El 12 de septiembre de 2016 el entonces viceministro de Relaciones Exteriores argentino, Carlos Foradori, selló un acuerdo con su par británico Alan Duncan en el cual Argentina se comprometió a «remover todos los obstáculos que limiten el crecimiento económico y el desarrollo» de las Islas Malvinas.
Este controvertido pacto firmado por el gobierno de Macri, con Susana Malcorra como canciller, fue celebrado por el Gobierno británica pero cosechó el rechazo de un amplio arco político y social en la Argentina.
Si bien el histórico reclamo por la soberanía nacional sobre Malvinas se presta a opiniones encontradas, en este caso el repudio al acuerdo entre ambos países estaba basado en el reconocimiento y consolidación del colonialismo británico en el disputado archipiélago. No solo se permitió «conexiones aéreas adicionales entre las Islas Malvinas y terceros países», además del «establecimiento de dos escalas adicionales mensuales en territorio continental argentino, una en cada dirección», sino también la colaboración de la Argentina con el comercio, la pesca, la navegación y la explotación de hidrocarburos en las islas.
Las recientes declaraciones del político inglés Alan Duncan reavivaron el debate sobre un tema delicado para el pueblo argentino. Luego de publicar su libro con sus memorias titulado “In the Thick of It: The Private Diaries of a Minister”, sostiene y describe con detalles que el primer vicecanciller del macrismo Foradori «estaba tan borracho» cuando firmó el acuerdo que autorizó el ingreso de vuelos desde suelo argentino a las Islas Malvinas y otros puntos de cooperación entre ambos países, que al día siguiente «no podía recordar los detalles» del documento ni lo que había concedido.
Algunos fragmentos del libro fueron publicados en el portal británico «Declassified UK», bajo le título «El ministro argentino ‘estaba borracho’, con el relato de Duncan sobre lo ocurrido en durante el encuentro del 12 de septiembre.
Sostiene que se encontró con el embajador Mark Kent y que «bajo la residencia de la embajada hay una fabulosa bodega, muy bien iluminada, con las paredes forradas de botellas de Merlot. El escenario es bastante agradable para una reunión y nos juntamos allí con Carlos Foradori, el viceministro de Asuntos Exteriores».
«A medida que una botella tras otra se movía de alguna manera desde la pared del sótano a la mesa, las negociaciones mejoraron. Aproximadamente a las 2 de la mañana, acordamos un acuerdo preliminar», asegura en las páginas de su libro.
El exviceministro de Relaciones Exteriores argentino desmintió todo lo publicado, especialmente que haya estado ebrio al momento de sellar el acuerdo crucial para ambos países, sobre un asunto tan sensible como Malvinas. Mientras que Guillermo Carmona, ministro argentino para las Malvinas y el Atlántico Sur, dijo a Declassified: “La política del gobierno de Macri, después de la intervención de Foradori, podría haber traído graves consecuencias para la posición de Argentina sobre las Malvinas”.
Desde su asunción el 10 de diciembre de 2019, el Gobierno del presidente Alberto Fernández trabaja para «dejar sin efecto todas las cuestiones prácticas y los acuerdos posteriores que se derivaron del comunicado conjunto emitido en septiembre de 2016», según detalló Carmona.
El canciller argentino, Santiago Cafiero, ordenó iniciar una investigación interna por el acuerdo Duncan-Foradori con el objetivo de determinar si hubo «posibles incumplimientos de los deberes de funcionario público».