Sergio Berensztein analizó la situación política de la Argentina. Esta mañana en diálogo con Nelson Castro en Radio Rivadavia, el analista político remarcó que «es raro que estemos hablando porque el presidente y la vice se junten a comer» en respuesta a la cena que compartieron ayer Cristina Kirchner y Alberto Fernández.
Frente a ese panorama, afirmó que «este es un formato que no se adecúa al presidencialismo», ya que según explicó, «las coaliciones están pensadas para regímenes paralamentarios no presidencialistas, a lo sumo semipresidencialistas».
En esa línea sostuvo que «acá hay una especie de aceptación por parte de Alberto Fernández de que el poder con el que gozó en los primeros 20 meses de gestión se ha evaporado» y añadió que «eso se debe en parte a las peleas con Cristina, en parte a que la gestión de Alberto no ha tenido logros significativos». Por lo tanto, aseveró que «la legitimidad de origen está intacta, pero la del ejercicio se fue erosionando a lo largo del tiempo».
Lejos de quedarse callado, se centró en la exmandataria y recalcó que «Cristina no solo está débil sino muy preocupada por su situación judicial» y subrayó que «Cristina siempre piensa en lo electoral porque sin eso su situación personal y judicial …».
En consecuencia, aseguró que «detrás de todo esto, hay una disputa por el poder» y puntualizó que se trata de «espacios de toma de decisiones y recursos económicos». En ese punto, recalcó que «como todos ya sabemos, Cristina Kirchner ya maneja las principales cajas del Estado, como la Anses, el Pami, Aerolíneas y en general, todo lo concerniente a la Energia». Por lo tanto, afirmó que «lo que ella reclama ahora es que los movimientos sociales pierdan esa jerarquía que han logrado«.
Para concluir, enfatizó: «Ella está débil en la política argentina, pero fuerte contra Alberto Fernández que ha perdido poder, influencia y crédito en la Argentina. Entonces, ella lucha para que no haya actores que confronten con su liderazgo».