Por Agostina Carlesso
Newsweek Argentina entrevistó a dos jóvenes estudiantes universitarios que representan ideas diametralmente opuestas respecto a la crisis educativa que atraviesa el país por el recorte al presupuesto para las universidades públicas. En tiempos de creciente violencia política y de falta de diálogo, ambos exponen sus ideas sobre el conflicto y analizan cuál sería la posible solución.
Uno de ellos es Nicolás Monzón, estudiante de Derecho de la Universidad de Buenos Aires y militante libertario. Como se puede suponer, apoya el accionar del Gobierno de Javier Milei sobre las universidades, exigiendo un mayor control sobre el uso de los recursos que se destinan desde el Estado, y se expresa en contra de las medidas de fuerza adoptadas por centros de estudiantes y sindicatos docentes. Pero él mismo argumenta su postura en esta entrevista.
Sturzenegger anunció nuevos controles para los gastos de las universidades: de qué se trata
¿Cuál es tu postura sobre el reclamo universitario?
– Estoy totalmente en contra de la toma de las universidades. Este acto corresponde a un delito y ninguno de los argumentos postulados justifican adoptar medidas radicales como la toma de instituciones públicas o, por ejemplo, impedir violentamente que se dicten clases normalmente.
¿Cómo creés que tiene que financiarse el sistema universitario?
– Se financia principalmente por la Ley de Educación 20.206. El 50% del 5% del PBI se destina a universidades nacionales. Por el momento, las universidades deben seguir siendo públicas, y eso fue lo que ratificó el presidente en sus dichos. No van a ser aranceladas, pero sí se está planteando cobrarle una tasa al menos a los extranjeros. Eso para mí es correcto. Entonces, en mi opinión, deben seguir siendo públicas. Y seguramente deberá financiarse con los mismos mecanismos que hoy se utilizan.
¿Qué pensás de la escalada de violencia en la que derivó este debate?
– No están justificadas algunas medidas radicales, como impedir violentamente que se dicten clases. Las universidades se están tomando y no de forma democrática, porque hacen asambleas que pueden tener hasta 500 personas como máximo, cuando en la comunidad educativa somos más de 20.000 alumnos (en mi caso, en la facultad de Derecho de la UBA). Y los escraches están completamente fuera de lugar. Esto quita del centro el verdadero debate que es si las universidades deben ser o no auditadas, o si hay que aplicar arancelamiento para extranjeros o no.
¿Cuál es la posible solución al conflicto?
– Yo creo que se trata de un reclamo más que nada político. No hay una verdadera preocupación por la educación de los alumnos. En su momento, mediante una decisión administrativa, Sergio Massa recortó más de $70.000 millones para el presupuesto de Educación y nadie salió a decir nada. Cuando asumió Javier Milei ofreció un aumento del 270% para las partidas destinadas al funcionamiento de las universidades, y aún así salieron con reclamos y tomas de universidades. Entonces, ahí vos te das cuenta de que cuando pasa de un lado o pasa del otro, las reacciones son completamente diferentes. Como el reclamo es político, entonces no hay una solución para para plantear. Sí se van a plantear alternativas desde el ámbito político. Por ejemplo, el Ministerio de Capital Humano anunció un aumento del 6,8% del salario docente que fue completamente rechazado por la CONADU. Ahí tenés un intento del Gobierno por negociar y una respuesta completamente negativa por parte de los otros sectores.
¿Qué pasa si no se llega a un acuerdo?
– Yo creo que van a continuar las manifestaciones. Luego de que se hagan y se publiquen las auditorías, se va a tener un control más eficiente sobre los presupuestos, y ahí se va a poder plantear otro tipo de soluciones. Las universidades deben ser auditadas porque es un derecho del ciudadano argentino. Y mientras más claro esté a dónde se dirige nuestro dinero, es más sencillo tener un orden fiscal y reivindicar al ciudadano como un supervisor de los permeables bolsillos políticos.
—–0—–
Si querés leer la entrevista a Isabel González Puente, presidenta del Centro de Estudiantes de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, podés hacer clic aquí abajo.