciembre. Y eso que diciembre es un mes que uno espera siempre… Las ventas cayeron en torno al 13%, y la industria un 26,7%. Es muy duro. Está habiendo una contracción importante, y el 80% de lo que se produce en las pymes del país es para consumo interno. Es fundamental que rápidamente se vaya estabilizando la macroeconomía. De lo contrario, vamos a seguir complicados.
