El politólogo, Martín D’Alessandro, habló sobre la forma de hacer política del Gobierno de Javier Milei y aclaró que el proceso de «polarización» que se vive en Argentina no es propio de nuestro país «sino que es un fenómeno global».
En diálogo con Marcelo Longobardi en Radio Rivadavia, indicó que tiene que ver «con procesos económicos, sociales, con la insatisfacción con la democracia» y «aquí (en Argentina) no nos quedamos afuera de esa tendencia global».
El reino de la confrontación: ¿tiene futuro la Argentina de la grieta?
«En el caso argentino, estamos viviendo una revitalización de esta polarización, de este enfrentamiento entre dos bandos», marcó y explicó que «es una forma de hacer política que ya habíamos visto en los años de la cúspide del poder kirchnerista o de Cristina».
Según, sostuvo, esta estrategia política «plantea una sociedad dividida en dos sectores y el propio es moralmente superior» y siguió: «Es necesario y urgente lo que se tiene que hacer, hay una no legitimidad del adversario».
Una forma de Gobierno inédita y los límites de la democracia
«Cuando estas ideas se van desarrollando y van articulando posicionamientos políticos, elecciones, posiciones parlamentarias, pueden llevar y generalmente acarrean problemas para la salud del sistema democrático», aseguró y aclaró: «No es necesariamente que mañana van a salir los tanques a a la calle, pero se va lastimando de a poco una convivencia democrática, respetuosa de la Constitución, de los adversarios». «Eso puede terminar mal», advirtió.
«Es un modelo exitoso porque en profundas crisis económicas o de seguridad, como estamos viviendo en Argentina, se generan escenarios propicios para que aparezcan soluciones mágicas», indicó y añadió: «De la noche a la mañana, la aparición de líderes que prometen que se puede solucionar todo».
«Mi preocupación está en cómo los actores que tienen responsabilidad política se ubican frente a un escenario como el que estamos viviendo», recalcó y planteó: «Por qué los líderes políticos no presentan una suerte de vaya de contención para intentar aislar y combatir a los líderes autoritarios» porque «se supone que los líderes democráticos no tienen necesariamente que hacer seguidismo de los líderes con tendencias autoritarias».
Acto seguido se centró en un partido político en particular y afirmó que «el PRO con (Mauricio) Macri y (Patricia) Bullrich, aparece como bastante evidente que interpretando, teniendo un diágnostico que la elección del ballotage dio un triunfo mayoritario a Milei es una decisión duradera e inapelable de la sociedad argentina de irse a un extremo en términos de contenido libertario y de modos autoritarios que el PRO no había tenido antes».
«Si Milei tiene éxito económico, la gente le va a perdonar el estilo»
«Me parece que ahí hay una subordinación a una dinámica centrífuga, de polarización que respecto a la competencia electoral del país puede ser un poco peligrosa», alertó y precisó: «Nos estaríamos empezando a configurar en dos grandes polos radicalizados (el PRO con Milei vs. el kirchnerismo) en el sentido de que creen que las políticas que proponen son las únicas posibles y que es necesario implementarlas de manera urgente».
«MILEI ESTÁ CAMINANDO SOBRE UNA CORNISA»
Luego se enfocó en el mandatario y fue claro: «Milei tiene un problema, está caminando sobre una cornisa». «Lo que lo hace popular es su idea de anti casta y él cree que como es algo nuevo va a obtener resultados novedosos. Ese es el Milei político», señaló y subrayó: «El Milei presidente necesita una cantidad de gestiones, negociaciones, que son lentas y que implican sentarse con la casta, para ver cuán posible son las transformaciones que él prometió hacer».
«Milei ha sido enormemente eficiente en la construcción de enemigos»
«En esta cornisa a veces se bandea mucho para un lado, debido a que, va a los tumbos porque no ha encontrado un equilibrio entre la popularidad y la responsabilidad de gobernar», resaltó
Para concluir, respecto a la declaración del ministro de Economía, Luis Caputo, quien aseguró al tener «el apoyo de la gente, se puede prescindir del Congreso», el politólogo consideró que «esa es una visión miope» y añadió: «La opinión pública es volatil» por lo que «en algún momento va a tener una tendencia a la baja».
La inflación sigue siendo la principal preocupación de los argentinos
«Cuando las papas empiecen a quemar y la opinión pública deje de apoyar, ¿va a seguir gobernando como si tuviese el respaldo de la opinión pública o va a darse cuenta de que necesita otra forma de acumulación política y otro estilo para gobernar?», concluyó.