Este martes, el Papa Francisco realizó su oración en el Aula Pablo VI de la Santa Sede en el Vaticano, frente a un pesebre poco convencional: incluye a María, José y al Niño Jesús tallados en madera de los olivos de la Tierra Santa por parte de los artesanos de Belén.
Pero lo más llamativo de la recreación del Nacimiento es que el pequeño se encuentra recostado en una pequeña cama cubierta con la tradicional “kefia” o «kefiya», conocida en general como “pañuelo palestino”, de color blanco con patrones en negro, y que es símbolo de la resistencia palestina.
La decisión del Vaticano y del propio Papa de exponer este pesebre “pro-palestino” generó polémica en sectores judíos, pero también dentro de la propia Iglesia católica.
En su habitual espacio de los miércoles en Newsweek Argentina, Darío Lopérfido analizar este episodio y no duda en califica a Jorge Bergoglio, el Papa Francisco, como “el peor Papa de la Historia”.
EL PAPA “WOKE”
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
Para el exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, “es muy impresionante cómo Bergoglio ofende permanentemente a diversos sectores por seguir una agenda que en todo el mundo está en retroceso”. “Bergoglio sigue la agenda ‘woke’ de las universidades americanas y de sectores como el peronismo en Argentina, el chavismo en Venezuela y otros grupos ideológicos que reciben de manera clara el desprecio de la mayoría de la población, lo cual se refleja en los votos de los ciudadanos a lo largo del planeta”, aseguró.
“Son consignas que Bergoglio toma olvidándose de que él no es un militante de La Cámpora, de la Facultad de Filosofía y Letras o un activista de una universidad norteamericana, sino que es el Papa y que se supone que debería representar a los católicos”, sostuvo el intelectual argentino.
Desde ese punto de partida, analizó: “El último episodio de esto fue mostrarse con un pesebre que incluye típico un pañuelo palestino sobre el que se ve acostado al Niño. Más allá de los disparates históricos (porque lo de Bergoglio entra ya en la categoría de los “disparates”), Jesús era judío. Nació en una zona que se llamaba Judea. Y eso es algo que él no puede desconocer. Dejando de lado esto, entiendo que él se aferra más a lo simbólico”.
Siguiendo esa línea, continuó: “Si vamos a lo simbólico, ese pañuelo palestino está en muchos casos asociado a acciones de terrorismo. No pusieron allí un símbolo de la paz, sino más bien un símbolo de guerra, a la que ellos llaman ‘resistencia’. Para que quede claro: ese pañuelo usaban los terroristas de Hamás cuando atacaron a los civiles en Israel, violaron a las mujeres, secuestraron a los ancianos y a los niños. Ataque que, evidentemente, no le ha movido ninguna reflexión a Bergoglio”.
“Él quiere mostrar al niño Jesús como si fuera palestino o un terrorista resistente, o un futuro terrorista palestino”, advirtió Lopérfido.
Y explicó: “El pañuelo palestino es el que vemos permanentemente en los diarios en los cuellos y cabezas de los terroristas palestinos, y también de los idiotas que se lo ponen en Occidente, que son unos tilingos que creen que con eso demuestran algo. El pañuelo palestino no es un símbolo de paz, ni de amor, ni algo histórico. Es un símbolo que ofende claramente a los judíos y que deja a los católicos en una situación de desinterés por la Iglesia. El que es católico se supone que se aferra a sus símbolos y no a la idiotez del Papa de turno”.
Para el exdirector del teatro Colón, la decisión de Francisco es un golpe a la tradición católica que tiene uno de sus grandes hitos del año en esta celebración del Nacimiento de Jesús. “Los católicos celebran la Navidad, tienen un relato acerca de Jesús, así como los palestinos y otros islámicos tienen sus relatos, costumbres y tradiciones. Y los judíos tienen las suyas. No es el cura de un pueblito cercano a Gaza, hablamos del máximo representante del catolicismo desdeña los símbolos de su propia religión y sus representados, en función de una idea política, que encima representa algo malo, como es el terrorismo”, opinó.
Pero, desde su visión, esto responde a una inclinación política del Pontífice. “Bergoglio tiene la tendencia a asociarse con lo peor del mundo. En Argentina esto queda muy claro: sus amigos son Grabois y una banda de punteros peronistas, que son corruptos y hacen negocios amparados en la idea de que son cercanos a Francisco”, expresó, y agregó: “Ahora, en su vejez, quiere tomar para sí la mayoría de las reivindicaciones de la agenda woke y de la izquierda más rancia, acercándose muchas veces a la reivindicación de actos terroristas”.
Por lo tanto, consideró: “Es una absoluta calamidad como Papa, y va a quedar en la historia como alguien que usó su papado para alimentar discursos sectarios y que, en cambio, no ha hecho nada para conformar a los que tiene que conformar, que son los católicos. Esa es su labor, además de buscar ser un símbolo de paz y de amor para el mundo”.
Y concluyó: “Bergoglio eligió ser el representante de una secta, y se comporta como tal. Un día levanta la bandera de Aerolíneas Argentinas y se saca fotos con unos sindicalistas corruptos que le complican la vida a la gente; y otro muestra un pesebre con un pañuelo palestino. Cualquier colectivo lo deja bien, menos el de ser el representante de los católicos. Bergoglio va a ser probablemente uno de los peores Papas de la Historia”.