En una entrevista exclusiva con Newsweek Argentina, la diputada Natalia de la Sota analizó la gestión del gobierno de Milei, la situación actual de la interna peronista y los desafíos que enfrenta el Congreso en medio de un contexto político complejo.
– Cerrando el primer año de gestión para el presidente Milei, ¿Qué balance hace?
Termina como pensamos que lo iba a hacer: con un ajuste tremendo, con salarios y jubilaciones perdiendo con la inflación, con casi 200 mil despidos entre el sector privado y el público, con áreas sensibles arrasadas como las vinculadas a la salud, la atención social y a la discapacidad, con el desfinanciamiento de la educación universitaria y con siderales aumentos en tarifas y servicios. Este es un gobierno insensible y cruel. Que desguazó planes de gobierno que estaban funcionando bien como la entrega de medicamentos gratuitos a jubilados, la asistencia integral a pacientes con cáncer, enfermedades crónicas y autoinmunes, los créditos PROCREAR para la construcción de viviendas o las obras de urbanización de barrios populares, entre muchos otros.
El gobierno nacional se jacta de llevar a cabo ´el mayor ajuste en la historia de la humanidad´ sin tener noción del daño descomunal que se le está haciendo a muchísimas familias que sufren sus consecuencias. En alcanzar ese ´superavit´ quedan personas en la calle, sin contención social, que deben cerrar sus emprendimientos, que tienen hambre o que mueren. El gobierno de Milei es un experimento que está en curso haciendo mucho daño a su paso.
-¿Ve a un Gobierno federal?
El gobierno del presidente Milei empezó su plan de destrucción del Estado por el interior cerrando los 59 Centros de Referencia (CDR) que cumplían un rol fundamental en la atención de personas necesitadas. En esas dependencias se podía gestionar el monotributo social, una pensión, la Tarjeta Alimentar o un tratamiento de salud. Fue un golpe directo al corazón del federalismo. Esa era la presencia del Estado nacional en las provincias y se cerraron sin considerar sus consecuencias.
Además este gobierno dejó de financiar más de 3.500 obras públicas que se estaban llevando a cabo en todo el país. En un sinsentido más de todo esto, se paralizaron obras a punto de finalizar, como el caso del distribuidor y autovía en ruta nacional 8, entre Río Cuarto y Holmberg, con un avance físico del 82,73%. El gobierno anterior invirtió más de 8.000 millones de pesos en esa zona que hoy es tierra de nadie.
Por si fuera poco, este gobierno comenzó también por el interior con la eliminación de subsidios obligando a usuarios del transporte público de las provincias a pagar un boleto que es el doble o el triple de lo que pagan en el AMBA. Milei no conoce la realidad de las provincias porque mira al interior sin inmiscuirse en los problemas cotidianos de la gente común.
-¿Cómo ve la lógica del Congreso y la dinámica de LLA con otros partidos?
En el inicio de mandato hubo algunos bloques que decidieron acompañar al presidente brindándole un primer apoyo sancionando la ´ley bases´. Esa primera norma le permitió a Milei avanzar a través de facultades extraordinarias que hoy sigue usufructuando para cerrar áreas operativas o con la intención de privatizar organismos públicos. A este presidente el Congreso le molesta. No entendió nunca su rol. Su forma de pensar la institucionalidad lo lleva a despreciar a diputados y senadores que plantean una mirada distinta a la suya. En muchos aspectos, este es un presidente caprichoso e infantil.
Con el paso del tiempo, se conformó una nueva mayoría para impedir que las políticas de ajuste avanzaran contra aquellas familias o sectores que están siendo perjudicados por el gobierno. Esta mayoría – una especie de ´cordón sanitario´ – pudo aprobar una nueva fórmula de actualización jubilatoria y un proyecto que ajustaba bimestralmente por inflación las partidas para el financiamiento universitario, normas que luego fueron vetadas por el presidente, y se opuso al DNU que habilitó de manera injustificada 100 millones de dólares para los servicios de inteligencia. Hoy, el gobierno se esfuerza por contrarrestar esta mayoría torciendo la voluntad de diputados que fueron elegidos para representar a la oposición y mediante esa injerencia votan con el oficialismo.
-Se dicen muchas cosas respecto a su situación con el gobernador LLaryora, hay algo que quiera aclarar o cual es su actual relación con el Gobernador?
Pertenezco a un partido político – Hacemos por Córdoba – que es mi casa. Fue fundando por mi papá junto a otros grandes dirigentes hace muchos años y que tiene al Partido Justicialista como su columna vertebral. Por todo esto, mi relación con el gobernador Llaryora siempre es de respeto y acompañamiento. Entiendo su rol y su responsabilidad institucional.
Siempre creí que la discusión interna debe darse en el seno de cada partido. Es lo que enriquece a cada fuerza, poder expresar nuestros matices en el debate de los grandes temas para poder elaborar una respuesta común a lo que está pasando.
En mi caso, siendo diputada, puedo expresarme de otra manera, incluso ir más allá y plantear mi oposición más claramente. Como justicialista, siempre tendré en claro mi lugar de defensa de aquellas familias que más necesitan la contención del Estado. La importancia de la producción y el trabajo, son valores innegociables desde mi punto de vista.
Natalia de la Sota (foto @nataliadlsok)
-¿Cómo ve la interna peronista?
La expresidenta y el gobernador Quintela tienen el derecho, está claro, de querer representar al justicialismo. De igual, forma, pienso que nos hemos perdido una oportunidad importante de discutir qué queremos, a quién va a representar el Partido Justicialista. Hemos perdido la oportunidad que sea esta una discusión federal de verdad y con el tiempo necesario.
Esto tiene que ver más con una situación particular, con la interna en la provincia de Buenos Aires. Era el momento de repensar el justicialismo, cómo modernizar nuestros principios básicos, cómo pensar otra vez quién va a ser nuestro sujeto político, a quién vamos a representar, cómo vamos a convencer a ese sector de la sociedad que nos dejó de acompañar. Había mucho para pensar y rediscutir y esta interna nos aleja de esa posibilidad.
-Milei apuesta a una gran elección para las próximas legislativas, ¿Usted que cree?
El factor económico será muy importante, sin dudas. Más allá de lo que siento que expresa este gobierno, Milei canaliza toda esa furia contenida luego de malos gobiernos. La inflación nos desordena la vida a los argentinos desde hace mucho tiempo y para mucha gente controlar ese valor será determinante sin dudas.
En mi caso, siento que tengo una responsabilidad distinta que es la de expresar y alertar acerca de las consecuencias terribles que depararán las políticas de este gobierno. Costará mucho recomponer los efectos de un gobierno que arrasa en forma insensible con todo a su paso. No tengo dudas que serán las familias de menores recursos las más perjudicadas junto con las pequeñas y medianas empresas que dependen del consumo de la clase media. Este ´industricidio´ al que asistimos ocasionará secuelas que vamos a padecer por décadas.
Entonces, ¿estamos dispuestos a vivir en una sociedad desigual en la que solo pueda acceder a la salud, a la cultura, al deporte, al turismo, solo un 20% o menos de nuestra sociedad? ¿Qué hacemos con el otro 80% de los argentinos, dejamos que mueran de hambre, desempleados, desatendidos en un hospital, sin poder estudiar porque no van a tener lugar en una universidad pública, sin poder acceder a condiciones mínimas de vida? Yo no quiero vivir en esa Argentina para unos pocos.
-¿Cuáles son los desafíos del peronismo para el próximo año?
El peronismo debe rediscutir una nueva plataforma de gobierno en sinergia con los problemas que hoy aquejan al país. Hace falta construir un nuevo relato. Una nueva mística justicialista. Que los más chicos sepan y conozcan qué es el peronismo, cuáles son sus valores, explicado en forma simple y directa.
También, debemos ordenarnos como oposición, consensuar los temas y ejes primordiales. Empezar a ponernos de acuerdo entre nosotros debe ser esencial frente a esta crisis institucional monumental a la que nos está llevando este gobierno. Bajar el nivel de violencia. Bajar el tono. No ponernos al mismo nivel. No queremos ser eso que representa La Libertad Avanza. No queremos una sociedad desquiciada como el presidente y sus trolls. Queremos vivir en paz. En armonía. En una sociedad pareja. Normal.
El gobierno nacional avanzará todo lo posible con su plan: más ajuste y menos Estado, polarización y furia. Con la gente optando por comprar un remedio o comer.
