«Traidores», «basura», «nido de ratas» son algunos de los términos que el presidente, Javier Milei utilizó para referirse a quienes cuestionaron o se manifestaron en contra de sus ideas.
Para entender más por qué el mandatario se expresa de esta manera y si es una forma que le jugará a favor o en contra, Newsweek Argentina conversó con el analista político, Federico González.
«Él es así», fue lo primero que sostuvo el entrevistado e indicó: «Algunos opinan que es una estrategia, pero a mí me parece que a veces no hay diferencias entre la personalidad y las estrategias».
En ese sentido, explicó que «lo que vemos de afuera como una estrategia es una emanación de la personalidad. Es un estilo, un modo de entender el mundo, una cosmovisión».
Es por eso, que sostuvo: «Yo no me lo imagino a Milei diciendo, ahora me conviene polarizar con cualquier símbolo de lo que podría ser la casta para lograr tal objetivo» y a modo de ejemplo, señaló: «Para mí, la escuchó a Lali Espósito, le pareció que está equivocada o malintencionada en lo que dice, entonces, él expresa su ser».
«Además, algunos que lo vemos de afuera podemos pensar que para el desarrollo de la vida en comunidad, uno no puede decir todo lo que piensa», marcó y aclaró: «Y eso no es porque las personas sean falsas o hipócritas, es porque sabemos que en la vida social lo que yo diga, por más que lo piense, puede tener un potencial de daño al otro».
En consecuencia, «todos tenemos el derecho de decir lo que querramos, pero también tenemos el deber de ser conscientes de las consecuencias que vamos a producir», subrayó.
«Milei quiere quedar bien con la casta y queda mal con el pueblo»
Y aquí, afirmó: «Me parece que Milei no tiene filtros y no solamente no tiene filtros sino que a él le parece mal tener filtros porque eso es el símbolo de un político que piensa una cosa y dice otra».
«Entonces, él es frontal y dice, pero cuando dice que ‘todos los políticos son una m..», esa es una frase que no corresponde ni a la vida en sociedad ni corresponde a la vida política porque genera un daño que no tiene retorno», advirtió por lo que si bien «algunos se la van a festejar, siempre a los que les gusta esas intensidades son los menos».
«Me parece que la gran mayoría de la gente prefiere un trato mejor», aseveró.
¿LA GENTE QUE VOTÓ A MILEI APOYA SU FORMA DE EXPRESARSE?
«A la gente que lo votó, ¿le gustará que Milei diga que ‘todos los políticos son una m..’?», ¿Le gustará que denuncie a cada dirigente que desde su óptica es un ‘traidor’?», planteó y agregó: «¿Al 56% que lo votó, lo votó porque le gusta que diga esas cosas?».
«No, en todo caso hay una gran diferencia entre decir que lo votaron porque Milei iba a terminar con los privilegios de la casta y decir que López Murphy es un ‘traidor’. A muchos no les debe gustar eso», recalcó.
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«También hay que pensar que hay cosas que son pan para hoy y hambre para mañana», aseguró y añadió que «hoy todavía hay un clima favorable a Milei por lo reciente, más allá de que puedan haber estilos que algunos no convencen, pero me parece que pensar en que puede haber un estilo que todos los días realiza este tipo de señalamientos a alguien, que lo pone en el lugar del mal, me parece que a la larga eso resta más de lo que suma».
«Y otra cosa: cuando decimos la gente votó a Milei porque estaba harta del kirchnerismo, entre las cosas de las que estaba harta, estaba que los kirchneristan se creían los reyes de la verdad, vapuleaban a los que no pensaban como ellos, eran los ‘antipatria’, ‘la derecha’. La gente también estaba harta de eso, del fanatismo político», resaltó.
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Al mismo tiempo, sostuvo que «en la política como expresión de vida, lo que percibimos son globalidades» y desarrolló: «No es que tenemos que hacer un análisis de lo que se llama multiatributo: empezamos a evaluar cada aspecto de una cosa y hacemos como una ecuación mental y decimos en este aspecto le pongo 8, en este 6. No hacemos eso, evaluamos globalidades».
«Como evaluamos globalidades, si Milei llega a tener éxito económico, todos a los que ese estilo de él no les gusta, quizás se lo dejan pasar. Si resuelve los grandes problemas del país, lo toman como expresiones del personaje y no le dan importancia», anticipó.
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«Ahora, supongamos que pasa al revés y los problemas del país no se resuelven o se agudizan, la gente va a pensar que porque Milei es así e insulta a sus adversarios, no se resolvieron los problemas», alertó.
«Por eso, todo depende», señaló a la vez que afirmó: «Lo único claro es que lo que vimos que Milei expresó en campaña, es lo que vamos a ver como presidente, hasta ahora no vimos diferencias en el sentido de estas intensidades».
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«También es evidente que estamos en la parte de la v corta de la caída, del ajuste, del sufrimiento», precisó y reiteró: «Después, si la tendencia se da vuelta y Argentina crece, a quienes no les gusta el estilo de Milei, se lo perdonarán».
¿SE PUEDE SER PRESIDENTE Y TENSIONAR TODO EL TIEMPO DURANTE CUATRO AÑOS?
«Hay que ver en qué medida, con qué calidad y contra quién se tensiona, con qué modos y con qué argumentos. Y si hay algo que lo justifica«, señaló y enfatizó: «Además, no es que las formas van por un lado y la sustancia, que sería lo que podría resolver los problemas del país, va por otro. La forma y la sustancia siempre se tocan».
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Luego planteó: «Cuando Milei dice que ‘el Congreso es un nido de ratas’, los diputados que, no son de su partido, pero que quieren contribuir porque tienen el deseo de que al presidente le vaya bien, ¿cómo se van a sentir cuando escuchan eso?. Y mal porque eso no construye».
«La confrontación es una estrategia que tiene un alcance limitado», aseveró y explicó: «Desde hace tiempo en Argentina, como todo va de fracaso en fracaso, Cristina, Milei y tantos otros, han hecho un culto de que ser constructivo es sinónimo de ser débil y que ser dialoguista es ser tonto y no tener brújula, pero eso es un error porque la ecuanimidad, la sensatez, la racionalidad también son valores».
«Pero desde hace un tiempo el mundo, no solo Argentina, tiene la idea de que hay que ir por los extremos, que los extremos nos van a llevar a donde hay que ir», señaló.
«MILEI TENDRÍA QUE ENOJARSE MENOS Y EXPLICAR MÁS»
«En las apariciones públicas y en la comunicación, vemos más al candidato que al estadista», aseveró Federico y agregó: «La gente votó a un solucionador de problemas, a alguien que sabía de economía por lo que cree que le va encontrar la vuelta».
«Ese que sabe de economía sigue siendo el de campaña porque sigue repitiendo un núcleo de cuatro o cinco ideas básicas», indicó y manifestó: «Pero creo que estando ya en la función pública y con una realidad tan compleja, Milei tendría que enojarse menos y explicar más para tranquilizar a la sociedad».
«Pero ese no es Milei, Milei no es así», sentenció y aseveró: «A Milei le sale naturalmente ese estilo que es cuestionado por algunos y además, le gusta, no es que él lucha contra eso para cambiarlo«. «Para Milei eso está bien porque no considera que sea enojo, sino que lo convierte en un apasionado», sostuvo.
Y cerró, por lo tanto, «¿por qué uno va a cambiar algo que le parece que es una virtud?»
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