Esta semana se celebra una nueva edición de la «Semana de la No Dulzura», una iniciativa que busca concientizar sobre la necesidad de reducir el consumo de azúcar y promover una alimentación más saludable.
La campaña, que se lleva a cabo desde el 25 al 31 de julio, nació como una contrapropuesta de la «Semana de la Dulzura», con el objetivo de poner el foco en el cuidado de la salud para evitar enfermedades crónicas no transmisibles.
En esta cuarta edición, la iniciativa pone el foco en la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, promulgada en noviembre de 2021 y reglamentada en marzo de este año, para brindar una mayor información a los consumidores sobre los excesos en azúcar, grasas y otros ingredientes que pueden ser nocivos.
«La nueva ley aportará a los consumidores información clara, oportuna y veraz sobre el valor nutricional de los alimentos y, entre otras cosas, mandará al frente al azúcar que hoy se esconde entre más de 50 nombres diferentes», destacaron los organizadores.
Según los resultados del Estudio Latinoamericano de Nutrición y Salud (ELANS), Argentina es el país con mayor consumo de azúcar en toda la región: por día, se calcula una ingesta promedio de 115 gramos, de los cuales la mayoría son azúcares agregados.
Esta cifra supera lo recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que propone no superar los 50 gramos diarios, y ubica al país en una situación preocupante ante el avance de enfermedades como el sobrepeso, la obesidad y la diabetes.
Por otro lado, durante la «Semana de la No Dulzura» se propone también incentivar un proyecto de ley para aplicar la educación alimentaria en las escuelas «para formar consumidores conscientes a la hora de decidir frente al alimento envasado y poder elegir con conocimiento».
La Ley de Etiquetado Frontal ya establece que en los establecimientos escolares no se podrán vender aquellos productos que tengan los sellos octogonales negros, a la vez que se busca promover el consumo de alimentos más saludables.
