Por Jess Thomson, de Newsweek
A partir de 2022 el uso de la marihuana medicinal para el alivio del dolor ya es legal en 37 estados y Washington, DC. Vivir en estos estados está asociado con una tasa más baja de dispensación de opioides en pacientes que reciben tratamientos contra el cáncer, según un artículo publicado en diciembre en la revista JAMA Oncology.
Los resultados de este nuevo estudio muestran que la legalización de la marihuana medicinal estuvo asociada con una reducción relativa del 5,5% al 19,2% en la tasa de dispensación de opioides (es decir, la tasa de recepción de al menos una receta de opioides) entre pacientes adultos de 18 a 64 años que fueron diagnosticados recientemente con cáncer de mama, colon o de pulmón y que estuvieran recibiendo tratamiento contra la enfermedad.
La investigación involucró a 38.189 pacientes recién diagnosticados con cáncer de mama, 12.816 con cáncer de colon y 7.190 con cáncer de pulmón. Estos tres tipos de cáncer fueron elegidos para el estudio debido a la gran cantidad de casos nuevos entre personas menores de 65 años.
Entre 2012 y 2017, la legalización de la marihuana medicinal entró en vigor en 14 estados norteamericanos: Arkansas, Connecticut, Florida, Illinois, Luisiana, Maryland, Massachusetts, Minnesota, Nuevo Hampshire, Nueva York, Dakota del Norte, Ohio, Pensilvania y Virginia Occidental.
Los opiáceos, que son potentes analgésicos sintéticos, se utilizan con frecuencia para tratar todo tipo de dolor, incluido el que afecta a los pacientes con cáncer. Pero también vale mencionar que son altamente adictivos y su uso en medicina se ha relacionado con una mayor autoadministración de las drogas durante varias décadas. Por ejemplo, más de 70.000 personas murieron por sobredosis de drogas en los Estados Unidos durante el 2019, y 48.000 de estas muertes se atribuyeron a los opioides sintéticos distintos de la metadona, una categoría que incluye el fentanilo.
Yuhua Bao, autor principal de la investigación y economista de la salud en Weill Cornell Medicine, dijo a Newsweek: “La magnitud de la reducción [de la dispensación de opioides en pacientes con cáncer] varió según el tipo de cáncer y si el paciente había recibido opioides recetados antes de su diagnóstico de cáncer”.
“Nuestros hallazgos sugieren que con el aumento de la legalización de la marihuana medicinal, la marihuana podría estar sustituyendo a los opiáceos para el dolor relacionado con el cáncer hasta cierto punto”, afirmó la especialista.
Ya existe cierta evidencia de que la marihuana medicinal puede aliviar el dolor de los pacientes con cáncer, así como controlar las náuseas y el daño nervioso. El cannabis contiene compuestos llamados cannabinoides, que son los ingredientes activos tanto del cannabis medicinal como de la marihuana recreativa. Sin embargo, es necesario realizar más estudios en este campo para fortalecer la evidencia de un vínculo entre la marihuana y el alivio del dolor.
El consumo de cannabis medicinal también tiene efectos secundarios, que van desde náuseas y debilidad hasta psicosis. Sin embargo, un artículo publicado a principios del 2022 en la revista “Frontiers in Pain Research” detalló que “los efectos adversos de los cannabinoides para el tratamiento del cáncer generalmente son bien tolerados por los pacientes y se clasifican como leves a moderados”.
No obstante, en el nuevo estudio se desconoce el motivo de la reducción en la dispensación de opioides. Bao explicó: “La industria farmacéutica afirma que los datos que usamos no arrojan luz sobre el motivo de la reducción de la dispensación. Una combinación de factores pudo haber contribuido a la reducción, incluida la reducción de las solicitudes de opiáceos por parte de los pacientes y la reducción de la prescripción de opiáceos por parte de los médicos. Estos comportamientos podrían ser impulsados por la sustitución real de los opioides por marihuana medicinal o la sustituibilidad percibida”.
El acceso legal a la marihuana medicinal pudo haber llevado a los oncólogos y otros profesionales a recetar menos opioides, o tal vez los pacientes que autocontrolaban su dolor con marihuana pedían menos. “Sin datos concretos sobre las prácticas clínicas o el uso de marihuana medicinal por parte de los pacientes, la naturaleza de las asociaciones observadas sigue siendo incierta”, escribieron los autores en el artículo.
Además, Bao dijo que este estudio no representa la última palabra sobre la marihuana frente a los opiáceos en términos de alivio del dolor para los pacientes con cáncer. “Sabemos poco sobre la efectividad o la seguridad asociadas con el uso de marihuana en lugar de o además de los opiáceos, especialmente dado que muchos pacientes pueden estar usando marihuana sin la guía o el control de un médico”, explicó.
“Por lo tanto, nuestro estudio señala la necesidad urgente de directrices de investigación y práctica para respaldar las decisiones clínicas sobre el uso de marihuana para el dolor relacionado con el cáncer”.