A los 77 años murió el exfiscal Germán Moldes, figura clave en la lucha contra la corrupción kirchnerista y en el pedido de justicia por la muerte de Alberto Nisman.
Se había jubilado en 2019 tras enfrentarse a problemas de salud, incluyendo una operación por obstrucción en la carótida.
Tras una destacada trayectoria, dejó una marca indeleble en Comodoro Py, donde como fiscal ante la Cámara Federal de Casación, tenía la última palabra sobre las apelaciones de sus colegas en causas sensibles.
Nombrado durante el gobierno de Carlos Menem, Moldes ocupó cargos de peso desde 1994 y llegó a ser conocido por su independencia, como lo reflejaba la inscripción en su oficina: “Quédese tranquilo que no entré por concurso”.
Fue un activo defensor de la investigación sobre la muerte de Alberto Nisman, liderando el pedido de reapertura del caso tras el cierre inicial por el juez Daniel Rafecas. Moldes denunció el supuesto encubrimiento de figuras clave como Carlos Zannini y Luis D’Elía, aludiendo a una “desesperación” para que no se esclareciera la denuncia de Nisman.
En los últimos años, Moldes también pidió la detención de Cristina Kirchner en el marco de la causa por los «cuadernos de las coimas«.
En 2018, el experimentado funcionario judicial presentó un contundente dictamen sobre los negocios entre la familia Kirchner y Lázaro Báez, que involucraban más de 46 mil millones de pesos. También exigió medidas estrictas contra otros acusados de corrupción, como la colocación de una tobillera electrónica a Amado Boudou.