Diego Reynoso, director de la Encuesta de Satisfacción Política y Opinión Pública de la Universidad de San Andrés, conversó esta mañana con Cristina Pérez en Radio Rivadavia y precisó que «el 77% de los argentinos cree que el resultado en Qatar va a afectar el humor social«.
«Esa forma de afectarlo se traduce en los términos de la conversación pública«, indicó y detalló que «la conversación en estos días gira en torno al Mundial«. Si bien remarcó la idea de que «en los países futboleros, el Mundial influye en el humor social», aclaró que «eso no significa que el humor social se traduzca en preferencias políticas diferentes o que cambien las preferencias políticas«.
«Tampoco cambia la percepción que la gente tiene de los otros problemas públicos que existen como inflación e inseguridad», agregó por lo que explicó que «lo que hace el Mundial es afectar el humor social y de alguna manera, la convivencia», debido a que, «charlamos de otras cosas sobre las que no nos peleamos y si tenemos discusiones son más amistosas».
Por lo tanto, destacó que «hay un impacto bastante positivo en el ambiente social que se respira, en el tráfico» al tiempo que insistió con que «eso no quiere decir que anule la conciencia que se tiene sobre el aumento permanente de los precios, la carencia de ofertas políticas«. Es por eso, que consideró que «el Mundial puede funcionar como un catalizador de otros problemas» y añadió que «incluso un resultado negativo tiene un impacto positivo: cambia la conversación pública y eso me parece que es bastante positivo para el humor y la convivencia social».
Frente a ese panorama, adelantó que «si Argentina le va bien puede tener un chance de alegría, de euforia, esa sensación de que pertenecés a una comunidad imaginada que tiene sentido, que significa algo» pero marcó que «son como esas bebidas que tomás a las 3 y media para aguantar un rato más en la fiesta, pero después te agarra el sueño igual de todos modos».
En consecuencia, sostuvo que «el Mundial tiene un impacto en el corto plazo, pero después eso decae» por lo que hizo hincapié en que «esto no tiene un correlato en las preferencias políticas de las personas ni muchos menos en la elección«. En ese sentido, subrayó que «los gobiernos no necesariamente capitalizan un triunfo deportivo«.
Acerca del otro escenario posible, una derrota de la Selección, advirtió que «puede generar esa sensación de fracaso colectivo«. Para concluir, manifestó que «una derrota no creo que genere ni una explosión social ni que un triunfo haga que el gobierno pueda ganar las elecciones del año que viene«.