Este viernes se llevó a cabo el tercer día del juicio contra Cristina Kirchner por la causa de la Obra Pública y la vicepresidenta, al igual que el martes pasado, no estuvo presente en la audiencia virtual.
El fiscal, Sergio Mola, quien lleva adelante los alegatos contra la exmandataria junto con su par Diego Luciani, afirmó que los procesos para las licitaciones «eran una mera ficción, un cúmulo constante de desprolijidades» y precisó que un día «se generaba una cantidad de actos administrativos en simultáneo, procesos que duraban en realidad semanas, pero no cuando el que ganaba era Lázaro Báez, una injustificada celeridad para saltear los controles y adjudicar a la misma persona«.
En esa línea remarcó que el cronograma «de ficción» también se implementaba en «las ofertas» y a modo de ejemplo, indicó: «Una obra la gana Lázaro con Kank y Costilla; la segunda, Lázaro con Austral. Ganar es una forma de decir porque ni siquiera competía, todo era simulado».
Frente a ese panorama, hizo hincapié en que «estos expedientes tienen que transmitir transparencia, cuando se involucran ingentes recursos públicos para obras se tiene que transmitir transparencia», pero «todo lo que vemos acá es opaco, burdo, oscuro y confuso», aseveró.
«CÓMO PASARON INDAVERTIDOS»
Por su parte, el fiscal Luciani se centró en la forma en que se llevaban a cabo las licitaciones y detalló que «cuando eran rutas nacionales, Vialidad Nacional empezó a pagar forma directa a las empresas de Lázaro Báez, cuando eran obras provinciales, se pagaba a través de la Dirección Provincial de Vialidad«.
En ese punto, agregó que «las empresas comenzaron a presentar ofertas más cercanas al presupuesto oficial, incluso en muchos casos se presentaron levemente por debajo y, de golpe, comienzan a ajustarse al presupuesto. Las mismas empresas que cotizaron por encima casi del 20% del presupuesto oficial, ajustaron todas a la vez sus ofertas, hasta cotizaron por debajo del presupuesto» y afirmó que se trató de una metodología que había sido acordada «previamente».
En consecuencia, aseguró que «existió una cartelización organizada del Estado nacional para direccionar licitaciones para Báez y para sustraer fondos» y por lo tanto, recalcó que «la asociación ilícita estaba operativa y funcionando».
«Era una forma de garantizarle fondos millonarios de manera fácil, tenemos por corroborado que muchas de esas obras nunca se hicieron, pero se pagaron anticipadamente», marcó y enfatizó: «Nunca existieron, fueron fantasmas, fueron burdas excusas para sustraer fondos». Además, añadió que «hay remediaciones de canteras que terminaron costando más caras que las rutas».
Por último, Luciani manifesto: «No podemos creer lo que vemos» e insistió: «Lo vemos y analizamos una y otra vez, y no lo podemos creer». «No puedo creer cómo pudieron pasar inadvertidos semejantes actos de corrupción y manipulación de la obra publica en Santa Cruz«, concluyó.