La relación entre Mauricio Macri y el actual gobierno es inestable, como desde su inicio. Uno de los temas que agrega incertidumbre es lo que respecta a la Ley de Financiamiento Universitario. En un contexto donde el bloque del PRO en la Cámara de Diputados se enfrenta a la presión del Congreso, el ex presidente ha decidido alinearse, al menos temporalmente, con el presidente. Esta decisión ha suscitado diversas interpretaciones sobre las motivaciones y las implicaciones que esto podría tener tanto para el PRO o más precisamente para Mauricio Macri en sus gestos hacia Javier Milei.
El reciente tuit de Macri, en el que critica a la Universidad de Buenos Aires (UBA) por la falta de transparencia en sus gastos, parece ser un guiño al oficialismo. Sin embargo, la relación entre Macri y la Casa Rosada es todo menos estable. Se asemeja a una conexión llena de interferencias, donde las desavenencias y acercamientos se alternan constantemente. En este escenario, la situación se complica aún más por la influencia de Santiago Caputo, según algunos, podría estar obstruyendo en las solicitudes de Macri hacia el Gobierno.
En el debate televisivo sobre la universidad, quedó claro que la UBA enfrenta una crisis de transparencia; desde 2015 no ha presentado ni una sola factura.
Lo cierto es que acá no se está discutiendo la autonomía universitaria. Tampoco se está cuestionando el acceso a la…
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) October 6, 2024
Algunos cuentan que en ese encuentro, Macri le reprocho a Caputo la utilización de trolls que lo atacan en redes sociales.
La reunión reciente entre Macri y Caputo generó expectativas sobre una posible reconciliación o al menos un entendimiento en cuestiones fundamentales. Sin embargo, la posterior publicación de un tuit por parte de Fernando de Andreis sembró dudas sobre el éxito de esta reunión. Utilizando la metáfora del escorpión y la rana, el mensaje insinuaba que el Gobierno podría traicionar a aquellos que le ofrecen apoyo.
Como el escorpión que mata a la rana que lo está ayudando a cruzar el río, no pueden resistirse, está en su naturaleza.
— Fernando de Andreis (@deAndreis) October 4, 2024
El dilema del financiamiento educativo se ha convertido en un tema candente en la agenda política y pública. La falta de claridad en las intenciones de aquellos con los que negocia el oficialismo para blindar el veto, ha alimentado la sospecha de un compromiso más político que genuino.
Los diputados del PRO han expresado sentirse menospreciados por el oficialismo: dicen sentirse utilizados únicamente cuando se requieren votos en el Congreso. Eso ha generado una frustración en el bloque. Esperando definiciones al respecto, dentro del espacio cuestionan la falta de reciprocidad y la atención que reciben por parte del oficialismo.
El contexto electoral del próximo año juega un papel crucial. La ciudad es el bastión histórico del PRO, y la posibilidad de competir en el distrito con La Libertad Avanza de Javier Milei está generando tensiones internas. La posibilidad de que Milei pueda ganar terreno en un área tan simbólica para el PRO ha encendido alarmas dentro del partido, que se encuentra en una encrucijada. Dentro del PRO piensan: si perdemos la Ciudad, habrá debilidad política.
Los movimientos estratégicos de Macri reflejan esta preocupación. La Ciudad de Buenos Aires es considerada fundamental no solo para mantener el control político, sino también para establecer un mensaje claro sobre la capacidad del partido para gobernar eficazmente. De este modo, la Ley de Financiamiento Educativo se convierte en un punto de partida en la batalla política, donde el veto es utilizado como negociación en la disputa.
A partir de ello, muchos se preguntan si los legisladores que votaron a favor de la Ley de Financiamiento Universitario realmente están comprometidos con el futuro de la educación en el país o si están utilizando la situación como un instrumento de negociación.
Javier Milei espera ahora el apoyo suficiente para blindar el veto, aunque anunciaron que en caso de no tenerlo van a recurrir a la justicia. Mientras tanto, desde las universidades plantean que el futuro de la educación pública y su financiamiento están en la cuerda floja, dependiente de las decisiones políticas y de encontrar un terreno común (lejano) que beneficie a todos.