Javier Milei finalmente no reconoció la derrota en las elecciones generales de este domingo. Por el contrario, celebró como un triunfo y «un hecho histórico» el ingreso de La Libertad Avanza a un ballotage con el peronismo, liderado por Sergio Massa.
Al momento de subir al escenario del búnker libertario, se lo pudo ver sumamente emocionado, y se estrechó en un abrazo con los principales dirigentes de su espacio. Y más todavía cuando quiso iniciar su discurso, pero la gente se lo impidió cantando primero «Oh, que se vayan todos», y luego el «Cumpleaños Feliz», ya que el candidato cumplió años este domingo.
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El discurso fue leído, sumamente medido y comenzó destacado el hecho de haber llegado a esta instancia electoral: «Si hace dos años, nos hubieran dicho que íbamos a estar en una segunda vuelta contra el kirchnerismo disputando la Presidencia de la Nación, no lo hubiésemos creído. De no tener partido a estar disputando la primera fuerza nacional es un logro histórico. No perdamos la magnitud de estar disputando el poder a lo más nefasto que dio la democracia moderna».
En efecto, Milei aseguró que fue «la mejor elección de la historia para el liberalismo argentino», consiguiendo «cerca de 40 diputados y 8 senadores».
Luego de agradecer a su tropa (especialmente a Píparo y Marra), Milei no felicitó a Massa por el triunfo, sino a Jorge Macri por si victoria en la Ciudad («van al ballotage contra el kirchnerismo, como nosotros», enfatizó) y también a Frigerio por si elección como gobernador de Entre Ríos. Se trata de dos dirigentes clave de Juntos por el Cambio, lo que empezó a configurar un cambio de paradigma en su discurso.
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Y luego blanqueó esa estrategia: «Hoy quedamos ante la elección más importante de los últimos 100 años: es el kirchnerismo o el modelo de la libertad que hizo grande a la Argentina del siglo XIX. Dos tercios votamos por un cambio. Vengo a dar por terminado el proceso de agresiones con Juntos por el Cambio y a generar unidad para terminar con el kirchnerismo, porque más allá de nuestras diferencias, el Trente de Todos es una organización criminal; el kichnerismo es lo peor que le ha pasado a la Argentina».
Siguiendo esa línea, añadió: «Si todos los que queremos un cambio no trabajamos juntos, se van a quedar con la Ciudad de Buenos Aires. O cambiamos, o nos hundimos. Es populismo o república. Nunca hubo una elección más clara en nuestra historia; y, si trabajamos juntos podemos ganar».
Finalmente, explicó: «No venimos a quitar derechos, venimos a terminar con los privilegios». Y concluyó con su ya clásico «¡Viva la libertad, carajo!», aunque en un tono mucho más moderado y menos efusivo que en sus actos de campaña hasta la fecha.