La Cámara de Diputados realizará la próxima semana la primera sesión mixta con mayoría de legisladores en el Congreso, lo que obligará a adaptar el recinto y su entorno para posibilitar el trabajo con el cumplimiento de las normas sanitarias ante la pandemia de coronavirus, y descarta definitivamente la alternativa de trasladar el máximo escenario de discusión legislativa a otro ámbito.
El debate del proyecto de Presupuesto 2021, previsto para una sesión especial a realizarse el miércoles desde el mediodía, será el primero de los temas que, a pedido de Juntos por el Cambio, se tratará con un importante número de diputados presentes en el Congreso.
De acuerdo al protocolo de sesiones mixtas elaborado el 8 de septiembre y renovado hace cuatro días, se mantiene el sistema mixto de sesiones -con registro por VPN-, pero en los casos que un bloque lo pida por considerar que el tema lo amerita, se debe convocar a los diputados al recinto, o a otro ámbito de mayores dimensiones, para que haya ‘presencialidad’.
Hace un mes y medio, cuando Juntos por el Cambio logró introducir esta cláusula en el acta acuerdo sobre la metodología de las sesiones, se imaginaba que el escenario sanitario en relación a la pandemia sería otro.
«La situación sigue siendo complicada para venir desde algunas provincias, todavía no está muy claro que vuelos podrán efectivamente operarse y cuáles no. Vamos a esperar hasta el lunes para cerrar la lista de los diputados que estarán el miércoles en Buenos Aires», admitió uno de los referentes de Juntos por el Cambio.
Más allá de que deben buscar el equilibrio con el ‘ala dura’ del interbloque, que quiere un recinto con más de 200 diputados presentes, desde la cúpula de la principal bancada opositora insisten con la moderación.
«No es el mejor momento para hacer una sesión con esa cantidad de diputados, sumados los empleados de la Cámara, tenemos que ser prudentes y responsables», señalan.
Juntos por el Cambio se comprometió a reunir entre 90 y 95 diputados, de los 116 que componen el interbloque; en tanto que el oficialismo y el resto de las bancadas ocuparán las 25 o 30 bancas restantes para llegar al número total de 120.
Desde el Frente de Todos habían anticipado, desde el momento mismo de la firma del acta, que sus diputados no vendrían masivamente a Buenos Aires: tienen permiso para hacerlo aquellos considerados en situación de riesgo y pueden solicitarlo «por nota fundada», quienes no quieran exponerse.
Por el resto de las bancadas se espera la presencia de los dos diputados de la Izquierda, Nicolás del Caño y Romina del Pla; del jefe del interbloque UNIdad para el Desarrollo, José Ramón, y del presidente de Consenso Federal, Alejandro «Topo» Rodríguez, entre otros.
Con ese número, desde la Presidencia de la Cámara comenzaron hace dos días a acondicionar el recinto para que se pueda trabajar cumpliendo el distanciamiento obligatorio y las medidas sanitarias recomendadas por el cuerpo médico.
Además de la habilitación de algunas bancas, varios diputados trabajarán desde los palcos ubicados en la primera y la segunda bandeja del recinto. Se descartó así la posibilidad de habilitar salones contiguos, como Pasos perdidos, para que haya más «casilleros».
Si bien la del miércoles será la primera sesión «oficial» con más de 100 diputados en el recinto, ya existe el antecedente de la polémica reunión del 1 de septiembre, cuando unos 90 integrantes de Juntos por el Cambio ingresaron al recinto por entender que no estaba vigente el protocolo de sesiones remotas y que la misma debía ser presencial.
El acuerdo para llevar adelante esa sesión por vía remota lo habían rubricado el Frente de Todos y el resto de los espacios; mientras que Juntos por el Cambio, que no lo había acompañado, finalmente decidió pedir la impugnación de la misma por considerarla inválida.
La Justicia de primera instancia ya falló sobre el tema y dijo que cada Cámara legislativa debe resolver por sí misma la forma en que trabaja. Ante este resultado adverso, los exCambiemos apelaron y aún resta la definición del tribunal de alzada.
En esa polémica sesión los diputados presentes en el recinto figuraban como «ausentes» -no habilitaron el sistema electrónico para registrarse- y los conectados virtualmente desde sus provincias aparecían como «presentes».
Ese día, y los previos, aún sin vuelos de cabotaje activos, los diputados de Juntos por el Cambio difundieron por redes sociales fotos con la «cruzada» que los mostraba en sus autos dirigiéndose a Buenos Aires desde los puntos más diversos del país.
Esa acción -los viajes y las fotos reflejándolos- ya registraba un antecedente: el 26 de abril los diputados de la principal bancada opositora también habían puesto en marcha sus autos para llegarse hasta Buenos Aires
«No vamos a avalar la concentración de poder que ocurre en el país, sin servicio de #justicia, lluvias de #DNU y el #Congreso paralizado. No hay ningún obstáculo insalvable para que podamos reunirnos de manera presencial guardando los protocolos sanitarios que correspondan», había publicado en redes sociales la radical santacruceña Roxana Reyes antes de volcar con su auto en una ruta patagónica.
La tercera será la vencida y Juntos por el Cambio podrá concretar su demandada sesión «presencial», aunque con asistencia mínima de oficialistas y manteniendo al recinto de la Cámara como lugar de trabajo, un hecho celebrado institucionalmente por las autoridades del cuerpo, que no querían sacar la discusión legislativa del ámbito del Congreso.