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La misteriosa vida de Milei: su infancia, la relación con su padre, el rol de su hermana y sus amores
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La misteriosa vida de Milei: su infancia, la relación con su padre, el rol de su hermana y sus amores

Por Gabriel Michi

La personalidad de Milei merece un capítulo aparte. Muchos lo describen como un chico en el cuerpo de un adulto. Caprichoso, egocéntrico y bastante sociópata. No se le conocen amistades ni demasiadas relaciones sentimentales, ni siquiera de sus épocas como estudiante del colegio Copello en Villa Devoto ni de cuando actuó como arquero en Chacarita.
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En ese aspecto quizás la relación más famosa es la que mantuvo con la cantante Daniela durante algunos meses. Después de vivir en un departamento en el Abasto por bastante tiempo, decidió mudarse a un barrio cerrado en Benavidez.

El vínculo con sus padres estuvo interrumpido por años. En particular con su padre Norberto –un ex chofer de colectivos que supo crecer económicamente hasta convertirse en un poderoso empresario- quien, según el propio relato de Milei, lo maltrataba, lo golpeaba y lo menospreciaba. Le decía que nunca iba a llegar a nada.

Y su madre, Alicia, hacía causa común con su padre. Ese vínculo conflictivo y violento parece haber tallado la personalidad -desconfiada y aislacionista- del candidato presidencial.

La otra cara del León: la única biografía no autorizada de Javier Milei

Fue su hermana dos años menor, Karina Milei, el refugio de Javier en toda su vida. A tal punto que es su mano derecha incluso en esta empresa política que ha encarado. Ella estudió Bellas Artes, que es su gran pasión, como la cocina y el fútbol con el fanatismo compartido por Boca. Karina es “El Jefe”, según la palabra del propio Milei. Así, en masculino porque no quiere que se la emparente con el mote de Cristina Fernández de Kirchner.

“Todo lo que se decida dentro del espacio tiene que tener antes el visto bueno de Karina”, aseguran desde el entorno del líder libertario a Newsweek Argentina. Y Karina no lo desmiente. Todo lo contrario: “La mesa chica la integramos Carlos (Kikuchi), Javier y yo. Soy los oídos de Javier, él habla y yo sé lo que quiere. Nadie lo conoce como yo«, sostuvo en una nota con Clarín.

“Con nosotros cambió la idea de lo que es un acto: esto es ir a un recital de rock. Javier se siente cómodo haciendo de rockstar. Y le encanta hacer la entrada en medio de la gente. ¿La ropa? Es la que le gusta, ¡si él tenía una banda de rock!”, describió en esa entrevista que es una excepción porque casi no habla con nadie. Karina vive hoy en una torre de lujo en Vicente López, a metros del río y de la avenida General Paz. En ese mismo complejo, pero en otro edificio, habitan sus padres.

Mientras que Javier Milei reside en un barrio cerrado de Benavidez, Valle Claro, junto con su “hijo” y sus “nietos”: cinco enormes mastines ingleses, a los que malcría en su casa de dos plantas donde tiene reservadas dos habitaciones con aire acondicionado frío-calor para que los animales estén a gusto. Lo de “hijo” y “nietos” surge de la propia valoración de Milei. Su “hijo” es Conan y sus “nietos” (hijos del primero) llevan todos nombres de economistas: Murray (por Rothbard), Milton (por Friedman), Robert y Lucas (ambos por Roberto Lucas).

Tanto Javier como Karina Milei jamás se casaron. Depositaron sus intenciones de formar sus propias familias en la crianza de sus perros (ella ahora tiene un pastor suizo llamado Aaron que, como sus “primos”, también es muy malcriado). “No tuve hijos, y Javier tampoco. Tuvimos hijos perrunos solamente», graficó Karina.

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