En los últimos días, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la reelección indefinida del gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, quien cuestionó duramente el fallo.“Ningún porteño nos va a indicar quién va a ser nuestro representante, el pueblo de Formosa va a elegir”, expresó, asegurando que esto no es un ataque a su persona, sino al “modelo formoseño”.
A esto se suma un informe de la Fundación Libertad en el que se analizan los gastos municipales de algunas de las ciudades del país, con el foco principalmente puesto en los abultados presupuestos que reciben los concejos deliberantes.
En su columna semanal en Newsweek Argentina, Darío Lopérfido apunta que estos hechos son una muestra del “fracaso” del federalismo, como también cuestiona a los gobiernos provinciales y municipales por no acompañar el ajustes que se lleva adelante desde el Estado nacional para quitar presión tributaria a los ciudadanos.
EL FRACASO DEL FEDERALISMO
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
El intelectual argentino señaló que el fallo de la Corte Suprema sobre las reelecciones indefinidas de Gildo Infrán son “algo normal en cualquier sistema democrático”, pero que aquí “provocó una reacción del caudillo corrupto de Formosa, diciendo que ningún porteño le iba a decir a los formoseños cómo elegir a sus autoridades”.
“Primero, me gustaría aclarar que la Corte Suprema no es porteña, es de la Nación, e incluso algunos de sus integrantes son provenientes de otras provincias. Y segundo, que su declaración es la típica de un caudillo corrupto que sabe que si se va del gobierno, va a caer en el ostracismo. Porque de venir un gobierno normal después, el nivel de corrupción, de feudalismo, de utilización de los indígenas para votarlo a él, del cambio del voto por alimentos, la lista de miserabilidades de Insfrán provocaría una debacle. A estos regímenes solo les queda correr para adelante y seguir teniendo el poder, porque si pierden el poder les va mal”, expresó.
El exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa señaló que “todo lo que viene haciendo Insfrán, además lo haría acreedor de una intervención federal en la provincia”. “Desconocer la decisión de un poder de la Justicia en su máxima instancia es motivo, entre muchos otros, de intervención federal. Es un disparate que Formosa no esté intervenida por el Poder Ejecutivo”, agregó.
Siguiendo esa línea, Lopérfido apuntó que esto lo lleva a pensar en el federalismo argentino y qué pasa con el gasto de la política: “Vemos mucho discurso de ajuste en el Estado nacional, pero lo que pasa en las provincias es realmente un robo a mano armada. Los concejos deliberantes, las legislaturas, salvo excepciones, son financiamiento de la política. No le sirven para nada a los ciudadanos”.
“Lo que se hace en esos lugares es financiar las estructuras políticas de esos políticos que luego van a ascender de cargos de concejales a diputados o ministros y se van a hacer ricos. Es como una cadena del mal, porque en algunos casos, en provincias muy pobres, los pobres financian a esas personas para que luego se hagan ricas. Si uno lo piensa de esa manera, es casi un acto criminal: los pobres pagan impuestos para que provincias o ciudades tengan un gasto político desbocado para que esos concejales, que por solo estar en un partido político, terminan en un Concejo Deliberante y luego terminan ricos y los pobres terminan siendo pobres”, analizó.
Al respecto, mencionó que “hace poco, por el hostigamiento fiscal, un ciudadano que tenía un kiosco en Quilmes, donde gobierna ese ente corrupto llamado Mayra Mendoza, se pegó un tiro por el hostigamiento fiscal. Cuando uno no tiene muchas ganancias y la voracidad de los Estados lo lleva a pagar impuestos sin tener ganancias, la desesperación es muy grande”.
La otra semana, por Darío Lopérfido: los «modos» de Milei y la hipocresía de la vieja política
Lopérfido mencionó un informe de la Fundación Libertad sobre los gastos de la política en las ciudades, y afirmó que “el resultado es realmente tétrico”.
“Por ejemplo, la ciudad de San Miguel de Tucumán tiene 18 concejales. ¿Para qué tiene 18 concejales? Para financiar la política, especialmente del PJ en esa provincia. El presupuesto del Concejo municipal es de $12.000 millones; y el costo por concejal por año es de $670 millones. Si uno ve en países normales, cada concejal tiene un colaborador; en Argentina, los concejales tienen 20 asesores como si fueran diputados de los Estados Unidos. Piensen que, además, Tucumán tiene Cámara de Diputados, y después están los diputados de la Nación y los senadores, o sea la cadena de cuerpos legislativos que es infinita”, enfatizó.
“Ver el informe es una vergüenza. Río Gallegos tiene siete concejales, pero por año cada concejal cuesta $639 millones. Imagínense el disparate. Posadas tiene 13 concejales y cada concejal por año cuesta $430 millones. Quilmes tiene 24 concejales, es un robo de la política a mano armada. En Formosa, el presupuesto del Concejo Deliberante de la ciudad es el 13% del total; en Posadas, el 11%. Posadas destina a su Concejo Deliberante casi el mismo monto que a su plan de obras públicas. Imagínense, los ciudadanos pagan impuestos para tener rutas, para tener calles en buen estado, y la ciudad gasta lo mismo en obra pública que en el Concejo Deliberante”, manifestó.
Lopérfido criticó que en estos montos “están los sueldos de los concejales, de los asesores, de las esposas, de las primas, de los esposos, de las amantes, de los que cuidan el perro, de todos”, y que todo eso “lo pagan los ciudadanos”.
“El Consejo de Río Gallegos gasta cuatro veces lo que gasta la Secretaría de Producción. Una secretaría dedicada a estimular la producción económica de la ciudad, gasta cuatro veces menos que el Concejo Deliberante. El Concejo de Rawson es el 90% del monto que se destina a la Secretaría de Planificación y Desarrollo Urbano de la ciudad. Además, se gasta un 750% más en el Concejo Deliberante de lo que se gasta en su programa municipal alimentario”, sumó como ejemplos.
En ese sentido, el intelectual aseguró: “Esto es el fracaso total del federalismo. Cuando pasa esto en un país, todo el esfuerzo que se hace en ajustar los gastos del Estado nacional, terminan siendo inútiles. Porque se achica el gasto por un lado, pero a la gente la hostigan con gasto en su ciudad o en su provincia que es para mantener políticos que empiezan a hacer carrera y luego van a terminar siendo corruptos, ricos, millonarios a costa de la gente que paga impuestos. Porque no es que los concejales hacen gran cosa. En Europa un concejal de una ciudad no tiene más que un asesor, un asistente. Aquí tienen 20, 25, porque hay que mantener a todo el lumpenaje político que luego va a hacer negocios y luego va a formar parte de engranajes de corrupción, salvo excepciones y muy pocas”.
“Esto es una cosa que hay que mirar. Si no se mira, todos los esfuerzos de bajar la presión impositiva como ahora se eliminó el Impuesto PAIS desde el Estado nacional, van a ser inútiles o no van a causar el efecto que tienen que causar porque la gente va a seguir hostigada por la voracidad fiscal de las provincias y de las ciudades que solo sirven para mantener políticos, aparatos políticos, y en muchos casos estructuras feudales.”, concluyó.