El Papa Francisco envió una carta con motivo del 30° aniversario del atentado a la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), en el que sumó su voz al pedido de justicia.
“Al conmemorar el 30° aniversario del atentado a la AMIA, lo hacemos en un espíritu de recuerdo y reflexión. La memoria de aquellos que murieron en esa tragedia oscura sigue viva en nuestras oraciones y en nuestro compromiso continuo con la justicia”, expresó.
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“Para rendir homenaje ante la tragedia elegimos el silencio. La dimensión del silencio, poderosa y reveladora, se presenta ante nosotros no como un vacío, sino como una presencia palpable de aquellos que ya no están. En el silencio escuchamos el eco de las vidas truncadas y sentimos el peso de la ausencia. Pero en él también encontramos la fuerza para enfrentar la realidad del mal y la resiliencia para seguir adelante”, escribió en la misiva.
El sumo pontífice mencionó “en este día, nos unimos en un silencio que es tanto duelo como esperanza” para “tener presentes a los 85 hermanos de aquel 18 de julio de 1994”, y resaltó que “la memoria puede ser nuestra guía” porque “nos enseña que recordar no es solo mirar hacia atrás, sino también proyectarnos en esperanza hacia un futuro donde actos tan repudiables de violencia no se repitan”.
“Hoy, juntos, reafirmamos que no bajamos los brazos ante la búsqueda de justicia. Una justicia que no busca venganza, revanchismo, sino verdad y reparación. Una justicia que es esencial no solo para las familias afectadas, sino para la cohesión del tejido social de la Nación”, enfatizó el Papa.
En ese sentido, invitó a “todas las personas de fe, a todas las personas de buena voluntad a unirse en oración y acción, a trabajar incansablemente por un mundo más fraterno, donde la justicia y la paz se abracen, ya que sin justicia no habrá paz duradera ni efectiva”.
“Que el Dios de la paz nos bendiga con la esperanza y la audacia para llevar a cabo esta misión. Que el consuelo divino alcance a todas las familias que aún lloran a sus seres queridos y les otorgue fortaleza a todos los sobrevivientes que llevan heridas en sus cuerpos y en sus almas. Rezo por Ustedes”, finalizó la carta.