En tiempos de pandemia, mucho se habla de la importancia de fortalecer las defensas para que nuestro organismo no sea “atacado” por virus y bacterias. Pero, ¿qué es exactamente esa barrera que se nos representa como una “muralla biológica” y es conocida como sistema inmune? “Es el encargado de protegernos contra la infección de microorganismos patológicos, limpiar los tejidos dañados y proporcionar una vigilancia constante de las células malignas que crecen dentro del cuerpo”, explica Antonio Vilches, profesor de clínica médica y fellow del American College of Physicians.
Son muchos los factores que intervienen en el funcionamiento de nuestra defensas: “El género, la edad, el sobrepeso y la genética en general son fenómenos no siempre fáciles de controlar que tienen mucho que ver con nuestros mecanismos de respuesta inmune a agresiones externas”, explica Vilches. Más allá de esos condicionamientos, nuestro estilo de vida es determinante. Este prestigioso profesional de la salud nos aporta seis claves para tener en cuenta.
- Dormir bien. Durante el sueño se llevan a cabo las funciones necesarias para mantener el equilibro del sistema inmune. Hay estudios que demuestran la potencial aplicación medicinal del sueño en enfermedades infecciosas.
- Llevar una dieta balanceada. Apostar a la variedad de alimentos e incluir muchas frutas y vegetales. Son fundamentales la vitamina E, algunos oligoelementos como el zinc y los ácidos grasos poli insaturados que se encuentran en el pescado. Los probióticos (que se encuentran en el yogur, entre otros alimentos) y el té verde también son muy buenos aliados.
- Reducir los niveles de estrés. Hay investigaciones que demuestran que las emociones tienen una relación directa con los procesos fisiológicos y las respuestas inmunitarias. El estado de alarma es corriente en estos tiempos por eso es fundamental contrarrestar con técnicas de meditación, respiración, mindfulness o yoga.
- Reducir el consumo de alcohol. Las bebidas alcohólicas bloquean algunas células inflamatorias y reducen la capacidad de nuestro cuerpo para hacer frente a las infecciones. Además, el alcohol altera algunas células del sistema defensivo, responsables de la memoria inmunitaria. Una medida sensata, es no más de una copa de vino o porrón de cerveza diaria.
- Hacer ejercicio regularmente. Se sabe que las personas que entrenan padecen menos enfermedades que quienes no lo hacen. Sin embargo no hay que someterse a rutinas extenuantes. Para fortalecer las defensas, más no es mejor. 30 minutos de ejercicio diario moderado es la medida perfecta.
- En la medida de lo posible, exponerse al sol para obtener vitamina D. Se trata de una vitamina única porque el cuerpo humano puede sintetizarla en la piel al exponerse a la luz solar. Hay estudios que relacionan su déficit con enfermedades autoinmunes y con una mayor susceptibilidad a las infecciones.
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