«Escuchaba a un oyente que decía que lo que le daba miedo era la decadencia», así empezó Darío Lopérfido su columna «El hombre rebelde», que lleva adelante todos los viernes en el programa de Cristina Pérez en Radio Rivadavia.
«Argentina a mí me despierta siempre dos cuestiones», señaló y desarrolló: «Por momentos me pongo muy optimista, porque veo que ha habido un cambio de mentalidad; veo que hay cosas que se están haciendo que hacían mucha falta; veo que hay un enfoque en el tema de luchar contra el déficit fiscal; y veo que mejoran áreas vinculadas a la seguridad«.
«Pero por el otro lado veo cosas como las que pasaron el otro día con la marcha de las universidades que me vuelven a una posición pesimista y digo va a ser muy difícil cambiar todo», remarcó y explicó: «Lo que hay es una decadencia generalizada de la dirigencia».
«Entonces, cuando pasa esto, vos podés decir que podemos tener una mejora económica, pero tenés una falla tan grande en el capital humano de los que tienen que conducir y administrar, que la mejora económica cuando llegue no va a alcanzar», advirtió, pero remarcó: «El Gobierno cometió errores gravísimos en educación el otro día: decían que iban a cortar 70% del presupuesto (universitario) y no era cierto, pero instalaron esa idea sectores del radicalismo mientras el Gobierno balbuceaba, no tenía voceros en materia educativa, en materia universitaria. No tiene diputados que puedan salir a explicar las cosas», agregó.
«Decían que el adoctrinamiento en las universidades no era un tema, y que sí era un tema lo del 70%, lo cual era mentira», añadió.
Siguiendo esa línea, hizo hincapié en que «el Gobierno se perdió la oportunidad de explicar que lo que está mal no son las universidades públicas ni la educación pública: lo que está mal es una cosa enraizada que hay de la corrupción por manejos políticos en algunas universidades».
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En ese sentido, ejemplificó: «Cómo se crean universidades para favorecer a sectores políticos en las provincias; cómo los políticos se apropian y en realidad lo que hacen es ir en contra de la educación pública porque usan la universidad como negocio», y enfatizó: «Ese era el problema, eso era lo que había que cuestionar. No la existencia de la universidad pública, no hablar de adoctrinamiento y todas esas tonterías que se pueden arreglar de manera mucho más fácil».
«Por otro lado, organizan una marcha. Yo siempre respeto a los que quieren marchar defendiendo una causa, eso es una cosa de libertad de expresión y democrática, pero los que le hacen la trampa comunicacional al Gobierno terminan mostrando en una marcha multitudinaria la cooptación por una especie de tren fantasma que es el que sale en la televisión y en los medios», recalcó.
«Recordemos a Yacobitti (vicerrector de la UBA). Hay un portal que se llama ‘El Disenso’ que tiene una causa judicial ahora porque presuntamente una consultora de él y de (Martín) Lousteau le proveían servicios al Senado», resaltó, y señaló: «Hay una causa que acaba de entrar en la Justicia federal».
«Yacobitti tiene una denuncia en la Procelac por cómo dirigía las adjudicaciones de la Universidad de Buenos Aires cuando era secretario de Finanzas hacia empresas a dedo; siempre las mismas, que eran empresas que estaban vinculadas a él», añadió.
Yacobitti: «Nadie puede imaginarse una Argentina sin universidades públicas»
«Pero no solo esto que era lo que había que hablar de parte del Gobierno, de las marcha, de los organizadores de la marcha, de Yacobitti, sino que se le suma (Sergio) Massa que congeló el presupuesto universitario y que produjo un desastre económico», agregó.
«Alberto Fernández que tiene el problema de la causa de los seguros y un alto nivel de corrupción en su gobierno», siguió, y afirmó: «Además, hizo el peor gobierno de la historia».
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«Se le suma gente como Pérez Esquivel diciendo barbaridades y tonterías«, adhirió, y sostuvo: «Es una persona que hace mucho años que uno se pregunta cómo ese señor tuvo un Premio Nobel», y continuó: «Taty Almeida hablando de cualquier cosa, la izquierda delirante».
«Entonces, los organizadores de la marcha emboscan comunicacionalmente al Gobierno. La marcha -que puede ser una cosa genuina porque el reclamo de chicos jóvenes que deciden hablar a favor de la educación pública que está muy bien- termina con el tren fantasma con figuras como Massa, Larreta, Fernández, Lousteau, todos los que, si uno los rasca, se va a encontrar claramente el porqué de la decadencia argentina».
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