Marcelo Gallo Tagle, presidente de la Asociación de Magistrados y Funcionarios de la Justicia Nacional, dialogó esta mañana con Ari Paluch en Radio Rivadavia sobre las amenazas a jueces y fiscales en la provincia de Santa Fe. «Estamos preocupados porque es una situación gravísima que lamentablemente va en escalada», afirmó y recordó que «hace diez meses nosotros hicimos una movilización en la ciudad de Rosario para dar una muestra de apoyo y preocupación sobre esta cuestión. Y lejos de haberse logrado un avance en mejoría estamos peor que antes«.
En esa línea explicó que «lo que a nosotros nos preocupa es que en otros países situaciones así llevaron a una escalada de una gravedad extrema» y advirtió: «No esperemos a llegar a esa situación para tomar cartas en el asunto». En ese punto, marcó que «lo que nosotros estamos viendo hoy es que están intercambiando opiniones entre sectores pero no generan políticas de estado para encontrar una solución».
Frente a ese panorama, hizo hincapié en que «existen contradicciones entre legislación nacional y provincial: a nivel federal está prohibido el uso de celulares de forma interna en el sistema carcelario, pero en algunas provincias está autorizado» y aseveró que «esto ayuda y fomenta a la posibilidad de que muchas de las operaciones que se están llevando adelante en el narcotráfico se manejen desde adentro del sistema carcelario». En ese sentido aclaró que «no creo que la decisión haya sido adrede» pero sostuvo que «fue un error».
Nuevamente insistió con que «se trata de una escalada que va en crecimiento» y dejó en claro que «no se están adoptando las medidas adecuadas y no nos corresponde a los jueces adoptar esas medidas. Nuestra función es dictar la sentencia que corresponde con los elementos que tenemos en la causa para condenar o no a esa persona».
Por último, enfatizó que «todos estamos hablando de Rosario, de Santa Fe porque es la provincia que mediáticamente está teniendo mayor repercusión pero esta situación se está repitiendo en casi todas las provincias que tienen fronteras en el norte» y remarcó: «Fronteras calientes».
Es por eso, aseguró que «hay muchas jurisdicciones que están sufriendo algo semejante a lo que está ocurriendo en Rosario que está teniendo menos repercusión mediática, pero no menos gravedad» y alertó: «No dejemos de mirar las experiencias ocurridas en otros países del continente donde han concluido con situaciones gravísimas».