A partir del 1° de enero de 2025, la receta electrónica reemplazará por completo a las tradicionales recetas de papel, en busca de modernizar el sistema de salud, garantizando la prescripción y dispensación de medicamentos de manera ágil y transparente.
Según la Resolución 5744/2024, todos los repositorios digitales deberán estar operativos y disponibles para las plataformas de prescripción y farmacias.
La receta electrónica será obligatoria para todos los profesionales de salud, y su dispensación podrá realizarse en cualquier farmacia del país, independientemente de los convenios con obras sociales o prepagas.
Además, el Ministerio de Salud estableció protocolos técnicos y administrativos para conectar las plataformas de prescripción con las farmacias, creando un ecosistema digital que garantiza la interoperabilidad de los datos y la seguridad del paciente.
Este sistema incluye repositorios electrónicos que validan y almacenan las recetas, asegurando la privacidad y confidencialidad de la información médica. Las plataformas deberán cumplir con estrictos requisitos de seguridad y homologarse en el Registro Nacional de Plataformas Digitales Sanitarias (ReNaPDiS) antes del 31 de diciembre de 2024. Hasta la fecha, 173 plataformas se inscribieron en este registro, de las cuales 81 ya están aprobadas.
La digitalización promete reducir errores asociados a las recetas en papel, como problemas de interpretación de la letra manuscrita. También facilita el seguimiento de los medicamentos desde la prescripción hasta su entrega, mejorando la trazabilidad y supervisión del proceso. Este sistema minimiza riesgos de duplicación de recetas o interacciones medicamentosas, garantizando mayor seguridad para los pacientes.
Otra ventaja clave es la eficiencia administrativa, al eliminar trámites manuales y permitir la gestión instantánea de recetas en un entorno digital. Esto optimiza recursos para los pacientes y proveedores de salud, mientras que los profesionales pueden acceder al historial médico del paciente, tomar decisiones clínicas más informadas y personalizar tratamientos.
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El enfoque digital también mejora la transparencia al registrar detalladamente todas las recetas emitidas. Esto facilita el monitoreo del cumplimiento normativo y permite detectar irregularidades, mientras fomenta la estandarización en los procesos de prescripción, asegurando que todos los profesionales sigan las mismas pautas al recetar medicamentos.
