Por Gabriel Michi
Representan cuatro de cada 10 votantes. Es decir, un contundente 40% que define cualquier elección. Los jóvenes argentinos conforman una masa de potenciales votantes a los que la clase política presta poca (o nula) atención. Aunque muchas veces en sus discursos se caiga en el lugar común de hablar sobre las “nuevas generaciones” y el futuro que se les dejará, en sus agendas aparecen ausentes. Esos millennials y centennials no suelen ser destinatarios de propuestas que los ubiquen en el centro de la escena y la comunicación política hacia ellos suele ser anacrónica o inexistente. La inversión (en todo sentido) en ese grupo etario es la menos común y no aparecen propuestas que los contengan en las plataformas de los partidos. Esa “juventud, divino tesoro” que hoy muestra un enorme escepticismo y desinterés sobre la política. Y que se inclina a igualar a todos en esa desconfianza.
Una encuesta de la consultora Zuban Córdoba señala que “la política habla a las juventudes con la misma falta de empatía que suele utilizar en general: recurriendo a lugares comunes, estereotipos y propuestas vacías que muchas veces ni siquiera abordan correctamente las principales preocupaciones del segmento”. Algo que no sólo es discriminatorio sino suicida, políticamente hablando. Porque esos grupos de menos de 35 años definen las urnas.
Así se llega a un escenario en el que el 59% de los jóvenes “tiene sentimientos negativos con la situación actual del país. Las emociones que predominan son el enojo y la decepción”. El escepticismo es tal que ninguna figura política tiene más de 35% de imagen positiva entre quienes tienen menos de 35 años.
En el sondeo de Zuban Córdoba, Javier Milei es el político al que los jóvenes consideran más capacitado para bajar la inflación: el 29% cree eso. Luego aparece el Ministro de Economía, Sergio Massa. Y en cuanto al apoyo a espacios políticos en ese grupo etario el Frente de Todos encabeza la intención de votos (31,8%), seguidos por Juntos con el Cambio (23,5%) que está prácticamente empatado con La Libertad Avanza (23,3%). La izquierda aparece mucho más relegada con un 3,2%, pese a ser un sector históricamente apoyado por los más jóvenes. Pero son el escepticismo y la desconfianza, los que se llevan más apoyos.
LOS MILITANTES
Pese a ese cuadro general, hay muchos jóvenes que mantienen viva la llama de la participación política y su vocación militante. Algunos de ellos tienen un fuerte trabajo en los barrios y en tareas sociales; otros en las pintadas y la publicidad en vía pública; otros en los actos de sus espacios; otros simplemente en las actividades de sus partidos; muchos en la participación estudiantil. Newsweek Argentina habló con referentes juveniles de todos los espacios, quienes mostraron sus sentimientos frente a lo que representa esa militancia y cuál es el lugar que se les da a los jóvenes en sus partidos y en el país.
Cecilia Barros, militante del Movimiento Evita
Cecilia Barros se define como una militante “todoterreno”, con eje en lo popular y el feminismo. Forma parte de la juventud del Movimiento Evita, que a su vez integra el Frente de Todos, y está convencida de que la política tiene que ser un motor para la transformación y donde los jóvenes cumplen un rol fundamental. Vale decir que en los últimos años el peronismo y en especial el kirchnerismo han sido espacios donde los jóvenes tuvieron un rol muy activo, por encima de lo que ocurre en otros partidos.
Barros le cuenta a Newsweek Argentina: “Nací en un barrio popular, en Villa Soldati, y conozco las injusticias que viven los sectores populares porque las he atravesado, las sentí en el cuerpo. Ser una militante política no significa tener las respuestas a todo pero sí significa la voluntad transformadora de levantarse todos los días y dejar un pedacito de la vida para lograr los objetivos que tienen que ver con que nuestro pueblo viva dignamente”. Y, en su otra faceta, que en realidad es parte de su todo, también milita el feminismo porque está convencida de que “sólo con la igualdad de género no alcanza”.
Sin embargo, Cecilia Barros es consciente de que a los jóvenes les es mucho más difícil acceder a lugares de poder. Y señala, con una mirada sociológica, que hay dos grandes limitantes contra las nuevas generaciones: el “adultocentrismo” y el “academicismo”. Con respecto al primero explica: “Vivimos en una sociedad que pone a los adultos en el centro, como únicos conocedores de conocimientos válidos y eso deja excluidos no solamente a la juventud sino también a los adultos y adultas mayores. Con respecto al “academicismo”, Barros señala: “Cuando uno está en la política lo primero que te preguntan es ‘¿vos que estudiaste?’ O ‘¿qué título tenés?’ Y ahí invalidan a los jóvenes que justamente están estudiando o que no tuvieron la oportunidad de estudiar. En la política suelen primar los conocimientos académicos por sobre los de la experiencia vivida y ahí anulan las posibilidades de que sectores jóvenes o quienes provengan de sectores populares puedan ser la expresión de la solución de los problemas que atraviesan”.
Valeria Pavón, presidenta de la Juventud Radical de Corrientes
Según Valeria Pavón, una joven correntina que es presidenta de la Juventud Radical (partido que integra el frente Juntos por el Cambio), “dentro del espacio consideramos fundamental el rol del joven militante. Por eso hacemos capacitaciones en distintos puntos del país, como por ejemplo los cursos que lleva adelante la Fundación Alem. Existen jóvenes en cargos importantes en cada rincón del país. Se trata de un proceso de cambio generacional: con el correr del tiempo vamos a ver más jóvenes ocupando espacios y estamos trabajando para ello”.
Por su parte, desde la otra pata de JxC, Pedro Roulet, señala que ser presidente de la Juventud del PRO “representa la oportunidad de luchar para que todos los jóvenes tengamos la posibilidad de desarrollar todo nuestro potencial. La política debe ser una herramienta transformadora”. En ese sentido, explica que “en esta gestión de jóvenes PRO hicimos una puesta de valor y hoy estamos en todas las provincias dispuestos a ocupar lugares para transformar al país. En una política tan bastardeada, los jóvenes tenemos el rol y obligación de limpiarle la cara porque estamos seguros que es la mejor herramienta para mejorar la vida de la gente. Hay que meterse”.
Pedro Roulet, presidente de la Juventud ¨PRO
Como se contó al comienzo de este artículo hoy Javier Milei, de La Libertad Avanza, es quien encabeza la intención de votos entre los jóvenes. Según Agustín Romo, un reconocido militante juvenil de ese espacio, ellos tienen “una responsabilidad enorme porque la Argentina no tiene salida mientras siga sosteniendo este modelo que sólo beneficia a los políticos. La única oportunidad que tenemos es si quienes compartimos ideas liberales, que son las que hicieron que este país fuera una potencia mundial, nos involucramos”.
Agustín Romo, militante de La Libertad Avanza
Romo también asegura ante Newsweek Argentina que en LLA le dan mucha importancia a los jóvenes: “Nuestro espacio, que hoy está peleando por entrar la ballotage, nació hace unos años de la sinergia de muchos jóvenes que estábamos buscando una alternativa, y un referente como Javier Milei que encarna mejor que nadie lo que la Argentina necesita. En la política tradicional se piensa a los jóvenes y a las mujeres como un cupo. No entienden que la representación no se da por poner un joven a hablar de boleto estudiantil sino de tener ideas que nos den un horizonte de progreso posible en nuestro país. Ellos llenan los cargos de jóvenes con ideas no solo viejas, sino que nefastas”.
Históricamente el protagonismo de los jóvenes en política estuvo vinculado a la militancia de izquierda, con mucho de rebeldía ante el sistema. En la Argentina, el Frente de Izquierda está conformado fundamentalmente por dos partidos, el PTS y el PO. Ambos sectores tienen su propia militancia juvenil.
Tatiana Fernández Martí, militante juvenil del Partido Obrero
Para Tatiana Fernández Martí, militante juvenil del Partido Obrero, “ser referente de la juventud del Partido Obrero implica ser la voz de la juventud que lucha en la calle, que le hace frente a la resignación que impone la crisis en los lugares de estudio y de trabajo; que sabe que la única forma de hacer valer nuestras demandas y conquistar nuestros reclamos es organizándose políticamente de forma independiente a los que gobiernan. Por eso luchamos junto al movimiento piquetero, contra el hambre y la miseria».
«Represento a la juventud que no puede comprar el Estado, que no le interesa obtener un cargo para salvarse individualmente, sino que quiere transformar el país de fondo, sobre nuevas bases sociales pelea por la construcción de un movimiento popular con banderas socialistas”, asegura.
Desde el otro espacio que integra el FIT, Luca Bonfante sostiene: “Militar en la Juventud del PTS significa militar por un mundo que no se vaya al tacho. Un sistema que produce guerras, gente con hambre, golpes de mercados y que avanza en la destrucción del planeta, no es una alternativa de futuro posible. ¿Qué tiene de racional que haya un nuevo milmillonario y un millón de nuevos pobres cada 30 horas? ¿Que haya gente que trabaje 12 horas para llegar a fin de mes mientras hay gente que no tiene trabajo? ¿Que haya que pagarle al FMI mientras hay gente que no tiene para comer? Nada. El capitalismo es totalmente irracional y todo se hace en función de la ganancia de unos pocos. Desde la Juventud del PTS buscamos organizarnos en cada lugar de estudio y de trabajo contra eso, para demostrar que no solo es posible otra salida sino que también es necesaria y urgente”.
Luca Bonfante, militante de la Juventud del PTS
Así estos jóvenes militantes están escribiendo otra historia. Lejos de ese escepticismo que rodea a estas generaciones. Con la idea de “cambiar el mundo”. A su manera. Y con sus ideas. Son esa “Juventud, divino tesoro”.
