El presidente Javier Milei participó en la Cumbre de líderes del G20, donde defendió el modelo de “libre mercado” para luchar contra el hambre y la pobreza y remarcó su “batalla cultural” contra la Agenda 2030.
El mandatario argentino fue uno de los firmantes de la Alianza Global contra el Hambre y la Pobreza. Sin embargo, en su discurso, cuestionó que “la mayoría de los gobiernos modernos han insistido en el error de que para combatir el hambre y la pobreza hace falta mayor intervención estatal y mayor planificación centralizada de la economía”.
Milei firmó el documento del G20, pero mostró su desacuerdo con los puntos de la Agenda 2030
“La evidencia empírica demuestra lo contrario: cada vez que un Estado tuvo una presencia del 100% en la economía, que no es más que una forma bonita de llamar a la esclavitud, el resultado fue el éxodo tanto de la población como del capital y millones de muertes ya sea por hambre, frío o crimen”, aseguró.
En ese sentido, expresó que “si queremos luchar contra el hambre y erradicar la pobreza, la solución está en corrernos del medio”.
Milei justificó que estas ideas “fracasan” porque “pretenden construir un paraíso en la tierra vulnerando dos de los tres principales derechos humanos: el derecho a la propiedad y el derecho a la libertad, y a veces hasta se termina poniendo en duda el derecho a la vida”.
“Sin estos tres derechos la prosperidad y el crecimiento no existen, porque distorsionan el sistema de incentivos. ¿Quién querría esforzarse en un sistema que no le permite capitalizar su esfuerzo a través del ahorro y la adquisición de bienes?”, enfatizó.
Además, cuestionó que “cada vez que el Estado interviene genera un resultado peor al que había antes de que se entrometiera”, ya que “el incentivo del político implica no solucionar los problemas, sino perpetuarlos” y que “un problema solucionado es un lugar de donde el Estado debe retirarse”.
También apuntó que “por el capricho de políticos” hay “distorsión en el sistema de precios”, lo que “en el peor de los casos termina generando crisis de déficit, de deuda y destruyendo la moneda”.
“Debemos desregular la actividad económica para liberar el mercado y facilitar el comercio, y que el intercambio voluntario de bienes y servicios traiga prosperidad. El capitalismo de libre mercado ya sacó de la pobreza extrema al 90% de la población global, y duplicó la expectativa de vida. Esto fue gracias a que generó un progreso tecnológico que puso al humano en el lugar de los dioses, habiendo conquistado los océanos, el aire, el espacio, el átomo y pudiendo comunicarnos a cientos de miles de kilómetros en tiempo real, como si se tratara de telepatía. Todo esto lo logró el privado por cuenta propia, buscando solucionar los problemas que aparecían sobre la marcha”, afirmó.
Y sumó: “Nunca verán a nuestra administración defender propuestas que impliquen mayor presión fiscal, ni propuestas de desarrollo sostenible que prioricen caprichos de políticos con la panza llena en países ricos, cuando los países pobres necesitan explotar sus recursos para salir de la pobreza. Voy a decirlo de nuevo: lo único que funciona para sacar a miles de millones de la pobreza es el capitalismo de libre empresa”.
MILEI CONTRA LA AGENDA 2030
En otra sesión, el mandatario argentino criticó el rol de los organismos y foros internacionales como el G20, ya que según su mirada el sistema de cooperación internacional “está en crisis” porque “está en falta con su propósito original” de que “todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos”.
“Hoy, lo que rige en la comunidad internacional es un esquema de imposición. No uno de cooperación simétrica y autónoma”, enfatizó. También remarcó que se “vulneran los derechos más básicos de los ciudadanos del mundo, que son el derecho a la vida, la libertad y la propiedad privada”.
Milei cuestionó además que la “gobernanza global” es “sinónimo de imposiciones de todo tipo a nuestras naciones y nuestros ciudadanos”, que aplican “desde barreras a la producción y el comercio, hasta mandatos de censura a la expresión libre, pasando por imposiciones culturales y condicionamientos en el acceso al mercado de crédito”.
“Para nosotros el consenso siempre parte del saludable desacuerdo y debate vigoroso. Pero hoy, el desacuerdo escandaliza, y el debate no es ni vigoroso ni saludable. No hay igualdad soberana que lo permita, y, en consecuencia, el régimen internacional se convierte en un corsé que nos asfixia. La prueba es que, en distintos ámbitos, nos han llegado a acusar de promover discursos de odio, de antidemocráticos o de ser un peligro para los derechos humanos, meramente por tener una opinión disidente”, mencionó.
En esa línea, marcó su postura: “Si se trata de restringir la libertad de opinión, no cuenten con nosotros. Si se trata de transgredir el derecho a propiedad de los individuos a través de impuestos y regulaciones, no cuenten con nosotros. Si se trata de limitar el derecho de los países a explotar libremente sus recursos naturales, no cuenten con nosotros. Si se trata de inventar privilegios de sexo, de raza, de clase o cualquier minoría, y negar el principio de igualdad ante la ley, no cuenten con nosotros. Si se trata de imponer mayor intervención estatal en la economía, no cuenten con nosotros”.
Milei resaltó su “agenda de la libertad”, la cual consideró como “el norte que creemos debería tener cualquier esfuerzo de reforma para las instituciones de gobernanza global”. Y puso a Argentina “a la vanguardia” de la “carrera fiscal y desregulatoria”.