El escándalo conocido mediáticamente como “Criptogate” (las denuncias nacionales e internacionales contra el presidente argentino, Javier Milei, por su presunta participación en una estafa cripto) puso sobre la mesa la discusión sobre el entorno del mandatario, e incluso él mismo reconoció en una entrevista que este episodio le enseñó que debía establecer mayores filtros para acceder a él.
Desde la oposición, incluyendo a dirigentes peronistas y particularmente kirchneristas, se cargó fuertemente contra Milei y su “triángulo de Hierro” (él, su hermana Karina y el asesor Santiago Caputo). Incluso se promovió en el Congreso un pedido de juicio político, mientras la oposición dialoguista (empezando por Mauricio Macri) pidió también una “purga” en esa mesa chica para “cuidar al presidente”.
En su habitual espacio de los miércoles en Newsweek Argentina, Darío Lopérfido analizó este caso desde diferentes aristas y subrayó algunas lecciones que la sociedad, la política y el propio Gobierno deberían aprender.
DEL DESCARO A LA TORPEZA
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
Para el exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, “el asunto de $Libra viene dejando varias enseñanzas y muestra una vez más el descaro de alguna gente en la Argentina”.
En ese sentido, comentó: “Es increíble que los kirchneristas estén hablando de este tema como si fuera alguno de los actos de corrupción que cometieron ellos. Es increíble el descaro de Alberto Fernández que, en la misma semana fue procesado por violencia doméstica, salió a criticar a Milei. Alberto Fernández tendría que estar en silencio, porque ha mancillado la institución presidencial hasta límites indecibles, insospechados. No hay mayor vergüenza que un presidente tenga que pasar por los tribunales por haberle pegado a la mujer. Sin embargo, Alberto Fernández no habla de eso, del escarnio al que sometió a la institución presidencial, y sale a chicanear a Milei por lo del Criptogate”.
“Todos los kirchneristas deberían tener un poco de vergüenza y saber que ellos no pueden darle lecciones morales a nadie, porque son esencialmente inmorales y han hecho de la corrupción su único interés y su única forma de vida”, enfatizó.
De acuerdo al intelectual argentino, “lo de los bolsos de López, lo de Insaurralde, lo de Cristina (que después del asesinato de Nisman apareció en los medios hablando con una silla de ruedas), lo de comprar medios con dinero de la corrupción, lo de Lázaro Báez…; después de todo eso deberían abstenerse o al menos ser más discretos”. “Son la fuerza política más corrupta que ha habido en la historia de la Argentina”, sentenció.
Sin embargo, consideró, “también deja enseñanzas sobre el oficialismo: Milei tiene un malísimo mecanismo interno de toma de decisiones; no se sabe si es paranoia o desconfianza; y los ministros se ocupan cada uno de su propia área”. Por lo tanto, “Milei tiene que rever la llegada directa a su persona porque (y es bueno que lo aprendan), cuando uno es presidente, se le acerca gente buena pero también todos los mafiosos, los que quieren hacer negocios con el Gobierno, los corruptos, los inescrupulosos”, opinó.
En este punto, Lopérfido es directo: “Su hermana, Karina Milei, no parece ser una persona que pueda darse cuenta de cuándo alguien viene para querer usar al presidente para hacer un negocio. Parece una persona que no viene de la política y quizás no conoce algunos de esos mecanismos. Quizás es fácil embaucarla…”.
Por eso, reflexionó: “Todo esto debe servir como enseñanza: la entrevista interrumpida que aparece filmada; este señor, Hayden Davis, que es inversor y tiene una pinta de mafioso tremenda, diciendo ‘yo tenía un acuerdo con Milei’; las versiones acerca de que hay gente que cobra por sentar a alguien con Milei. Todo esto le puede hacer un daño a la presidencia, que oculte y deje de lado algunos logros importantes”.
¿A qué se refiere puntualmente? El exdirector del teatro Colón explicó: “Esta semana se supo que la inflación era baja, pero el país está hablando de todos los papelones que están haciendo los kirchneristas, algunos periodistas, algunos titulares de criptomonedas, el entorno del presidente, de la hermana. Es muy esclarecedor este episodio de un manejo deficiente en términos del día a día presidencial”.
“El presidente debe entender que él es presidente siempre. También es presidente cuando está en la casa, cuando está durmiendo. No puede escudarse en que hay cosas que él hace como economista. Él efectivamente es economista, pero es el presidente las 24 horas del día. De modo tal que, si alguien de su entorno cercano comete un error como este, es el presidente el que lo va a pagar”, aseguró.
Para Lopérfido, es correcta la decisión de Milei de rever los filtro de acceso a su despacho paro también su agenda. “Tiene que mejorar su mecanismo de acceso a él, su agenda de reuniones y la gestión de su día a día, porque pareciera tener una cosa muy naif, muy fácil de engañar. Va a ser presa fácil de cuando aventurero económico ande dando vueltas. El poder es muy traicionero. No es fácil estar ahí si uno no tiene alrededor gente que sepa mirara al que viene y con qué intenciones”, subrayó.
Finalmente, se refirió al propio equipo del presidente y al alto grado de obsecuencia que él observa. “Esto de que un ministro no puede decir algo por temor a la ‘guillotina’ también debe ser una enseñanza para el Gobierno y especialmente para el presidente. Los que te chupan las medias no te sirven para nada. Los que te apoyan en cosas pero critican algunos malos manejos son los que te sirven. El espíritu crítico, hablarle al presidente y decirle ‘no hagas esto porque no te conviene’ es lo mejor que le puede pasar a un presidente. En cambio, si un presidente solamente se rodea de los que le dicen ‘sí, maestro’ o ‘sí, genio’, es muy probable que los acontecimientos como el Criptogate se repitan. Es una regla histórica de la política”, concluyó.
