El 1° de marzo se llevó adelante la apertura oficial de las sesiones ordinarias del Congreso, con el tradicional discurso inaugural del Presidente de la Nación. Milei repasó los logros de la gestión y diversas iniciativas para este 2025.
Sin embargo, todo esto quedó opacado por dos hechos anecdóticos: la evidente pelea entre el mandatario y su vicepresidenta, Victoria Villarruel; y el violento cruce entre el asesor presidencial Santiago Caputo y el diputado radical Facundo Manes.
Para Darío Lopérfido, se trata de un grave error comunicacional del Gobierno que, según su visión, ha perdido el control de la agenda pública. En su habitual espacio de los miércoles en Newsweek Argentina, analiza este escenario y exhorta a Milei a retomar una agenda de futuro con foco en la economía, la seguridad y la educación.
A NADIE LE IMPORTA
El análisis de Darío Lopérfido, desde España
De acuerdo al exsecretario de Cultura argentino y actual coordinador de la Cátedra Vargas Llosa, “el Gobierno está atravesando malas semanas en términos comunicacionales”. “Es una fantasía habitual que la opinión pública acompaña a los gobiernos siempre como en los primeros tiempos. Y mucho más en uno que asumió con un crédito enorme, luego de la debacle de Massa, Alberto y CFK. Confiarse en eso y en que las herramientas que te sirvieron para llegar al poder son las mismas que te van a funcionar un año y pico después de asumirlo son un error”, señaló.
En ese sentido, detalló: “Desde hace unos días el Gobierno comunica sobre temas malos y que a la gente no le modifica en nada su vida. Empezó con el tema de $LIBRA, que le da muchos dolores de cabeza en la prensa nacional e internacional. Tuvieron luego una mala transmisión de la apertura de las sesiones legislativas, de donde surgió que Milei se enojó con la vice y que hubo un episodio bizarro entre el diputado Facundo Manes y Santiago Caputo. Nadie habla del discurso ni de lo que se anunció ahí”.
“Es muy malo cuando un gobierno solo da mensajes de internas o de discordia. Luego de una Asamblea Legislativa, donde se debería hablar de las medidas, se termine hablando del enojo del presidente y la vice, o de una pelea entre un diputado y un asesor, es muy malo, porque es un Gobierno que solo está generando anécdotas. Y ya no importa discutir quién tiene la razón”, aseveró el intelectual argentino.
Para el exdirector del Teatro Colón, lo sucedido en la apertura de sesiones fue “un error”. “Manes es una persona que políticamente no me interesa, un oportunista. Pero si se comportaba como tal, había que dejarlo pasar y no reaccionar como en un estadio de fútbol. Lo único que logró el oficialismo con ese episodio es convertir a Manes (que es un cero en la política) en alguien que ahora está hablando en los medios como si fuera Churchill”, ironizó.
Pero advierte que no fue el único: “Son errores muy infantiles, tal como la interrupción de la entrevista de Milei con Joni Viale. Lo mismo el seguidismo absurdo a EEUU en el tema Ucrania. A tal punto que el presidente borra los tuits que tenía a favor de Zelenski. En el mundo, a nadie le importa lo que diga Argentina sobre Ucrania, pero internamente los muestra como mojigatos y temerosos de la reacción estadounidense”.
Por otra parte, consideró que “el tema del juez Ariel Lijo también se queda en la anécdota metodológica”, y agregó: “Ni Lijo ni García Mansilla pasaron por el Senado. Por lo tanto, la discusión pasa por un decreto y en por qué hay un empecinamiento tan grande del Gobierno con Lijo”.
Para Lopérfido, uno de los frentes abiertos por Milei que más le llama la atención es la pelea con el Grupo Clarín, a quien buscan impedirle la compra de Telefónica de Argentina. “La comunicación oficial viene sufriendo embates. Vienen cometiendo errores. Pero, además, es muy curioso: se discuten tonterías y resulta llamativo que el presidente esté ahora publicando tuits contra Clarín porque, más allá de las razones, un gobierno enfrentado a Clarín lo único que hace es traer a la memoria lo que hacían los K”.
“Hoy Clarín no marca la agenda como lo hacía en la época de los K. Primero, el presidente, diciendo las mismas cosas que decían los K, está dando un discurso que a nadie le importa. Y, segundo, queda pegado en el recuerdo de los K, lo cual es malísimo, porque fueron tiempos malos los de la pelea de los K con Clarín. Nunca hay que imitar lo malo”, explicó.
De algún modo, sostiene Lopérfido, “pareciera que Milei estuviera enamorado del pasado”. Y continúa: “Se ve en esta discusión con Clarín o en su recuerdo (y el de sus seguidores) de la gestión de Carlos Menem, que también es el pasado. La agenda nueva no la están marcando. Milei tiene seguidores en redes que ya han perdido todo el efecto que tenían; hoy son cómicos. Ninguno de ellos marca agenda. Ni Dan, ni Doe, ni ninguno de esos empleados públicos que tiene la misión de comunicar para que eso se convierta en noticia. Hoy tuitean y a nadie le importa. Sea que hagan chistes o repitan ‘el emperador Milei tal cosa’, eso ya no sirve”.
Por lo tanto, afirma: “El Gobierno debe recuperar una agenda positiva. Este Gobierno no habla de cómo va a seguir la recuperación económica, ni de los jubilados, ni ha mencionado jamás cómo solucionar los temas de la educación en Argentina, no habla del futuro y, en cambio, sí habla de anécdotas que no interesan. De este modo, es muy fácil cercarlo comunicacionalmente”.
La sostenida tendencia “anti K” no alcanza, de acuerdo al intelectual. “La única ventaja que tiene el Gobierno es que la oposición está desperdigada y hay personajes, como los K que no fueron a la Asamblea Legislativa, que son siniestros. Entonces, siempre se plantea la comparación. ‘¿Queremos que vuelvan los K?’. ‘No, no queremos’. Pero no debe confiarse el Gobierno en que solo el horror a los K será suficiente”.
“El Gobierno debe empezar a generar una agenda con los temas que le importan a la gente. Jubilados, cepo, evolución del aumento del consumo, inversiones, seguridad, educación. Esos son los temas que modifican la vida de las personas. No el decreto de Lijo. No la pelea idiota entre Caputo y Manes. No pasar de abrazar a Zelenski a decir que está equivocado. No que Milei se enoja con la vice. Eso es consumo de la interna oficialista y de los portales. A la gente no le importa nada. Son noticias negativas y frívolas”, enfatizó.
Finalmente, insistió en que Milei debe tomar nota de los resultados comunicacionales de estos episodios y modificar su agenda. “Yo creo que este Gobierno ya pasó su ‘luna de miel’. Por lo tanto, ahora tiene que hablar de los temas serios. En contraste, hace un mes que habla de cuestiones negativas y sin importancia. Esto es muy malo, teniendo en cuenta las expectativas que había despertado este Gobierno. No alcanza con decir que en frente están los K. Los K son lo peor de la política, pero se les gana con evolución de ideas y discursos sobre el futuro. Y no con anécdotas tontas”, concluyó.