El Subsecretario de Integración Socio-Urbana y presidente de La Libertad Avanza en la Provincia de Buenos Aires es la mano derecha en el armado político y territorial de Karina Milei. Habló con Newsweek Argentina sobre cómo el Presidente logró construir poder y lo que esperan para las elecciones legislativas de 2025.
Por Gabriel Michi
¿Cómo se explica el poder que logró construir Javier Milei habiendo asumido con pocos diputados y senadores y sin vínculos conocidos con la Justicia ni con otros sectores influyentes?
– Creo que la clave está en el hartazgo de la sociedad. La gente estaba cansada de una oferta electoral que, aunque con matices ideológicos (un poco más de centro, un poco más de izquierda), siempre presentaba las mismas reglas, los mismos actores y el mismo sistema de negociaciones. En las últimas décadas, el panorama político se había reducido a cambios de colores: un poco más amarillo, un poco más celeste, o más rojo en años anteriores, pero esencialmente todo seguía igual. Si bien la sociedad está pagando un costo, hay una comprensión de que las reglas del juego han cambiado. La verdadera fortaleza no está solo en el presidente, sino en la gente, que ha decidido apostar por este cambio. Ese es el núcleo de su éxito.
¿Qué se puede esperar de las próximas elecciones? ¿Saldrá un Milei aún más fortalecido? ¿En qué proporción?
– Si el Gobierno continúa con el ritmo actual, es probable que Milei salga fortalecido. Ahora bien, el análisis depende de con qué se lo compare. Si tomamos el 56% del ballotage como referencia, es posible que, dependiendo de cómo voten las provincias, ese porcentaje disminuya. Sin embargo, el verdadero indicador será el resultado global de las elecciones legislativas. Estas elecciones pueden leerse como un plebiscito del primer año y medio de gestión.
Si el Gobierno nacional supera el 50% de los votos, significará una aprobación contundente, incluso en un escenario tradicionalmente complicado como el de las legislativas de medio término, donde suele predominar un voto de castigo. Este respaldo sería, sin duda, una señal de fortalecimiento.
¿Cuáles son las características principales de este «imperio» político que logró erigir Milei?
– Lo que define este proyecto es la reescritura de las reglas del juego político. Cambiar las reglas significa tomar el control, y eso es lo que está ocurriendo. Hay un ejemplo gráfico que me recuerda a una historieta de Clemente en la que decía: «Soy el campeón mundial, pero de un juego cuyas reglas yo defino». Eso es lo que Milei está haciendo con la política: cambiar las dinámicas tradicionales de negociación y posicionamiento. Esto se refleja en decisiones impensadas hace apenas un año, como las recientes incorporaciones al espacio sin necesidad de condiciones ni negociaciones previas. Esas nuevas reglas están transformando todo el escenario político.
¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades del Gobierno?
– Las fortalezas principales están en el cumplimiento de la palabra y en volver a valores fundamentales como el trabajo, la familia, la defensa de la vida, la propiedad y la ley. Además, las reformas estructurales emprendidas y la valentía del presidente, que no teme enfrentarse a nadie, son pilares de este proyecto. En cuanto a las debilidades, el principal desafío es la falta de una mayoría legislativa propia, algo inédito para un presidente en nuestra historia. A esto se suma que se trata de un partido nuevo, con las dificultades que implica en términos de organización y definición de listas. Pero más que una debilidad estructural, es un reto que requerirá inteligencia para ser superado.