Aunque se anuncien nuevas etapas dentro de la cuarentena, seguimos en aislamiento. Por eso, es importante prestar atención a las consecuencias del encierro en nuestra salud. Una de las más importantes es un posible déficit de Vitamina D, clave para fortalecer el sistema inmunológico. Hablamos con la doctora Beatriz Oliveri, médica especialista en Osteoporosis, investigadora independiente CONICET, quien nos explicó lo siguiente:
¿Por qué es importante la vitamina D?
Es fundamental para la salud del esqueleto en todas las etapas de la vida, desde el desarrollo fetal hasta la tercera edad.
Participa en la prevención de osteoporosis, favorece la absorción del calcio de los alimentos y una adecuada mineralización de los huesos. Optimiza la función muscular con disminución del riesgo de caídas y de fracturas.
También participa en la regulación de numerosos tejidos y órganos para la salud general, lo que se conoce como acciones extraesqueléticas.
¿Cómo podría afectarnos su déficit?
La deficiencia severa ocasiona raquitismo en los niños y osteomalacia en adulto.
También se asocia a una mayor prevalencia de enfermedades infecciosas (tuberculosis, enfermedades respiratorias, virales), autoinmunes (artritis reumatoidea, esclerosis múltiple), cardiovasculares, hipertensión, algunos cánceres (como el colorrectal), diabetes e, incluso, con el aumento de la mortalidad.
¿Qué pasa en la cuarentena?
Es probable que en este momento un alto porcentaje de la población presente niveles disminuidos de vitamina D, ya que se obtiene gracias a la síntesis en la piel por efecto de la exposición a la radiación ultravioleta (UV) del sol.
Actualmente sumamos dos factores de riesgo: el estar recluidos desde marzo, con menor exposición solar, y además que la radiación UV del sol disminuye sustancialmente en otoño e invierno, llegando al 20-25% de la que hay en verano en Buenos Aires.
¿Su déficit puede compensarse?
Hay muy pocos alimentos la contienen: los pescados grasos (salmón, arenque y atún), huevos, hongos y algunos alimentos fortificados como los lácteos enriquecidos.
La herramienta para alcanzar niveles adecuados es la suplementación, que se comercializa en gotas, cápsulas, soluciones oleosas; con diferentes dosis.
Un médico tiene que determinar la dosis y la forma de administración.
¿Es importante contar con niveles óptimos de vitamina D en la pandemia?
La vitamina D no es un tratamiento para el COVID-19, pero algunas de sus acciones, podrían ser positivas para enfrentar el virus, ya que preserva la integridad del epitelio respiratorio, regula la respuesta inmunitaria con efecto antimicrobiano y previene la respuesta inflamatoria excesiva.
También se ha demostrado que la suplementación con VD disminuye el riesgo de enfermedades agudas respiratorias, fundamentalmente en aquellos que sufren deficiencia severa.
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