El comandante Leonardo Barone, quien realizó la polémica maniobra sobre el Aeroparque Jorge Newbery y fue una pieza clave en la adquisición del nuevo avión presidencial, dejó sus servicios luego de idas y vueltas.
La renuncia fue presentada en el día de ayer y fuentes cercanas a la presidencia aseguraron que no fue decisión del Barone, sino que “lo renunciaron” tras el escándalo del sobrevuelo inaugural del ARG-01, sucesor del Tango 01.
El piloto fue fundamental en la adquisición del nuevo avión presidencial, un Boing 757-256 del año 2000, ya que fue quien estuvo encargado del concurso internacional y negoció con la Organización de Aviación Civil Internacional.
Barone, era uno de los solo cuatro pilotos que están entrenados para manejar la aeronave, que al no ser utilizada en el país no tiene personal certificado para operarla. Es por eso que por el momento, su ahora excompañero de cabina, Juan Pablo Pinto, se mantiene en el puesto.
“Aquel vuelo no cayó bien. Desde entonces, la suerte estaba echada. Finalmente el secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello, le soltó la mano”, confirmaron desde el circulo intímo según informó La Nación.
Avión presidencial: recién estrenado, pero ya entró al taller
Quien reemplazaría al piloto sería el actual inspector de la Administración Nacional de Aviación Civil, Fabián Chionetti, el cual estuvo en su momento procesado por el accidente de LAPA en 1999.
“En términos profesionales se hizo todo lo que se tenía que hacer; en términos políticos no era el momento. No evalúe esa situación. Veníamos felices, con el avión nuevo en una fecha patria”, dijo en su momento Barone sobre el cuestionado sobrevuelo que realizó el pasado 25 de mayo.
El ARG-01 había tenido que volar la semana pasada a Dallas, Estados Unidos, para que le terminen de realizar chequeos y regresó este domingo a la Argentina, donde Chionetti se encuentra haciendo los preparativos para un próximo vuelo a Europa.
