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«Purismo» y «pragmátismo de supervivencia»: la dinámica de un Gobierno que se maneja con la «tensión de atraer y expulsar»
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«Purismo» y «pragmátismo de supervivencia»: la dinámica de un Gobierno que se maneja con la «tensión de atraer y expulsar»

Diana Mondino quedó fuera del Gobierno y ya no será la canciller. Con su salida ya son más de 90 los funcionarios a los que Javier Milei les dijo adiós en menos de un año al frente del Poder Ejecutivo. ¿Es este proceder del libertario una cuestión ideológica o está llevando una purga de cara a las elecciones 2025?

Para entender qué hay detrás no solo de la salida de Mondino si no de esta dinámica de echar funcionarios, Newsweek Argentina conversó con el analista político, Federico González.

Más de 90 funcionarios se fueron del Gobierno desde que Milei asumió, es decir, en menos de un año. La salida de Diana Mondino tuvo un motivo ideológico concreto. ¿Usted ve un Milei que se está cerrando ideológicamente?

-Primero me gustaría dar un marco para contextualizar mi respuesta. En general, cuando me consultan sobre temas de análisis político, yo tiendo a ser muy conservador respecto a que le damos una importancia desmedida al hecho presente, nos parece que cambia la serie en algo y en realidad, son hechos que ya ocurrieron otras veces. Por lo tanto, no hay que pensar que habría un motivo que cambiaría la serie.

Esto que está haciendo Milei, para mí es lo que hizo siempre no es algo de ahora. Desde que empezó su Gobierno hizo cambios y además, sonaba como que hacía muy rápido esos cambios.

Creo que más que ideológico es como que hay un purismo y te diría que es más personal que ideológico.

Es decir, esta persona no estuvo a la altura de algo y ese algo puede ser no estuvo a la altura de lo ideológico o no estuvo a la altura del vínculo personal. No creo que Milei al principio haya sido más abierto ideológicamente y después se haya ido cerrando, considero que siempre fue igual.

Ahora fuera de eso, respecto de lo de Mondino fue la crónica de un final anunciado porque había rumores que a Milei Mondino no le terminaba de convencer, pero no sé si a Milei, a Karina Milei o a Santiago Caputo o a los tres juntos.

Hay un contraste entre la Mondino de la campaña que no estaba en la mesa chica, pero estaba en la vidriera chica de los actos, parecía una figura muy del círculo estrecho, pero después quedó relegada y parecía que la habían puesto en el freezer, que estaba en penitencia. Cuando las cosas son así, se busca el momento, se busca la excusa y capaz en este caso, la votación de la ONU vino bien.

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También la otra cara es que cuando en un vínculo alguien no te cierra, probablemente tienda a volver a hacer las cosas que no te cierran. Lo que hizo Mondino quizás fue el motivo por el que la pusieron en ese lugar de freezado. Por lo que se ve de afuera, como se dice coloquialmente, ella se mandó sola o no consultó algo que tendría que haber consultado. O también se tendría que haber dado cuenta que ese era un tema que para Milei no era indiferente y le faltó timing para entender con quién estaba. En consecuencia, las responsabilidades pueden llegar a ser mutuas.

Usted decía Mondino estaba en la vidriera y después pasó a estar freezada. Hay mucha gente que estaba en el armado original con el que La Libertad Avanza ganó las elecciones que hoy ya no forma parte del Gobierno. ¿Cómo analiza esos cambios de cara a las elecciones 2025?

-En la época de la campaña ya pasó eso: mientras avanzaba la campaña se iba desgranando el espacio porque había gente que había empezado y después la iban dando de baja. Hubo muchos heridos en el camino que salieron, como por ejemplo, Carlos Maslatón o Ramiro Marra. También hubo problemas con los armadores y escándalos. El caso de Bloomberg que se fue enojado porque decía que le habían pedido plata.

Si los vemos en términos psicológicos, diría que es un espacio que tiene una diálectica, una tensión entre atraer y expulsar.

En ese ínterin, es atraer y hacerles el test de pureza y al que no se lo bancan, lo echan. O visto desde una óptica más simple, hay personas que a la larga se van peleando con todo el mundo. Parece que Milei a la primera de cambio, se enoja, sin tener mucha tolerancia. Esto puede ser un estilo más de personalidad que un estilo de política.

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Otra opción sería que no fuese Milei si no Karina Milei o Santiago Caputo, que también parecen ser beligerantes. A su vez, podría ocurrir que detrás de esas beligerancias hubiese una sabiduría de proteger al líder. Por ejemplo, con la salida de Ramiro Marra, se suele decir que fue Karina Milei la que le bajó el pulgar. Quizás ella percibió algo en Marra que le pareció que era mejor tenerlo lejos y decidió cuidar a su hermano.

¿Cómo repercute en el Gobierno y de cara a 2025 esta dinámica de pelearse con todo el mundo? ¿Cómo funciona un Gobierno de esa manera? ¿Funciona?

-Hay una tensión que consiste en atraer y expulsar.

No es que atraigo y después hago lo imposible para retener, pongo paños fríos, no me termina de convencer esta persona, la acomodo en otro lugar.

Entonces, el atraer y expulsar trae problemas no solamente en que hay mucha rotación de personal: las rotaciones tienen algo de bueno porque hay recambio, pero tienen algo malo porque atentan contra la organización. Lo otro que ocurre es que cuando los que se quedan perciben que en cualquier momento los pueden echar y sin que quede claro el porqué, andan con pies de plomo, se invisibilizan, tienden a no hacer nada por miedo a hacer algo y eso cae mal.

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Después está el pragmatismo de supervivencia y Milei lo ha demostrado, cuando tiene tiene que ser pragmático es pragmático. Por ejemplo, si bien le dio la espalda al Congreso, después al momento de necesitar la aprobación de la Ley Bases, pensó algo tengo que hacer para encontrar a esos «héroes».

Por lo tanto, Milei puede ser muy purista, pero no es un suicida y lo vincularía con la frase que él dice: «Una cosa es ser libertario y otra es ser libertarado», es decir, él mantiene la disciplina partidaria e ideológica del espacio, pero no se va a inmolar.

En esa tensión, Milei se tiene confianza porque él tiene la lógica de que la estructura es importante, pero que con su carisma es suficiente y además, considera, que él tiene los votos entonces, él convence.

Karina Milei es la más purista, pero a la vez para mí es a la que más parece importarle que tiene que haber un partido, una red política de sustentación y me parece que a Milei eso no le importa demasiado, a él le gusta la economía, no armar un partido, un movimiento.

Milei autopercibe, y con razón ya que de la nada llegó a presidente, que con su carisma él después habla y los convence a todos, por lo que no interesa el número de aliados.

Él ha dicho, «como dicen las sagradas escrituras en el libro de Macabeos, la victoria en la guerra no depende de la cantidad de soldados sino de las fuerzas que vienen del cielo» y yo pienso, que él no es que repite simplemente esa alegoría, realmente la cree: estamos los que tenemos que estar y hasta es mejor porque somos los puros, las fuerzas del cielo nos van a acompañar y los demás se la perderán.

En este panorama, ¿Usted ve posible una alianza de Milei con Macri o no?

-En ese veta sí veo al Milei más pragmático.

Para mí Milei, contrariamente a lo que algunos hubiesen predicho, Milei dominó en el juego del poder al que se supone que era el poderoso.

Si Macri era el titiritero del poder, iba a controlar los hilos e iba a controlar a Milei, para mí Milei le tomó el tiempo y le hizo creer que eran pares y que lo iba a habilitar-

Pero le va a dar lo que tenga ganas de darle, cuando quiera dárselo y cuando entienda que es necesario hacerlo. De lo contrario, no le va a dar nada o le va a dar algún caramelito para que no moleste.

Ahora donde haya conveniencia, sí va a propiciar el acuerdo, por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires, en donde para ganarle al kirchnerismo necesita ir aliado. Pero en la ciudad de Buenos Aires, donde piensa que no lo necesita a Macri porque solo podría andar bien, ahí no le va a dar nada.

En este sentido, es como la mayoría de los políticos que cuando tienen el poder no lo quieren compartir, por lo tanto, cuando hacen alianzas no es por altruísmo es por necesidad.

En concreto, en algunos lugares va a haber alianzas, en otros no.

En ese juego de toma y daca, quizás tenga que darle algo para que parezca que son socios, pero no le va a dar ni un centésimo más de lo que sea necesario.

Acá hay que sumar dos actores que van esta línea y más que Milei: Karina Milei y Santiago Caputo, que para mí no se lo bancan a Macri y a sus pretensiones.

Juega un tema de clases sociales, Macri representaría al establishment del poder y al que no viene del establishment del poder, pero no es nungún tonto, como Karina Milei y Santiago Caputo, le molesta.

En consecuencia, se la juran y no le quieren dar nada y menos, le van a dar si sienten que los prepotea.

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