Este martes 7 de enero, el Gobierno nacional prorrogó, a partir de un decreto, la vigencia hasta diciembre de 2027 del Fondo Nacional de Turismo, una cuantiosa caja que se construye a partir de un impuesto del 7% sobre el precio de cada pasaje aéreo al exterior que se vende en la Argentina.
La medida no extiende de manera directa la vigencia del impuesto (algunos especialistas entienden que sí lo hace y por eso sería inconstitucional, porque eso es facultad del Poder Legislativo), sino que lo que hace es garantizar que el control de esos recursos (cada vez más cuantiosos por el exponencial crecimiento de los viajes al exterior a la luz de un dólar percibido como “barato”) quede en manos del actual secretario de Turismo, Daniel Scioli.
La decisión generó polémica incluso dentro del oficialismo y sus aliados, ya que consideran a Scioli como un dirigente peronista e incluso kirchnerista dentro del Gobierno libertario.
Esa misma lectura hace Darío Lopérfido en su habitual espacio de los miércoles en Newsweek Argentina. El intelectual asegura que, con medidas como esta, el Gobierno de Javier Milei está socavando su propia base electoral. “Se están pegando un tiro en el pie”, enfatiza.
Scioli enfrentó las críticas por su incorporación al Gobierno: «Soy peronista y libertario»
LOS ACIERTOS Y LOS ERRORES GRAVES
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
Según el exsecretario de Cultura y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, “el Gobierno de Milei tiene objetivos muy claros, como la baja de la inflación, la reforma del Estado que está llevando a cabo Sturzenegger, la batalla cultural que se manifiesta en casos como el cambio del nombre del centro cultural que se llamaba Néstor Kirchner; y, en esa senda, se van logrando objetivos, porque la inflación baja, al igual que el Riesgo País”.
Sin embargo, también advierte: “El problema es que el Gobierno también tiene fallos enormes en la estrategia política”.
“Su política implica un cambio permanente de paradigmas; hacen un día una cosa y al otro día, otra. Sus operaciones en redes sociales causan cada vez menos efecto. Se inventan peleas. Y toman medidas que defraudan completamente a la gente que los votó”, señaló.
A modo de ejemplo, subrayó: “Ya bastante tiene alguien que votó a Milei con soportar al impresentable de Daniel Scioli en el Gobierno. Uno lo puede entender: Scioli le daba trabajo a Milei cuanto todavía no estaba en la política. Se puede entender la relación de afecto. Pero Scioli ha sido siempre un corrupto y un idiota que ha sido genuflexo con todos los gobiernos. Comenzó con el menemismo, fue kirchnerista a muerte y, pese a que lo maltrataban, fue sumamente obsecuente”.
“Scioli es de lo peor de la política argentina que, de por sí, tiene exponentes muy malos”, aseveró Lopérfido.
Y, siguiendo esa línea, analizó: “Es vergonzoso que el Gobierno decida extender en el tiempo un impuesto del 7% a los pasajes al exterior para que Scioli siga teniendo una caja para hacer esas políticas burdas y espantosas de fomentar el turismo sacándose fotos en Mar del Plata, que es lo que ha hecho siempre. No ha tenido nunca políticas efectivas en la materia. Con este impuesto le sacan el dinero a la gente que viaja al exterior por trabajo, por vacaciones, por visitar a familiares, para emergencias, no importa el motivo. El dinero de la gente es de la gente. Y cobrarle un 7% por la compra de un pasaje es exactamente eso: es un robo. Y, encima, que ese robo sea para alimentar las políticas tontas de un kirchnerista como Scioli atenta contra la propia base electoral del Gobierno. Por eso, creo que son medias que a la larga pasan factura”.
Para el exdirector del teatro Colón, “la baja de la inflación está muy bien, pero, si uno ve las encuestas, ese ya no es el objetivo de la gente”. “Cuando la inflación baja, la gente lo normaliza, y uno ya no puede mostrar ese como su único logro. Las prioridades pasan a ser otras”, agregó.
“Los que queremos que a la Argentina le vaya bien y entendemos que el desastre que recibió este Gobierno fue enorme, no queremos criticar a Milei, sino marcar cómo estas cosas disparatadas, como sostener un impuesto a los pasajes aéreos de los argentinos, que es una medida kirchnerista para que vaya a la Secretaría de Turismo que maneja Scioli, luego se te puede volver en contra”, alertó.
De acuerdo a su visión, la participación de Scioli en el Gobierno es preocupante por varias razones. “Scioli no se privó de decir una idiotez más. Y por suerte el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tuvo reflejos rápidos y respondió que ‘de ninguna manera’. Scioli pidió que se retrase el comienzo de las clases hasta después de los feriados de Carnaval”.
Resaltó: “Scioli es un peronista clásico. Ya sabemos lo que pasó en la pandemia, cuando dejaron a los chicos sin clases. Creen que el hecho de que los chicos vayan un par de días más a Santa Teresita justifica que pierdan días de clases. Es la brutalidad intelectual típica del peronismo. Reitero: me parece increíble que el Gobierno convalide eso. Por suerte, las jurisdicciones pueden negarse, como lo hizo la Ciudad de Buenos Aires. Pero eso no evita el papelón y la barbaridad”.
LA BATALLA SIMBÓLICA
Por otra parte, Lopérfido también considera un error del Gobierno de Javier Milei el ataque contra algunos dirigentes del PRO en el marco de las pujas para el armado electoral de 2025. “También es muy malo el ataque que se viene haciendo contra gente que fue símbolo de la lucha contra la corrupción en Argentina. Meterse con María Eugenia Talerico o con Mariano Federici, que estuvieron en la UIF y son reconocidos mundialmente por su lucha contra la corrupción, mientras que en la DGI ponen a un señor llamado Vázquez, que tiene departamentos no declarados en Miami, que fue funcionario del menemismo y cuya primera medida fue ascender a su esposa, es un daño autoinflingido muy grande”.
“Si bien Argentina tiene un deterioro cultural enorme, hay sectores que ponderan y valoran mucho las cuestiones vinculadas a la lucha contra la corrupción. Y el Gobierno no puede tratar esto como un tema menor por el hecho de estar enfocado en unas pocas cosas”, consideró.
Y añadió: “El Gobierno es todo. Implica todas las áreas y todo lo que hacen y dicen sus operadores. Cuando el Gobierno nombra a una persona que tiene presunción de ser corrupto (porque puede tener todos los departamentos que quiera en Miami, pero tiene que declararlos) y eso se le señala, lo que hacen es atacar con falsas informaciones y operaciones de bajas alcantarillas a gente que ha trabajado en otro Gobierno (en este caso, en el de Macri) y lo ha hecho con honestidad, logrando reconocimiento internacional por ello. Lo que está haciendo el Gobierno con esto es pegarse un tiro en el pie”.
En ese sentido, analizó un caso más vinculado a esta “batalla simbólica” que se está librando en el país. “Lo mismo ocurre cuando maltratan a la vicepresidente. No es algo que les convenga. Por mi parte, yo ni la defiendo ni la ataco, pero simbólicamente lo que la gente ve es que hay un sector del Gobierno que no es precisamente prestigioso, como la diputada Lilia Lemoine o algunos personajes de las redes sociales, acosando a una persona de su misma fuerza política”.
Finalmente, explicó que “esto pretende ser un mensaje constructivo” y concluyó: “El Gobierno da buenos pasos en materia económica. Pero, si no cuida la política y la deja en manos de los más impresentables que tiene, puede sufrir malas consecuencias en el futuro. Porque los objetivos económicos, a medida que se van consiguiendo, dejan de ser prioridad. Y las prioridades cambian. Lo de Scioli, el hecho de criticar a dirigentes que estuvieron en el Gobierno de Macri con argumentos falsos y poner a los más impresentables a pelearse con la vicepresidente son errores que no pasan la factura ahora, pero sí lo harán después. La política funciona así. Siempre. Deberían poner un ojo en eso y corregirlo”.