Mariel Fornoni no solo es la directora de Management & Fit, una de las consultoras más prestigiosas del país, sino que además integra la red de mujeres profesionales más importante a escala mundial, la IWF. Por lo tanto, no solo sabe lo difícil que es abrirse camino en uno de los territorios históricamente más fértiles para el machismo, como lo es la política, sino que además tiene acceso a una gran variedad de realidades a lo largo del planeta, donde los problemas de fondo para las mujeres parecen ser los mismos, ya que responden a un mismo modelo, al modelo patriarcal.
En este Día Internacional de la Mujer, la consultora dialogó con Newsweek Argentina para analizar la realidad de las mujeres en el universo de la política, y particularmente en la Argentina, país pionero en los derechos de las mujeres, pero que atraviesa cambios vertiginosos y difíciles de asimilar.
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“Este 8 de marzo hay que conmemorar la lucha de las mujeres, porque es lo que representa esta fecha, y seguir trabajando, porque el crecimiento de la mujer en los lugares de toma de decisiones en el mundo es insuficiente. Al 2024 solamente hay 15 países presididos por una jefa de Estado, y aproximadamente hay un 22% de ministerios dirigidos por mujeres”, sostiene Fornoni.
Además, explica, “esos ministerios siempre tienen que ver con algo vinculado al desarrollo social, a la igualdad de género o de minorías”. “Son muy pocas las mujeres a cargo de ministerios que tengan que ver con infraestructura, economía o áreas más duras”, agrega, pero señala que “Argentina tiene dos excepciones”: “Tenemos a una mujer canciller y a una ministra de Seguridad”. Pero todos los demás datos globales se reflejan en el país. “Alcanza con mirar el resto del Gobierno o el Parlamento”.
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De todos modos, la especialista reconoce que “sí creció el rol de las mujeres en la política entre un 5% y un 7% en los países que han establecido algún tipo de cuota para bajar las barreras de ingreso, que siempre son muy altas sobre todo para las mujeres”.
“¿Quiénes están dispuestos a financiar la carrera política de una mujer?”, se pregunta, y responde: “No suele ocurrir, por eso muchas veces las mujeres terminan ocupando puestos que tienen que ver con ‘ablandar’ o darle otro perfil al candidato que muchos sí están dispuestos a financiar originalmente y que, por supuesto, es un hombre. Sobre todo en los puestos más altos en el plano político. Pero incluso también sucede en el Parlamento”.
Desde luego, el empoderamiento femenino ha jugado un rol clave en estos avances, sostiene, pero, ¿Alcanza con eso? “Este crecimiento tiene que ver con un empoderamiento de la mujer, pero también con un cambio de las condiciones. Antes tal vez se balanceaba el combo familia-trabajo y la mujer llegaba hasta cierto punto, incluso por decisión propia, por el hecho de tener un trabajo con el cual tener independencia económica, pero que no fuera lo suficientemente importante como para seguir manteniendo la unidad del hogar. Ahora eso ya no sucede”.
Mariel Fornoni, directora de Management & Fit
Asimismo, continúa: “Me parece que también el objetivo de vida de las mujeres ha ido cambiando; hoy hay muchas más mujeres profesionales, muchas más mujeres con ambición de poder y objetivos que no tienen que ver exclusivamente con la familia, como pasaba antes”. Es decir, cambió el paradigma social y cambió el paradigma individual.
En ese sentido, “hoy los roles se comparten mucho más”, considera Fornoni, y ejemplifica: “Ya las licencias pueden ser de maternidad y de paternidad, y eso les da a las mujeres otra independencia en ese sentido. O, por lo menos, menos culpa. Antes, si una trabajaba mucho y estaba afuera, lo hacía con culpa por el qué dirán”.
En su campaña y también después de ganar la presidencia, Javier Milei ha negado sistemáticamente que exista una brecha de género o incluso el llamado “techo de cristal”. Pero la consultora aporta algunos datos más que ilustrativos: “Un tema que hay que resolver, más allá de la participación, es el de los ingresos. En Argentina las mujeres tienen un salario un 25% inferiores a los de los hombres. Pero, a su vez, dedican tres veces más tiempo a trabajos domésticos no remunerados. Estos datos surgen del último informe del Gobierno anterior, ‘Mujeres para el desarrollo argentino’, que fue un trabajo del Ministerio de Economía”.
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Además, a todo esto es preciso sumar los diferentes marcos históricos, otro factor que influye en el desarrollo de las carreras políticas de las mujeres en el campo político. Para Fornoni, también es una cuestión de “oportunidad”.
“Hubo épocas en las que los atributos de las mujeres tenían más compatibilidad con lo que la sociedad buscaba: honestidad, transparencia. Por eso, hubo muchas más candidatas mujeres con notoriedad. Sin ir más lejos, en el Gobierno de Macri, Gabriela Michetti fue una mujer que traccionó mucho en la campaña, como lo hizo en su momento Elisa Carrió. Sus atributos eran compatibles con lo que la gente estaba buscando. Pero también hay momentos en los que eso no sucede. En este momento, más allá de que tenemos en el Gobierno a Karina Milei, a Patricia Bullrich, a Diana Mondino, me parece que la impronta del Gobierno es otra. Y veremos cómo termina avanzando”, analizó.
Por eso, Fornoni cree que el único camino posible es el trabajo en políticas que permitan un sistema más justo, de competencia en verdadera igualdad de condiciones. “Me parece que es un camino lento, pero en el cual, por diversas circunstancias intrínsecas y extrínsecas de las mujeres, hay que seguir trabajando para ir a lugares más sustentables. Me parece que las distintas visiones siempre aportan”, concluyó.
