En su discurso en el Foro Económico Mundial de Davos, el presidente argentino Javier Milei pronunció un duro discurso en contra de la llamada “agenda woke”, en el que afirmó que la ideología de género llevada a casos extremos puede derivar en podofilia, y citó el caso de una pareja homosexual abusadora condenada en los EEUU.
Tras la catarata de críticas, el mandatario no reconoció el exceso, sino que denunció que el wokismo lo había malinterpretado intencionalmente.
Como respuesta, diversos sectores de la vida civil y política convocaron a una marcha de desagravio de la comunidad LGBTIQ+ para este sábado 1° de febrero.
En su habitual espacio de los miércoles en Newsweek Argentina y su siempre aguda visión, Darío Lopérfido analiza este escenario y realiza una advertencia: errores como el de Milei en Davos alimentan el resurgimiento de sectores vinculados al kirchnerismo.
EL MAL ANTIWOKISMO Y EL WOKISMO K
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
Para el exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, “la política argentina se encuentra en un carrusel de tontería que parece no acabar nunca”. Y comentó: “La semana pasada el presidente Javier Milei pronunció un discurso ‘antiwoke’ y cometió algunos errores, según entiendo y también lo escribí también en mi columna del domingo último en la Agencia Noticias Argentinas. Se refirió a un caso de pederastía de una pareja homosexual, y con dolo dar ese ejemplo lo que consiguió es que mucha gente crea (y me incluyo) que se trataba de un comentario desafortunado. Y muchos periodistas y otras personas en las redes sociales han escrito quejándose de lo mismo”.
Según el intelectual argentino, Milei tuvo que, de alguna manera, reconocer que fue un error. “En ese artículo que escribí decía que el mundo ‘woke’ estaba en decadencia y que nunca había que alertar al adversario cuando se está equivocando. Dicho y hecho: Milei se dio cuenta de que cometió un error. Si fueron sus asesores los que le escribieron ese discurso, hay que decir que son bastante precarios intelectualmente. Y tuvo que publicar una aclaración, que es la prueba de que le había entrado la bala de las críticas que hicimos muchos”, aseguró, y continuó: “Es que somos muchos los que desde hace años somos contrarios a la agenda ‘woke’. Pero una cosa es estar en contra de esa agenda y otra muy distinta es cometer los errores en la terminología que cometió Milei”.
“Ahora los ‘woke’ convocan a una marcha, lo cual demuestra que en la Argentina no se discuten temas importantes; se discuten temas accesorios. Y Milei, que estaba tocado por el error que había cometido, ahora se va a beneficiar, porque la gente tampoco quiere a los que van a esas marchas a reivindicar esa agenda ‘woke’ o algunos de sus temas”, consideró.
¿Quiénes son los que van a esas marchas, según su visión? “Entre los que se adhieren están, por ejemplo, el Partido Justicialista de la Ciudad de Buenos Aires; fracciones de La Cámpora; está la Fundación Huésped, presidida por Pedro Kahn, que mandaba a encerrar gente en la pandemia. En PJ porteño es el partido de Alberto Fernández, que no solo armó el Ministerio de la Mujer para llenarlo de militantes (y puso de ministra a Ayelén Mazzina, la que se había callado cuando era ministra en San Luis frente a la muerte de Magalí Morales), sino que además sopapeaba a la mujer, por decirlo de un modo coloquial…”, recordó.
Siguiendo esa argumentación, agregó: “Ellos y los troskos que convocan y van a ir a la marcha no entienden nada. Habría que acercarles el mismo consejo: no deberían hacer nada cuando su adversario (Milei) comete un error. Además de esto, hacen un mal uso de las palabras. Utilizan términos como “racista”, “fascista” y otros tantos que lo que van a lograr es que la gente los escuche y recuerde los tiempos del kirchnerismo”.
“Todo lo que se va a ver en la marcha de este sábado es kirchnerismo. O sus satélites de la ultraizquierda”, anticipó.
El problema son las prioridades, consideró Lopérfido. “Es por eso que creo que la política argentina está en un carrusel de la tontería. En Argentina hay problemas importantes, graves. La gente se muere en las rutas por el mal estado en el que están. Los jubilados que aportaron cobran una miseria. Este Gobierno está estabilizando la economía después de los facinerosos que estuvieron en el Gobierno anterior: Alberto Fernández, Massa, Cristina Kirchner. Y en lugar de discutir sobre esos temas, la opinión pública se ve acosada por las tonterías que dice el presidente, excediéndose en su mensaje ‘antiwoke’ o por la reacción de los ‘woke’, que en la Argentina son kirchneristas, quienes convocan a una marcha pensando que la gente los quiere. Y no. La gente no los quiere. La gente critica a Milei por determinadas cosas, pero a la hora de pensar un recambio, no están si quiera imaginando que ese cambio puedan ser los defensores de la agenda ‘woke’; ni los que defienden la hormonización o la cirugía de cambio de sexo en los niños; ni los que avalan que los deportistas hombres compitan y les ganen a las mujeres; no es La Cámpora; no son los trotskistas. A todo eso la gente lo ve como un pasado espantoso”, analizó, y enfatizó: “Son solamente sectas. No se trata de pensamientos polarizados. Porque si la discusión estuviera polarizada en cuestiones económicas, estaría bien”.
Por eso, afirmó que este nuevo conflicto es superfluo y podría leerse como un error no forzado del Gobierno. “El presidente no puede cometer el error amateur de decir en un discurso ‘antiwoke’ que los homosexuales son pederastas. Y, del otro lado, las Actrices Argentinas y toda esa gente que uno vía en el kirchnerismo, usando todas las causas nobles para deformarlas, robar y sacar provecho de esas estructuras que crearon para llenar de militantes”, resumió.
“Para salir de este carrusel del desastre en que estamos subidos, el presidente debería reflexionar sobre las cosas que dice, porque al decirlas reaparece todo ese mundo satelital al kirchnerismo que nadie en su sano juicio puede defender o reivindicar”, propuso.
Finalmente, planteó que “sería bueno que en la Argentina se aborden los temas importantes y no tener a la opinión pública dando vueltas en temas en los que está claro que algunos defienden intereses mientras que otros no saben de lo que hablan”. Y añadió: “Estamos presenciando un paupérrimo debate intelectual, mientras nos sobrevuelan los caranchos de la política, que hoy se suman a una marcha que, no hay dudas, será en defensa de la agenda ‘woke’ y contra el Gobierno nacional”.
“Mientras se discuten estas cosas en la provincia que gobierna Kicillof asesinan gente todos los días. Hay un problema de prioridades en la agenda pública”, concluyó.