Leyendo:
La otra semana, por Darío Lopérfido: «Así opera la miserabilidad moral de la mafia peronista»
Artículo Completo 6 minutos de lectura

La otra semana, por Darío Lopérfido: «Así opera la miserabilidad moral de la mafia peronista»

Hace apenas unas semanas, Darío Lopérfido analizó la situación generada a raíz de la imputación del intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, por el presunto abuso sexual de una exempleada llamada Melody Rakauskas. Y también se refirió a la actitud del gobernador bonaerense, Axel Kicillof, quien al día siguiente posó junto al acusado en un acto político, en lo que pareció ser una señal de apoyo.

En esta oportunidad, y en exclusiva para Newsweek Argentina, el intelectual argentino ofrece un nuevo enfoque al asunto, tras la aparición de la víctima brindado su testimonio en diversos medios y lo que él considera como “una respuesta mafiosa” por parte del peronismo.

Volviendo a evaluar el tema, hace foco en el ataque por parte del periodista Horacio Verbitsky, quien se refirió a Rakauskas en un artículo de su medio “El Cohete a la Luna”, en el que sugiere que la víctima ejercía la prostitución. Pero Lopérfido refuta a Verbitsky y lo califica como “un operador moralmente miserable”.

La otra semana, por Darío Lopérfido: el procesamiento de Fernando Espinoza y la indignación selectiva del “progresismo”

MAFIOSOS Y MISERABLES

El análisis de Darío Lopérfido, desde España

En Argentina las noticias se suceden con una velocidad impresionante, pero no quiero dejar pasar un tema que me despertó muchas reflexiones.

Como todos saben, el intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, tiene una denuncia por abuso sexual por parte de una chica que se llama Melody Rakauskas. Primero lo desmintieron, y es una vergüenza. Pero ya sabemos cómo algunos caudillos justicialistas (tal como lo vimos con Alperovich) usan su poder para hacerse ricos, fuertemente corruptos y, además, para pensar que son los dueños de la vida de gente y de mujeres que pueden violar o de las que pueden abusar sexualmente sin ningún inconveniente. Esa es la herencia miserable que han dejado estos caudillos peronistas, todos millonarios, que se creen dueños de todo.

La otra semana, por Darío Lopérfido: el kirchnerismo, la izquierda y un perverso sistema para esclavizar a los pobres

Pero independientemente del bochorno de Fernando Espinoza -que en cualquier país normal tendría que haber renunciado y que en cualquier normal le quedaría grande incluso el puesto de atención de mostrador en un McDonald’s, mientras que en Argentina una persona así puede ser intendente y millonario-, pienso en la complicidad de los kirchneristas en la prensa, que llega a límites insospechados.

Un miserable, como Horacio Vertbitsky, probablemente una de las peores personas argentinas vivas, ha publicado un artículo el último domingo en el que dice que esta chica Melody ejercía la prostitución. Si la ejercía o no es un asunto de ella. A las prostitutas tampoco se las puede violar o abusar.

Además, sabemos que Melody trabajaba en La Matanza con Espinoza, que le había dado un empleo, lo cual hace suponer que, por ese empleo que le había dado, el tipo se creía con derecho a abusarla. Pero lo que más me llama la atención es la miserabilidad moral de un tipo como Verbitsky, que aparte se ofende en el artículo porque Melody en algún programa de televisión habló mal de Kicillof y dijo que sentía asco por él.

Hay que ponerlo en contexto. Ella dijo eso porque Kicillof, apenas procesaron a Fernando Espinoza, se fue a juntar con él y se sacó una foto, como diciendo “acá el jefe de la mafia te banca”, y mandando un mensaje mafioso de que no se metan con Espinoza.

Comienza el juicio por Alperovich acusado de abuso sexual: «Quiero la verdad. Esto me mató»

Verbitsky, en su miserabilidad moral, dice “por qué se mete con Kicillof”. Y, sí, claro, hay que meterse con Kicillof. Si a un acusado de abuso lo imputan un día y al otro vos te sacás una foto con él, significa que estás buscando mandar un mensaje mafioso. Es por eso que, con razón, lo critica a Kicillof.

Argentina tiene, desde la vuelta de la democracia, innumerables problemas, muchísimos, que llevaron a esta situación extraordinariamente mala. Pero la hipocresía es una de las más grandes.

Yo recuerdo que cuando volvió la democracia muchos tomaban a Horacio Verbitsky como un referente del periodismo, como un tipo importante, y andaba por los canales de televisión. Verbitsky tiene un pasado sumamente dudoso. Verbitsky estaba en Montoneros cuando explotó la bomba que mató a muchísima gente en el Departamento de Policía. Seguramente por sus roces políticos y su capacidad de lobby es línea de investigación nunca pudo avanzar. Fue una acción de inteligencia de Montoneros, y él era justamente el número dos de inteligencia de Montoneros, después de Rodolfo Walsh…

Vacunatorio VIP: el Ministerio de Salud dio a conocer los nombres de 70 beneficiados

Después, cuando vino la Dictadura y mucha gente fue desaparecida y otra se tuvo que escapar del país, Verbitsky no tuvo que escaparse del país y trabajaba para unos militares. Por eso el seudónimo de “doble agente”. Hay un libro de Gabriel Levinas que explica con muchas pruebas que Verbitsky era montonero y que después trabajó para los militares.

Ese fue un tipo absolutamente revindicado como periodista, a pesar de que nunca lo fue. Lo que hizo toda la vida fue escribir para hacer operaciones políticas, muchas veces mezclado con informaciones del servicio de inteligencia. Verbitsky usa sus columnas para beneficiar a los que ponen dinero en sus medios y perjudicar a quienes no lo hacen.

En su portal “El Cohete a la Luna” tiene publicidades del Banco Provincia, lo cual seguramente hace crecer la afinidad para defender a Kicillof.

Argentina está mal económicamente, socialmente, culturalmente. Pero también está mal moralmente, porque tipos como Verbitsky, que tiene un pasado nefasto, hoy, ya de ancianos, sigan siendo defensores y operadores para justificar actos miserables como el de Espinoza.

También hay que recordar que cuando se produjo el robo de vacunas durante el Gobierno de Alberto Fernández fue uno de los que se vacunaron cuando no había vacunas para gente enferma y con problemas. Ellos, como mafia kirchnerista, como mafia peronista, se guardaron las vacunas para ellos. Y Verbitsky fue uno de ellos.

Es un caso bastante singular de un hombre que ha mantenido a lo largo de toda su vida una conducta coherentemente miserable.

Ingresa las palabras claves y pulsa enter.