En la Marcha Universitaria, que se lleva a cabo esta tarde en la Plaza del Congreso con el objetivo de que no se vete la Ley de Financiamiento Universitario, se leyó un documento en el que se especificaron los puntos principales del reclamo.
El texto lleva la firma de tres organizaciones: la FUA, representada por los estudiantes, el Frente Sindical de Universidades Nacionales, que nuclea a los docentes y no docentes y el Consejo Interuniversitario Nacional.
Primero, el texto hizo hincapié en que «la reconducción del presupuesto 2023 para el año 2024 hizo que las partidas de gastos de funcionamiento quedaran completamente desactualizadas».
En ese sentido, afirmó que las «paritarias discontinuadas, unilaterales y sin voluntad de acuerdo profundizaron la pérdida del poder adquisitivo del salario»
Y remarcó que «el profundo desfinanciamiento del sistema científico puso en jaque su desarrollo».
Además, dejó en claro que nunca aparecieron respuestas a más de 100 obras de infraestructura paralizadas y los programas de asistencia a estudiantes se actualizaron tarde y mal, perjudicando a miles que lo necesitaban para continuar sus estudios».
Luego puso el foco en las acusaciones del Gobierno Nacional y aseguró: «Soportamos una campaña injusta, planificada e intencional, que busca sistemáticamente desprestigiar lo que sucede en el ámbito científico y universitario para fundamentar la desjerarquización y el ahogo presupuestario».
«No ha habido, ni siquiera, vocación de diálogo», cuestionó y aseveró: «Todos los intentos que promovimos para buscar espacios que permitan gestionar las dificultades y encontrar soluciones fueron infructuosos».
«Hizo falta que la sociedad se manifestara conmovedoramente en toda la Argentina para que empezáramos a tener algunas respuestas», señaló.
En cuanto a los salarios, advirtió que «la situación hoy es más crítica que a comienzos de año, con un capítulo dramático en materia salarial».
«La pérdida de quienes trabajamos en las universidades públicas es de una gravedad inusitada; con un porcentaje enorme de docentes y no docentes percibiendo un salario por debajo de la línea de la pobreza, cuando no de la indigencia», subrayó.
Y sostuvo: «Esto compromete uno de los núcleos de la universidad pública, pues pone en riesgo la continuidad de los cuadros académicos, de administración y de servicios esenciales para su funcionamiento».
En esa línea, colocó el acento en el ámbito científico y manifestó que «la crisis que atraviesa el sistema científico es más profunda y será terminal si no se consideran medidas urgentes».
«La falta de actualización salarial de los docentes-investigadores, junto con la reducción del financiamiento para becas y programas de apoyo, afecta gravemente al sistema científico-tecnológico argentino» enfatizó y precisó que «el 60% de quienes hacen ciencia lo hacen en universidades nacionales».
«La disminución de estos recursos impacta tanto a jóvenes en formación como a equipos de investigación consolidados», resaltó y agregó que «a esto se suma la paralización de las obras de infraestructura planificadas para impulsar la investigación en el ámbito universitario, así como el cese de políticas de financiamiento para la adquisición de equipamiento e insumos, lo que pone en peligro proyectos en curso».
Respecto a la situación de los estudiantes, alertó que «el acceso irrestricto está amenazado por la crisis económica y socialque se profundiza con cada medida y afecta particularmente a estudiantes de todo el país» por lo que «el acceso y la permanencia para los hijos e hijas de familias trabajadoras se convierten en una realidad cada vez más lejana».
«Ante un Estado que decide no invertir en el futuro de los jóvenes y su acceso a la educación, con instituciones desfinanciadas; la excelencia en la formación está en riesgo», sentenció.
«Cada vez más deben trabajar al mismo tiempo que cursan su carrera, cada vez más la deserción obligada por la situación económica cancela el sueño de miles de ser profesionales», afirmó y dejó en claro que «las becas estudiantiles no alcanzan y la decisión de congelarlas y recortarlas revela la indudable intención de asfixiar el sistema, desmantelando, uno a uno, los pilares que lo sostienen».
En un párrafo reservado para Javier Milei, el texto detalló: «El Sr. Presidente de la Nación tiene al alcance de su mano una ley razonable que resuelve los problemas cuidando al Estado y a su economía. Los estudiantes de toda la Argentina le pedimos, en un grito de auxilio para salvar al sistema: ¡promulgue la ley de financiamiento universitario!».
«Esta ley aprobada por el Congreso en un acto de responsabilidad y compromiso, le da al sistema universitario previsibilidad presupuestaria y a la crítica situación salarial una respuesta, estableciendo un piso de incremento acorde a la inflación y recuperando el poder adquisitivo del salario», aseguró y destacó: «Es una ley que resuelve los problemas responsablemente, porque no compromete fiscalmente al Estado, demandando solo el 0,14% del PBI para su implementación».
Acerca del Presupuesto 2025, las autoridades expresaron: «Exigimos también que reconsidere el proyecto de presupuesto 2025″.
«Queremos advertirlo con la gravedad que el problema tiene. Si el proyecto de presupuesto para el 2025 no se modifica, la situación de las universidades y el sistema científico será mucho más grave que la que atravesamos hoy», advirtieron.
«Lo que estará en juego es su continuidad. Ni más ni menos que eso», alertaron y recordaron que «nunca antes lo solicitado por el sistema universitario estuvo tan lejos de lo que el Gobierno propone para su tratamiento».
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«Tan solo la mitad de los recursos reclamados, mínimos para funcionar, fueron contemplados, sin siquiera prever la inflación acumulada en el 2024″, remarcaron.
Por lo tanto, «es un error no reconocer que en las universidades no hay un problema, sino la posibilidad de encontrar soluciones a los problemas estructurales que la Nación enfrenta».
«Es un error entender como un gasto y no como una inversión lo que el Estado destina a educación, universidades y desarrollo científico», añadió el documento y resaltó que «los países desarrollados invierten dos o tres veces más que la Argentina en estas áreas porque saben que en la sociedad del conocimiento el diferencial para crecer depende de cuánto más y cuánto mejor se hagan las cosas allí». «Es con más ciencia y educación superior pública y de excelencia, no con menos», aseguró.
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«Si en un contexto de escasez, cuando deben ponderarse prioridades, no se privilegian estas áreas, el desarrollo de la Nación y la posibilidad de desandar sus profundas desigualdades será una utopía», acentuó.
En ese punto, hizo hincapié en que «la columna vertebral de la Nación es la educación pública que iguala y nos hace libres y la universidad pública es la herramienta por excelencia de movilidad social ascendente».
En consecuencia, «que no despojen al pueblo argentino de sus sueños de grandeza. Que no apaguen las vocaciones más nobles vinculadas al conocimiento y al trabajo con niñas, niños, jóvenes y adultos que transitan nuestras aulas y laboratorios»-
«Los deseos, las aspiraciones y las luchas de generación tras generación consagradas en derechos, imponen una responsabilidad en el presente para que el futuro sea posible», enfatizó.
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Para concluir, «agradecemos a la sociedad argentina su extraordinaria movilización cada vez que la historia llama a su puerta» y resaltó: «Somos herederos del pueblo de la Nación que supo en 1884 abrazar la ley 1420». «De los jóvenes que en 1918 construyeron un sistema universitario democrático y libre que inspiró al mundo», siguió y añadió: «De quienes entendieron en 1949 que la gratuidad era una herramienta que derrumbaba las fronteras que impedían el acceso a la educación superior, constituyendo un aporte determinante para la justicia social.
«Somos la universidad de los cinco premios Nobel, la de jóvenes, investigadores y científicos destacados por los que nos reconocen en el mundo entero», cerró.