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Cómo lograr el bienestar emocional, ese estado clave para la salud
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Cómo lograr el bienestar emocional, ese estado clave para la salud

La salud no es únicamente la falta de dolores o enfermedades, ya que, según la definición de la Organización Mundial de la Salud (OMS) tiene que ver con un estado que integra el bienestar tanto físico como también mental y social. Es por eso, que se logra un estado de bienestar completo cuando los factores físicos, biológicos, emocionales, mentales, espirituales y sociales se encuentran en equilibrio.

«La salud emocional es una vivencia dinámica, que no se define por un estado, sino por el modo en que cada quien es capaz de tolerar tensiones internas y atravesar conflictos de lo más diversos», afirma Luciano Lutereau, psicoanalista, doctor en Filosofía y doctor en Psicología (UBA), quien agrega que «una persona sana no es la que no sufre, sino la que puede hacerlo desde un punto de vista que no es reactivo, con la capacidad para integrar diferentes emociones».

El cuerpo responde a lo que la persona siente, razón por la que es fundamental escuchar con atención las sensaciones que se experimentan en la vida cotidiana y solicitar ayuda cuando el individuo se da cuenta que no tiene las herramientas para afrontar una determinada situación o que aún no la ha superado.

Las emociones negativas que son ignoradas se «acumulan» en el cuerpo y provocan consecuencias tanto físicas como psíquicas y sociales. A modo de ejemplo, la angustia y el temor, cuando se dan a lo largo del tiempo, generan ansiedad que, si no es tratada, puede llevar a trastornos del sueño, problemas digestivos, de concentración y/o rendimiento laboral, aislamiento social o a otros trastornos de la salud física o mental.

EL CAMINO ADECUADO

La actividad física ayuda a templar las emociones, debido a que, genera cierta distancia entre los pensamientos y su elaboración, estableciendo un corte que hace que no haya rumiaciones y persistencias. Para hacer deporte, es necesario poder construir un escenario lúdico de relajación , pero aquellos que sufren afectos rígidos no lo logran. Lo recomendable es realizar actividad física como mínimo por 30 minutos todos los días.

Además, es clave para la prevención de enfermedades no transmisibles como las cardiovasculares, obesidad, diabetes y hasta para ciertos cánceres, al tiempo que protege y robustece la salud mental. Hay gran cantidad de análisis científicos que comprobaron que el ejercicio físico produce neurotransmisores como la serotonina y las endorfinas que aumentan la sensación de placer y bienestar disminuyendo el estrés y las tensiones.

Los vínculos también ocupan un lugar protagónico en la estabilidad emocional, ya que, llevan a que los sentimientos se den de una manera empática porque están considerados los puntos de vista de los demás y por lo tanto, la mirada egocéntrica y unilateral es menor.

Es así como las relaciones sociales se ubican como un pilar básico en la constitución de la identidad de las personas, en sus pensamientos y hábitos. Diversas evaluaciones científicas muestran que los vínculos sociales fuertes llevan a una vida más extensa mientras que la reclusión social o la soledad a los problemas de salud.

También los abrazos, los besos y las charlas afectuosas incrementan el bienestar al robustecer las relaciones y la autoestima.

Otros tips a implementar son el autocuidado, y aquí es clave elaborar una rutina. Los individuos tienen que ordenar su tiempo y contar con un esquema diario/semanal que incluya un objetivo razonable y cumplible. Un plan no sólo ordena el tiempo, sino también la mente.

A su vez, es fundamental alimentarse de forma adecuada; por ejemplo, tomar mucha agua, comer frutas y verduras y bajar el consumo de alimentos con importante cantidad de grasas así como también el alcohol y los productos ultraprocesados. Las emociones negativas como la ansiedad pueden provocar una desequilibrio alimenticio al igual que la tristeza que influye de manera negativa en la alimentación llevando a que la persona coma de más.

De esta manera, una nutrición no adecuada como dietas ricas en carbohidratos refinados, alimentos ultraprocesados, ricos en grasas provocan un riesgo alto porque pueden ocasionar un malestar mental. Por el contrario, alimentarse correctamente, contribuye a la integridad estructural y funcional de las neuronas preservando el equilibrio emocional.

En la misma línea, es importante descansar, por lo que se recomienda dormir 8 horas diarias. Se considera que alguien que se encuentra saludable en el plano emocional descansa de la manera correcta. Además, nuestro sistema inmune utiliza al  sueño para regenerarse, por lo tanto, dormir bien lo restituye y fortalece.

Es clave también pasar tiempo con familiares, amigos y tener momentos de ocio. A la vez, hay que tener espacios de conexión con uno mismo para reflexionar y escuchar al cuerpo lo que hace que disminuya el estrés. Para logarlo, pueden practicarse meditación, yoga, ejercicios de respiración.

Por último, Lutereau  hace hincapié en la importancia de brindarle a cada emoción el tiempo y el alcance que requiere. Por eso, remarca prestar atención a la reactividad diaria, debido a que, la ansiedad funciona como un cortocircuito emocional.  Para concluir, dejó en claro que ninguna persona elige lo que siente, lo que sí puede hacerse es una trabajo personal para sentir de una forma que tenga elaboración y reflexión.

Fuente: www.noticiasargentinas.com

 

 

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