Jorge Macri, candidato a jefe de Gobierno porteño por el PRO, habló esta vez no sobre política sino sobre su vida personal: su problema en la pierna derecha y su adicción a la comida.
El exintendente de Vicente López contó que «cuando jugaba al rugby me torcía el tobillo y pensaba que era accidental, pero las caídas se repitieron durante mi vida» pero ya de grande debido a un problema en la cadera fue al médico y este le dijo que su problema era de toda la pierna.
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Es por eso, que debe usar «una férula de plástico» para sostener la pantorrilla derecha y que el pie se mantenga firme. Si bien indicó que renguea «todo el tiempo» eso no lo impide «hacer de todo» como jugar al paddle, por ejemplo.
Otra cuestión de salud que sufrió el dirigente fue el sobrepeso, motivo por el que tuvo que realizarse un bypass gástrico. «Pesaba unos 40 kilos más, me hice el bypass y, aparte de perder mucha grasa, ese procedimiento te disminuye la masa muscular«, detalló y recordó que el ministro de Salud de CABA, Fernán Quirós le dijo en su momento: «Es como estar 10 o 15 días en coma, en mi caso, me agravó el cuadro de la pierna».
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Sobre la decisión de someterse a ese procedimiento, explicó en el ciclo «En Confianza» de Républica Z: «Yo quería jugar con mis hijos y tenía una fiaca, pesaba unos 130 kilos y me daba cuenta que me estaba perdiendo cosas lindas de la vida y ojo que yo peleaba con el tema de la obesidad desde que tenía uso de razón, creo que a los 11 o 12 años fui a ver a un endocrinólogo».
Sui bien admitió que «ama la comida», reconoció que «por entonces muchas de sus emociones las canalizaba por ahí. «Angustias, alegrías, cuando vos tenés una adicción y, como en este caso, sobrepeso y adicción a la comida lo que más me acuerdo era la culpa de comer a escondidas», expresó y agregó que también «al principio con las mujeres buscaba una aceptación que no lograba».
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«Antes tenía un mal humor permanente que era no estar feliz conmigo mismo», manifestó y destacó que «la operación me sacó de un lugar complejo porque, o estaba a dieta, y estaba malhumorado por lo que me prohibía, o sino me sentía de mal humor porque había comido lo que no tenía que comer: buscaba desesperado tratar de ser como los demás y no un gordo, no fue fácil para mí esa etapa».
«Veía una caja de alfajores y pensaba ‘no la puedo comer, no la puedo comer’ y, de repente, la agarraba y comía dos o tres alfajores», contó y añadió: Era ahí cuando aparecía la culpa: «‘Uy, para qué la comí'».
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Es por eso, que remarcó que»estas cosas hay que hablarlas en familia, pidan ayuda, hay que sacar el elefante de abajo de la mesa y charlarlo».
Para concluir, respecto al bypass sostuvo: «Te achican el estómago y, si comés como antes, te atorás, a mí me funcionó, pude controlar mi ansiedad, no es algo que recomendaría graciosamente pero es una opción que tiene la ciencia para vivir mejor».
